…. Con un repentino movimiento en mi pecho, mis ojos se abrieron de golpe. Estaba jadeando fuertemente, tratando de compensar el sofoco que me había abatido hacía solo unos momentos.
… Excepto que ya no estaba encima del fragmento de vidrio....
Estaba en mi cama.
Mis manos agarraron frenéticamente mi cuerpo y buscaron cualquier indicio de daño... pero no había ninguno.
¿Así que no era real? Pero lo había sentido. No podía ser un sueño. Sé que no fue un sueño.
Pero resultó ser más fácil de lo esperado entender lo que había pasado exactamente.
Las náuseas me golpearon primero y me obligaron a tirarme al costado de la cama para vaciar el contenido de mi estómago. Luego siguió el zumbido en mis oídos... y finalmente la nariz ensangrentada.
… Había sido una visión. Fácilmente la más larga que había tenido, la más real que había tenido. De alguna manera había sido lo suficientemente fuerte como para incluso mostrarse con mi collar, y me estaba castigando con los peores efectos secundarios que había tenido hasta la fecha.
Mi cabeza todavía luchaba por despejarse del trauma de lo que acababa de experimentar, pero hice todo lo posible para concentrarme en lo que había visto. Pero el impacto de la situación fue difícil de superar.
… Porque la realidad era... Yo había muerto.
Había muerto porque había intentado ganar tiempo y había caído como resultado de un accidente. Un maldito accidente. El idiota tenía unos malditos dedos de mantequilla y me había matado.
Sin embargo, de alguna manera se había sentido perfecto, como si realmente me hubiera despertado antes de que todo terminara. Así que ¿cuándo estaba esto destinado a suceder? ¿Un día? ¿Una semana? ¿Dentro de un mes?
Pero no tuve que esperar mucho antes de obtener mi respuesta.
… Porque de repente pude escuchar el sonido de la puerta de mi casa al abrirse, y un crujido familiar sonaba en el silencio.
Estaba allí. Justo en ese momento.
Muy bien, era hora de pensar rápido. Sabía qué había salido mal y qué podía evitar, también sabía cuáles eran sus intenciones. No había necesidad de llamar o dar a conocer mi presencia, y ya sabía que estaba indefensa para defenderme dado su tamaño y fuerza.
Pero me dolía el cuerpo como si realmente me acabaran de tirar por una ventana, mi cabeza palpitaba con una migraña peor que cualquier otra. Si bien tenía más opciones disponibles para mí esta vez, no había forma de que pudiera lograr mucho físicamente. Rayos, dudaba que fuera capaz de liberarme esta vez.
No, no había manera de que pudiera derrotarlo... pero sabía de alguien más que podía.
La última vez había estado a solo unos segundos de poder lograr la mejor estrategia disponible para mí, segundos que había desperdiciado intentando confirmar quién estaba ahí la primera vez. Pero ya no tenía ese problema en ese momento.
Inhalé tanto como pude y grité a la noche. Grité para llamar a la única persona que sabía que podía salvarme.
“¡ALERIC! ¡ALERIC, AYUDA! ¡POR FAVOR!".
El sonido de pies corriendo rápidamente hacia mi habitación fue lo primero que escuché y supe que era el intruso. Estaba segura de que probablemente se estaba preguntando cómo su cubierta había sido descubierta tan rápido.
Sin esperar, me lancé al suelo y me metí en el espacio debajo de la cama, el cual resultó ser más apretado de lo que esperaba. Podría encontrarme allí, lo sabía, pero literalmente todo lo que necesitaba eran unos segundos más. Solo un par de segundos para que Aleric me encontrara.
La puerta de mi habitación se abrió y el hombre apareció en el umbral. No podía ver su rostro, pero me di cuenta de que me estaba buscando, probablemente intentando usar sus sentidos agudizados para ubicar mi posición en la habitación. En silencio, contuve la respiración, pero sabía que incluso el más pequeño de los sonidos, el más pequeño de los movimientos, sería fácilmente captado por él.
Sin embargo, al final no fue suficiente, ya que pronto apareció frente a la cama y se agachó para agarrarme de debajo.
"¡Suéltame!", grité mientras lo empujaba débilmente sin éxito.
Sin tiempo para taparme la boca esta vez, procedió a lanzarme rápidamente sobre su hombro y correr hacia la ventana. Luché y me retorcí tanto como pude, pero mis movimientos fueron completamente ineficaces contra él. Como había pensado, mi cuerpo realmente estaba mucho más débil de lo que había estado en la visión.
