Una segunda oportunidad romance Capítulo 87

"Aleric", lo llamé y me acerqué con cuidado.

Inmediatamente, vi cómo se tensó ante mi presencia, y sus ojos se oscurecieron por un momento. Supongo que no era tan sorprendente pensar que estaría furioso después de todo este tiempo ahí abajo.

Sin embargo, sus palabras contradijeron esta primera impresión y solo lograron confundirme.

"Aria", dijo, casi como aliviado, antes de concentrarse de nuevo rápidamente.

Mis ojos se entrecerraron mientras lo miraba, sin saber a qué jugaba. ¿Este era algún tipo de acto?

"Ya puedes soltarla", dije mientras apuntaba a Lucy con mi barbilla. "Si la matas, no tendrás a nadie que te traiga la comida todos los días".

Pero su cabeza retrocedió con confusión, sorprendido por mi tajante respuesta.

"... ¿Qué?", preguntó simplemente, perplejo por mis palabras.

"Dije… déjala ir o probablemente terminarás muriéndote de hambre," repetí a la vez que daba unos pasos más hacia él. "Ella no es parte de esto... Pero lo entiendo. Querías hacer algún tipo de gran espectáculo para hacerme venir acá, querías sentir que tenías un poco de control, ya que te he tenido encerrado durante tanto tiempo. Bueno, Aleric, ya estoy aquí, tal como querías. Entonces, ¿cuál es el siguiente paso de tu plan? ¿Vas a matarla y hacerme ver? ¿Estás decepcionado de que perdí esa parte cuando mataste a mis padres?".

"Yo no... ¿Qué?", preguntó de nuevo. "Aria... ¿Qué diablos pasó?".

Traté de no reírme de eso. ¿Qué no había pasado?

¿Aparte de saber que mi existencia era puramente para llevar a cabo los planes de un poder superior? ¿Aparte de Cai durmiendo con Thea durante meses y posiblemente trabajando con ella? ¿Aparte de la traición de Aleric?

... ¿Aparte de sentirme tan vacía por dentro todo el maldito tiempo?

Era un milagro que todavía me importara en lo absoluto.

"Déjala ir o acaba con esto, Aleric", dije. "No alargues esto más de lo necesario. Estoy segura de que hay cosas más importantes que podríamos estar discutiendo en este momento. Como... ¿Dónde está Thea y por qué estás trabajando con ella?".

Sin embargo, aun así no se movía, como si se debatiera internamente qué debía hacer. Pero su duda solo me frustraba aún más. ¿Por qué debatir cuando él nunca le había dado esa cortesía a mis padres? ¿Valoraba más a una asistente que a ellos?

"¡Adelante, hazlo!", lo incité y me acerqué tanto que podría haber extendido la mano para tocarlos. "¡Hazlo, Aleric! ¡Mátala! ¡Como el asesino que eres!".

Abruptamente, la soltó.

"Si tan solo hubieras mostrado este tipo de control antes", murmuré y alejé ápidamente a Lucy de los barrotes para ponerla a salvo. "Estás bien, Lucy. Sal de aquí. Ahora estás a salvo".

Ella no necesitó que se lo dijeran dos veces para irse lo antes posible.

"Entonces, realmente crees esta historia falsa de que estoy involucrado con Thea", dijo. "¿Sabes? Cuando no bajaste a verme, pensé que tal vez te había sucedido algo horrible, pero parece que me equivoqué. Aparentemente, simplemente decidiste no darme la oportunidad de explicarte y creíste de todo corazón que yo soy el malo".

Me encogí de hombros. "No necesito 'creer' nada cuando lo escuché con mis propios oídos. O las orejas de Lucy, dependiendo de cómo lo quieras ver. Vi en una visión cómo le preguntaste si ella estaba allí por Thea 'también'. No sé por qué sigues negando tu relación con ella".

"¿Te refieres a la asistente que casualmente estaba en el hospital en el momento exacto en que yo estaba ahí? ¿No pensaste en absoluto que eso era sospechoso? Y fue el momento exacto en que…". Pero entonces se detuvo y me miró más de cerca. "No importa".

"...¿Qué? ¿De verdad vas a culpar a Lucy ahora?", pregunté, medio riéndome de lo absurdo que era. "Adelante, Aleric, dime cómo Lucy es realmente la villana aquí. De hecho, apuesto a que de alguna manera es su culpa que mis padres también estén muertos y ahora me dirás cómo ella te obligó a hacerlo".

"¡Aria!", gruñó. "Es la misma asistente que pusiste a cargo de mi cuidado aquí todos estos meses. ¿Por qué crees que me niego a decir algo? Tienes una maldita espía y ni siquiera te das cuenta. No sé qué diablos te pasó, pero si estás tan ciega ante la posibilidad de que ella esté involucrada, entonces no sé qué decirte".

"No, Aleric, no estoy cegada a eso", le dije y me acerqué de nuevo a los barrotes. "De hecho, nada me sorprendería en estos días. ¡Simplemente no puedo creer que estés tratando de distraerme con historias de Lucy cuando claramente tú eras el culpable, cuando te vi con su sangre en tus manos! ¿Te das cuenta de quién es Thea? ¿A quién estás protegiendo?".

"¿Por qué tendría que darme cuenta de algo si no tengo nada que ver con esa chica?".

'Está mintiendo', susurró la voz. 'Él sabe. Solo está fingiendo'.

"'Chica'", me burlé, ignorando la voz. "Eso sería quedarse muy corto. Es literal la diosa de la vista, la madre de Selene. Un ser creado en el principio de los tiempos que ahora está atado y atrapado dentro de un cuerpo mortal. Esa ‘chica’ es más poderosa de lo que podrías imaginar".

"¿Qué...?", fue todo lo que logró decir Aleric.

"Es a quién estás eligiendo para proteger", continué, agarrando los barrotes. "Sea lo que sea que te ofrece, espero que haya valido la pena, porque te va a matar en cuanto dejes de ser útil. Es la misma estrategia que usó con Cai para hacerle creer que era su pareja. Necesita que nos matemos entre nosotros porque no puede hacer el trabajo sucio ella misma. Eso es todo lo que tu patética existencia es para ella…".

"¡No estoy trabajando con ella, Aria!", gritó finalmente, interrumpiéndome.

Él estaba justo contra los barrotes, lo que le hacía estar a solo un pie de distancia, y le miré a los ojos. Sus ojos verdes que me eran tan familiares.

… Y un escalofrío me recorrió, pues su proximidad seguía teniendo un efecto que no esperaba. Una sensación extraña, teniendo en cuenta el tiempo que hacía que no sentía nada de verdad.

Parecía tan... sincero. Como si realmente estuviera diciendo la verdad. Y una parte de mí realmente quería creerle. ¿Era ingenuo de mi parte tener una parte de mí que todavía reaccionaba así con él?

… Pero esos sentimientos ya eran intrascendentes. Grotescos, incluso.

Si estaba trabajando con Thea o no, no cambiaba el hecho de que había matado a mis padres.

Ninguna cantidad de disculpas iba a compensar eso. Nada sería suficiente para superar algo así, independientemente de las órdenes de quién hubiera actuado.

Y al parecer él tampoco quería esperar mucho para probar mi punto, ya que mis sentidos detectaron un movimiento inminente.

‘IZQUIERDA’.

La mano de Aleric se levantó rápidamente y se movió a través de los barrotes... apuntando a mi garganta...

… Así que salté de inmediato hacia atrás para esquivarla y me puse en cuclillas a la defensiva mientras me alejaba.

‘Te dije que no te acercaras’, me regañó la voz. ‘Te dije que intentaría matarte’.

Era igual que en las imágenes que ella me había mostrado en los últimos meses. Su mano serpenteaba a través de los barrotes, agarraba mi garganta... exprimía lentamente la vida de mí... Sabía que él intentaría esto y, aún así, le había dado la oportunidad.

"¿En serio, Aleric?", grité, aún exaltada por tener que reaccionar rápidamente. "¿No querías perder tu única oportunidad de acabar conmigo? ¿No escuchaste lo que te acabo de decir? No puedo matarte, al igual que tú deberías olvidarte de matarme a mí. Tu supervivencia depende de que yo viva, al igual que la de Cai. No escuches lo que sea que ella te haya dicho".

"Aria... no intentaba matarte", argumentó y gruñó con frustración. "¿Qué te sucede contigo?".

Pero me levanté, cansada de escuchar sus mismas mentiras, y comencé a marcharme. Ya podía sentir como mi brazo comenzaba a temblar a mi lado, pues el miedo que ella me había metido en mi interior comenzaba a abrirse paso de nuevo.

"No te molestes más en pedirme que baje", le dije por encima del hombro. "Y la próxima vez que amenaces a un asistente, espero que estés preparado para compartir tu celda con un cadáver durante unos días".

Detrás de mí, oí cómo golpeaba las manos contra los barrotes con rabia.

"Si te queda una pizca de sentido común, investigarás a Lucy", gritó justo cuando llegué a la salida. "Ella ha estado ahí desde el principio, Aria. Piénsalo. Algo no cuadra".

Y eso me hizo detenerme un momento. Dejé que sus palabras entraran... antes de finalmente cerrar la puerta tras de mí.

Estaba tan convencido de que Lucy era la que trabajaba con Thea a pesar de que sus acciones gritaban lo contrario. ¿Cómo podría siquiera considerar la idea cuando me parecía tan claro que estaba volviendo a sus costumbres de la línea de tiempo anterior?

… Pero ¿y si tenía razón?

De repente, quedé tan perdida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta cuando Lucy se lanzó sobre mí para darme un abrazo. Sus llantos eran evidentes al sentirla temblar contra mí.

"Señorita", gritó, agarrando mi camisa. "Señorita, gracias por venir a salvarme".

Y, por un segundo, me sentí culpable. No porque hubiera dudado de su lealtad, sino porque había estado dispuesta a dejar que Aleric la matara si eso significaba probar un punto. Que ya no la veía a ella, ni a ninguno de los otros no descendientes, como alguien muy importante mientras sirviera de algo. Que todos ellos eran solo más carnada para la guerra de Selene.

... ¿Y de alguna manera me estaba agradeciendo?

Su cuerpo se tensó de inmediato y apartó la mirada. "No, señorita. Por supuesto que no. He estado trabajando duro para manejar nuestras fuentes y poder encontrarla para usted".

Me mordí el interior de la mejilla, pues la realidad de la situación ya parecía sombría. Ni siquiera había sido capaz de mirarme mientras respondía.

"Lucy", dije con firmeza, lo cual hizo que volviera a levantar la vista. "Puedes decirme la verdad... o puedo ordenarte que lo hagas. Aunque te prometo que esto último sólo conseguirá molestarme infinitamente más si descubro que estás mintiendo. Así que, una vez más... ¿Trabajas para Thea?".

Y pude ver visiblemente como empezaba a temblar mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

"Yo... señorita, por favor", suplicó. "Por favor... por favor... yo no... yo no quería. Lo siento. Por favor".

Sorprendentemente, me sentí completamente tranquila al ver cómo empezaba a llorar después de admitir su traición.

"... ¿Por qué?", fue todo lo que pregunté mientras ella seguía tartamudeando sus disculpas.

"Mi madre...", dijo entre lágrimas. "Lo hice por mi madre. Lo siento mucho, señorita".

La familia. De algún modo, Thea había logrado ofrecerle lo único más valioso que cualquier otra cosa que yo pudiera tener.

"Explícate", le indiqué, haciendo lo posible por sonar neutral. "Quiero todos los detalles".

Me guste o no, Lucy era en ese momento mi mejor oportunidad para encontrar a Thea. Enfadarme sólo iba a dificultar obtener esas respuestas.

"... Señorita, no puedo, yo...", tartamudeó, sin dejar de llorar.

Pasaron unos minutos hasta que finalmente inhaló profundamente para calmarse y cerró los ojos en señal de aceptación.

Y comenzó a contarme su historia.

