PDV Teresa
Después de que
Clara se fuera, tome los maletines y me los lleve conmigo, fue algo difícil de hacer
esto, ya que tuve que cargar también con lo de Vincent, pero de algún modo me
las arregle, tome un taxi y me fui a mi casa.
En el camino
estaba bastante nerviosa, tenía 3 millones en efectivo en esos maletines, me
preocupaba perderlos de algún modo, solo pude relajarme cuando finalmente llegue
a las puertas de mi casa, donde estaba segura de que no se perderían.
Fui a mi cuarto y
puse los maletines cerca de mi cama y empecé a pensar un poco sobre lo que tenía
que hacer.
Mientras estaba
en ello, recibí una llamada de Vincent, necesitaba mi ayuda en el trabajo, era
urgente, escondí muy bien los maletines en mi cuarto de forma que nadie pudiera
verlos, sería mucho problema si mi hermano se enterase.
Después de
arreglar todo, me fui con Vincent, en el camino, me vinieron a la mente varios
pensamientos sobre como seria si yo fuera la jefa en lugar de empleada… siempre
había tenido esta posición hasta ahora, y me daba curiosidad como seria
intercambiar roles.
Sacudí al cabeza
en cuanto esos pensamientos proliferaron, las palabras de Clara ya se habían
metido mucho en mi cabeza.
Trate de
distraerme pensando en otras cosas pero cada cierto tiempo aparecían esos
pensamientos, así fue hasta que llegue al lugar en el cual debía reunirme con
Vincent.
Parecía ser un
club privado, di mi nombre y dije que venía de parte de Vincent y me dejaron
entrar, poco después pude encontrarlo, estaba vestido con ropa para jugar tenis.
— ¡Teresa! ¡Por
aquí! —me grito, mientras alzaba la mano, estaba reunido con varias personas,
supuse que eran socios.
Fui hacia él, y
el tonto me presento como su novia ante esas personas mientras me tomaba de la
cintura, le di un leve golpe en la cabeza y me separe de él, y mientras nos
miraban, Vincent les dijo que éramos una pareja BDSM, y ahora era mi turno de
ser la “sádica”.
Explico así el
golpe que le di…
También dijo que
disfrutaba mucho su papel de sumiso, y más cuando llegaba la noche, lo peor fue
que hubieron algunos que le creyeron, y justamente había una pareja BDSM entre
ese grupo.
Le ofrecieron
Vincent cambiar sumisas, él acepto, no si fue en serio o no, pero quise darle
otro golpe por eso, me contuve, puede que de verdad creyeran que yo era algo de
Vincent si seguía así.
Después de eso,
Vincent me llevo junto con él, habían 6 socios con los cuales estaba reunido, y
hablaron de varias cosas, Vincent me hizo tomar notas de todo lo que hablaban,
fue sencillo, lo difícil fue cuando tuvimos que jugar tenis en pareja con algunos
de ellos.
Nunca en mi vida había
jugado, le dije esto a Vincent, no supe responder a lo que me dijo.
—Yo tampoco
Teresa, ambos aprenderemos justo ahora —me dijo antes de llevarme a cambiar mi
ropa.
Después de eso me
llevo a la cancha, había mucha gente mirando, no quería hacerlo pero Vincent de
todas formas me llevo al interior para jugar.
—No te preocupes
Teresa, si pasamos pena, pasaremos pena
“juntos” —se fue a su posición al decir esto.
Hicimos el
ridículo como esperaba, Vincent fue el primero en hacerlo… debía ser el primero
en sacar, fallo el tiro y la pelota cayó al suelo, y eso paso un par de veces más
en el resto del partido, aunque con el tiempo pareció acostumbrarse poco, pero
de todas formas siguió dando pena.
Yo fui la peor
entre los 2, a medida que jugábamos, varias de las pelotas que devolví
terminaron golpeando a la gente, primero fue a Vincent, le di un pelotazo en la
espalda, después fue a al árbitro del partido, le di tan fuerte que se cayó de
su silla, e incluso hubo un momento en que no agarre bien la raqueta y se me
escapo de las manos, volví a golpear a Vincent de nuevo.
Por suerte no se
permitían los teléfonos aquí, sino volvería a ser viral en la internet.
No fuimos los
únicos en jugar mal, la pareja con la cual competíamos tampoco sabía jugar, eso
hizo más llevadero todo, y al terminar supe que este juego solo era uno de
prueba, según Vincent, él y sus socios querían ver que tan mal podían jugar
como novatos.
Vincent y yo nos
despedimos de ellos antes de ir a comer algo juntos.
—Tienes más
fuerza en los brazos de lo que esperaba Teresa, ese pelotazo en mi cuello casi
me mata, por poco conviertes este juego en el primer tenis fatal de la
historia.
—Me hubieras
dicho desde el principio que ese juego era solo para reírse de lo mal que
jugábamos, no hubiera estado tratando de hacerlo bien.
—Si así juegas
tratando de esforzarte por hacerlo bien, no quiero ni imaginar cómo lo harás si
lo haces sin esforzarte… de seguro en esa ocasión si lograras convertirme en la
primera víctima del primer tenis fatal de la historia.