Sin embargo, justo cuando llegamos a la ventana, la puerta principal se abrió repentinamente y la silueta borrosa de Aleric apareció al otro lado de la habitación. Mi corazón saltó de inmediato al verlo.
"¡¿ARIA?!".
"¡Aleric! ¡Aleric, por favor!", grité en respuesta.
'No quiero morir de nuevo, por favor...'.
'Por favor...'.
Aleric se movió más rápido de lo que yo podía seguir en la oscuridad y sólo reapareció una vez que su mano estaba en el brazo del hombre. El secuestrador había estado a punto de abrir la ventana antes de que Aleric apareciera. Un poco más tarde y estaba segura de que me habría echado al vacío con la esperanza de que sobreviviera la caída.
Entonces sonó un chasquido horroroso y apenas pude ver cómo Aleric le había roto el brazo del hombre como si fuera un palillo, como si no estuviera unido a uno de los hombres lobo más grandes y musculosos que había visto. Pero funcionó. El intruso se dobló y se llevó el brazo contra su pecho mientras gritaba de dolor.
Pero Aleric no esperó. Inmediatamente, me agarró por debajo de los brazos y me sacó del hombro del tipo. Mi cuerpo aún estaba temblando por la adrenalina que me recorría. Quería aferrarme a él para estar segura, pero sabía que sólo le estorbaría. El secuestrador debió darse cuenta de esto también, ya que lanzó un puñetazo a la cara de Aleric con su brazo bueno.
Caí al suelo en el momento en que Aleric me soltó, y la parte superior de mi cabeza apenas esquivó la mano de Aleric que se alzó para defenderse.
"¡Aria, retrocede!", ordenó mientras agarraba el brazo del tipo y lo lanzaba al suelo lejos de mí.
No tenía ni idea de cómo había conseguido lanzarlo con tanta facilidad, pero para él no supuso ningún esfuerzo. Era como si hubiera lanzado un saco de arena en lugar de un hombre que le doblaba en tamaño.
Me alejé rápidamente de ellos como pude y vi en silencio la escena que se desarrollaba ante mí. El hombre seguía luchando contra el dolor de su brazo, pero había conseguido ponerse en pie... y luego estaba Aleric, avanzando hacia él con toda la intención de matar y hacerlo rápidamente.
… Pero quizás no era la mejor idea. Si lo mataba entonces...
Aleric lo agarró por el cuello y lo empujó contra la pared. El hombre gruñía e incluso tal vez intentaba transformarse... pero, en realidad, todos sabían que se había acabado. La diferencia de poder entre ambos era tan clara como la noche y el día.
Aleric echó para atrás su mano libre, sus garras se transformaron para salir y...
"Aleric, espera, no…"
...le cortó la garganta, lo que hizo que se desangrara al instante.
"...lo mates", terminé débilmente.
Una vez resuelta la situación, me senté en el suelo aún en estado de choque. Estaba viva... estaba viva. Se sintió una eternidad desde que mi vida no corría peligro, pues acababa de pasar por esta situación dos veces seguidas en unos pocos minutos. Minutos que habían parecido horas.
La atención de Aleric volvió a centrarse en mí una vez que se aseguró de que el hombre estaba muerto. Sin perder más tiempo, corrió hacia mí para envolverme en sus brazos, incluso con la sangre del hombre cubriéndolo. En otra instancia me hubiese echo para atrás, pero en ese momento me aferré a él con desesperación mientras mi cuerpo seguía temblando. No importaba que acabara de matar al tipo y me estuviera cubriendo de sangre también, sólo necesitaba sentir el consuelo que sólo él podía darme en ese momento.
"¿Estás bien?", preguntó con la respiración todavía agitada por todo lo que había pasado. "Tu nariz está sangrando".
Asentí con rigidez, sabiendo que mi sangre era por la visión, no por el intruso. "Estoy bien... ¿estás bien?".
"Estoy bien".
Continuamos abrazados durante otro minuto; ambos necesitábamos el tiempo para calmarnos y sentirnos tranquilos de que el otro estaba bien. Pero antes de que pasara mucho tiempo, Aleric finalmente empezó a separarse... sólo que yo apreté mi agarre en respuesta.
"Por favor... no te vayas todavía", susurré.
Podía sentir que aún temblaba mientras intentaba procesar los diferentes traumas que acababa de pasar. Para ser sincera, estaba sorprendida de que aún no me había desmayado. La adrenalina se me estaba acabando poco a poco, el dolor de mi cuerpo no hacía más que empeorar... y mi mente aún se esforzaba por asimilar el hecho de haberme sentido morir lentamente sólo unos minutos antes.
"Está bien, no lo haré", dijo antes de moverse suavemente para sentarse contra la pared.
Esto había sido demasiado incluso para los estándares de la Diosa de la Luna. La visión podría haberse terminado en el momento en que caí sobre el fragmento de la ventana y habría entendido lo que pasó después. ¿Por qué tenía que vivir mi propia muerte lenta? ¿De qué serviría eso si no fuera para destruirme mentalmente?
"Te odio", le susurré a Selene mientras mis lágrimas caían por mi cara. "Deja que me muera y acaba con esto de una vez. Una vez ya fue suficiente".
"¿Aria?". La voz de Aleric llamó entonces desde el otro lado de la puerta, lo cual me hizo saltar. ¿Había escuchado lo que dije?
Me froté la cara y me la lavé rápidamente bajo el chorro de la ducha antes de responder: "¿Sí?".
"... ¿Sigues estando bien?".
No.
"Estoy bien", respondí. "Salgo en un minuto".
"... De acuerdo".
No parecía estar tranquilo. Me parece justo.
Tan rápido como pude, me lavé y salí de la ducha para cambiarme, aunque tardé más de lo previsto, ya que el cansancio me golpeaba con fuerza. Los efectos secundarios que estaba experimentando esta vez eran salvajes hasta el punto de que agradecería no volver a tener una visión nunca más.
Aleric me esperaba al otro lado de la puerta, de alguna manera también refrescado. ¿Quiza había tenido un segundo baño? Sin embargo, no pude evitar notar que me miraba como si fuera de porcelana, algo que no podía reprocharle. ¿No había pasado apenas un día desde que se había asustado por la mañana pensando que me había pasado algo en la manada Garra de Diamante? Unos momentos atrás, había estado literalmente a segundos de la muerte frente a él. Yo era débil y esto no era más que otro doloroso recordatorio de eso.
"Vamos", dijo Aleric y me guió suavemente con una mano en el hombro.
Dejé que me llevara a donde él quería, sin decir ni una palabra, antes de darme cuenta de que me había llevado directamente a su habitación y pretendía que ocupara su cama durante el resto de la noche.
"Aleric... no, puedo dormir en el sofá", decliné.
"No seas estúpida", argumentó. "Toma la cama y duerme. Ahí estarás más segura mientras yo vigilo la puerta principal desde la sala".
Intentaba protegerme. Su idea debía ser que si alguien más era tan estúpido como para intentar esto por segunda vez, él lo estaría esperando. No es que nadie fuera tan loco. Ni siquiera Thea, de quien supuse que era el encantador visitante de antes, o al menos esa era mi mejor suposición hasta el momento.
"Está bien", acepté finalmente, demasiado cansada para discutir, y me arrastré lentamente hasta su cama.
Olía a él, lo cual era una experiencia un poco surrealista teniendo en cuenta todo lo anterior, pero no era como si este acuerdo se diera en circunstancias normales. Tenía razón al decir que este era el lugar más seguro para mí en la casa, si no en toda la manada, en ese momento.
Se movió para irse, pero hablé antes de que lo hiciera.
"...¿Aleric?", dije suavemente.
Levantó la vista rápidamente y se encontró con mi mirada. "¿Sí?".
Me mordí el interior de la mejilla, sin saber cómo expresar adecuadamente lo que necesitaba decir.
"Gracias... No estaría aquí ahora si no hubieras venido a rescatarme".
"... No hay de qué", dijo simplemente y se fue antes de que pudiera responder.
Tras ser dejada en la oscuridad con mis propios pensamientos, me pregunté cómo sería el mañana. De salir a escondidas para asistir a una reunión a ser atacada dentro de mi propia habitación, estaba segura de que Tytus tendría varias cosas que decirme.
Pero no podía evitar la sensación de que algo grande estaba en el horizonte, casi como una insistencia en mi mente para ver un panorama más amplio.
… Y, fuera lo que fuera, esta noche era sólo el principio.
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