"... Debo comenzar diciéndole que nací en una familia semiprivilegiada, señorita. Mi padre ocupaba un respetable puesto de guerrero prestigioso antes de fallecer hace quince años... algo que fue extremadamente difícil de sobrellevar para mí. Sobre todo porque hasta ese momento fue un padre soltero para mí que había hecho todo lo posible por criarme. Mi madre, a la que apenas conocía entonces, había sido expulsada cuando yo era aún una niña, desterrada de la manada por delitos que no cometió. El resultado fue que se convirtió en una salvaje... y sufrió cada día por ello".

Las lágrimas seguían cayendo por su rostro mientras relataba su infancia.

"Me enviaron al orfanato después de la muerte de mi padre, lleno de promesas de todos, de que me cuidarían en honor a su memoria. Y era bastante cierto, fui muy afortunada a pesar de mi nuevo entorno... pero seguía sintiéndome triste. Como si me faltara algo. Algo que solo encontré cuando mi madre logró ponerse en contacto conmigo. Me explicó lo de su condena injusta, lo mucho que me quería y deseaba poder estar a mi lado durante el momento difícil que estaba viviendo... y me sentí más feliz que en mucho tiempo. Incluso en su ausencia, de alguna manera se las arregló para llenar el agujero que había dejado la muerte de mi padre".

"¿Y cómo entra Thea en esto?", pregunté.

Se frotó los ojos para limpiar las lágrimas que había ahí antes de continuar.

"Estuve en contacto con mi madre mientras crecía en el orfanato. Al principio, sólo eran cartas, pero, al poco tiempo, nos comenzamos a reunir en secreto a lo largo de los ríos que salían del otro lado de la frontera. Dejábamos códigos en las rocas para encontrar nuestro camino y las patrullas no podían rastrear su olor debido al agua. Funcionaba perfectamente. Pero no era realmente... suficiente. Quería limpiar su nombre y que fuéramos una familia sin tanto escondite. Fue alrededor de este tiempo que usted entonces me buscó, señorita. Era una loca pero demasiado inteligente niña de catorce años, lo que sinceramente me asustó un poco, y me dijo que buscara a una mujer llamada Thea. Pero, y lo digo de verdad, no acabé encontrándola... ella me encontró a mí".

"¿Te reuniste con ella?".

Lucy asintió. "Quizá un mes después de que empezáramos a buscarla, mi madre me presentó a una chica en una de nuestras reuniones secretas. Imagina mi sorpresa y mi emoción cuando de repente me dijo quién era. Me moría de ganas de decírselo. Pero... lo que pasa con Thea es que es muy... carismática, persuasiva incluso. Nos dijo cómo podía ayudar a limpiar el nombre de mi madre. No solo el de ella, sino el de otros delincuentes injustamente condenados como ella. Su objetivo era integrarlos poco a poco en los trabajos, como si siempre hubieran pertenecido a ellos, para ayudarles a reiniciar sus vidas después de años de sufrimiento. Por supuesto, al principio me reí y no le creí... pero luego conocí a los demás. A los que ya había ayudado, a algunos de los cuales ya conocía desde hacía años y nunca supe la verdad. Y de repente, el sueño de estar con mi madre ya no parecía tan loco".

"¿Thea en realidad te dijo quiénes son los otros espías salvajes?", pregunté y me incliné hacia delante en mi silla mientras la miraba con atención. "¿Confiaba lo suficiente en ti para darte esa información?".

"Unos cuantos, sí...", respondió titubeante. "No tuvo más remedio que ganarse mi confianza porque... porque me necesitaba... por ti. Me dijo que yo era crucial para su plan y prometió ayudar a mi madre después de que hiciera lo que ella quería".

Y así, sin más, mi mundo se había abierto al disponer de la información más vital.

No solo tenía de repente acceso a alguien que conocía a Thea... sino que era alguien que conocía la identidad de otros espías como ella.

Y en ese momento, por primera vez, obtuve una verdadera ventaja en esta guerra.

Finalmente tenía una pista sobre Thea.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una segunda oportunidad