—Cuando eso pase,
no esperes que llore en tu tumba.
—Tranquila,
habrán muchas dolientes Teresa, miles de mujeres se formaran para besar mi
lapida, estará hecha de oro sólido y en
ella dirá “de lo que se perdió el mundo”, será maravilloso, mi suegra de seguro
será la que más llorara.
— ¿Tu suegra?
—Sí, aunque para
que eso pase, primero necesito enamorarla con mi encanto, ¿Cuándo la voy a
conocer Teresa?
—Vincent, no creo
que sea momento para eso, tengo muchas cosas en la cabeza.
—Vamos Teresa,
debes presentármela, no es justo, ¿Cómo puedes dejar que una suegra no conozca
a su yerno?
—Ni siquiera es
tu suegra.
—Pero lo será
Teresa, eso es seguro, todavía estoy discutiendo los detalles, pero en mi mente
ya eres para mí.
—Ahora que
recuerdo Vincent… ¿Qué fue eso de que estabas discutiendo como “repartirme” con
Tomas?
— ¿Él te lo dijo?
—Si.
— ¿Cuándo
hablaron?
—En el hospital
donde está mi ma… en la calle.
—Fue en el
hospital donde estaba tu madre ¿Verdad?
—Bueno… sí.
—… Teresa… juro
que si no fuera tan bueno contigo… te cargaría y te echaría del club.
—No es lo que
piensas Vincent.
— ¿Ah no? Y dime
¿Qué hacías con Tomas en el hospital donde estaba tu madre? ¿Ves lo injusta que
eres conmigo?
—No es lo que
crees, solo me encontré por casualidad con Tomas allí, él ni siquiera vio a mi
madre en esa ocasión.
— ¿Y esperas que
te crea esa excusa? Yo miento mejor que eso Teresa.
—Es verdad,
estaba con Clara para un cita con el medico por su embarazo.
—… no sé si
un poco pegajosa.
—Ya veo…
Recordé las
palabras de Clara acerca de que tenía bien vigilado a Tomas.
—Vincent ¿Puedo
pedirte un favor?
—Depende.
—Bueno… ¿Podrías
separar a Clara de Tomas?
— ¿Por qué?
—Necesito hablar
a solas con él, es importante.
—A ver a ver,
déjame ver si entiendo lo que pides… ¿Me estas pidiendo que te ayude a apartar
a la esposa del hombre con el cual me engañas para que puedas hablar a solas
con él y a mis espaldas? ¿Eso es lo que me pides Teresa?
—Vincent, por
favor, es importante, hazlo por mí —le lance los mejores ojos de gato triste
que pude hacer a Vincent mientras decía esto.
—Teresa, sigues
pidiendo favores y todavía no me has pagado nada.
—Puedes estar
seguro de que te pagare en el futuro Vincent, te lo aseguro, pero ayúdame ahora
por favor.
— ¿Qué le vamos a
decir a nuestros hijos Teresa?
— ¿Nuestros hijos?
—Sí, ¿Cómo le
vamos a explicar que su madre tiene una aventura con el amante de su padre?
¿Cómo?
—Vincent, esto es
serio, de verdad tengo asuntos que arreglar con Tomas, por favor.
—Está bien, está
bien, pero tú me debes, recuérdalo, ya he hecho mucho por ti, incluso te
perdone por engañarme con Tomas a mis espaldas, espero que lo recuerdes.
Eso ni siquiera
fue engaño.
—Gracias Vincent,
eres el mejor.
—No te creo esas
palabras, a ver, dame un besito y te creeré —me mostro su mejilla.
Dude un poco pero
al final me levante y le di un beso en la mejilla justo como quiso, Vincent no
se conformó y me hizo darle otro en la otra mejilla, después me pidió uno
final, y justo en el ese momento giro su cabeza e hizo que lo besara en los
labios.
Lo mire enojada.
—Ahora por fin me
besaste tu Teresa, estoy tan feliz.
—Ahora ya no te
debo nada.
—Vamos, fue solo
un beso, no es la gran cosa como para que me pagues un favor con eso.
—Para mí sí,
llama.
—Bien, bien, pero
recuerde que me sigues debiendo —Vincent llamo a Clara al decir esto último.
Puso el altavoz y
pude escuchar la conversación, le fue algo difícil concertar una cita a solas
entre ellos sin que Tomas no estuviera presente, Clara le pregunto varias veces
el por qué solo debían estar ellos 2 por asuntos que no trataban de trabajo.
Vincent parecía
exprimirse la cabeza para encontrar excusas adecuadas, pero finalmente Clara
accedió a reunirse con él por 1 hora mañana estando los 2 a solas.
Vincent se
despidió de ella y suspiro, quejándose de lo difícil que era convencer a Clara,
después hice que llamara a Tomas, y supe que estarías en su casa mañana.
Clara estaría
afuera durante 1 hora con Vincent, así por lo menos no se repetiría lo del
hospital cuando Clara nos interrumpió a mí a Tomas, podía ir a donde estaba y estar
a solas con él sin que nos interrumpieran.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO