PDV Teresa
— ¿Y bien Teresa? ¿Lo vas a hacer?
—No lo sé Daisy… me sigue sin gustar del todo la idea de hacer eso…
— ¿Por qué eres tan indecisa? Veamos, vamos a repasarlos juntas.
Después de decir esto último, Daisy me tomo de la mano y nos sentó en mi cama, su brazo me rodeaba desde atrás.
—Piensa como será tu futuro si por alguna razón tu relación con Tomas logra pasar la prueba del mes y llegan a durar a largo plazo, ¿Cómo sería si el hijo de Clara y esta última está metida en sus vidas? ¿Te gustaría que Tomas tenga que pasar tiempo con ella y que tengan que ir juntos por todos los vínculos que ese niño les creo? ¿Te gustaría?
No, claro que no.
—Además, también piensa, esos 2 estuvieron casados durante años, y donde hubo fuego quedaron cenizas Teresa, teniendo en cuenta que ambos tendrán que pasar tanto tiempo juntos, ¿Qué te asegura que algo no pueda surgir a tus espaldas entre esos 2?
—Tomas me aseguro que no quedo ninguna ceniza en esa relación Daisy.
—Eso lo dice ahora, pero las cosas pueden cambiar en el futuro, imagina que el niño crezca y por alguna razón Tomas llegue a quererlo debido al tiempo que pasaron juntos, y ahora, piensa que Clara podría manipular al niño para decirle a Tomas que le gustaría ver a sus padres juntos y que quiere tener una familia completa… ¿No piensas que Tomas puede caer rendido por sus palabras?
…
—Vamos Teresa, no dudes, no hay ningún beneficio para ti el que Tomas tenga un hijo con Clara, es todo lo contrario, tendrías puros problemas, solo eso, y tu relación con Tomas se dificultaría mucho, y recuerda que tendrías que lidiar no solo con el hijo de Clara, sino también con ella… ¿Te gustaría?
—Haces preguntas que tienen una respuesta obvia.
—Lo sé, pero lo hago para que te des cuenta Teresita, si haces esto ahora, toda tu relación futura con Tomas será mucho más fácil y con menos complicaciones, es lo más pragmático… y además, ¿Te gustaría ser la madrastra del hijo de Clara?
—Daisy, Tomas y yo a penas y si acordamos salir de verdad, estamos lejos del matrimonio.
—Sí, pero es solo en un caso Teresita, dime ¿Te gustaría ser la madrastra del hijo de Clara?
—No lo sé.
— ¿No lo sabes?
—No, lo sé.
—Bueno, pero dime, ¿Qué hay de todo lo demás que te conté? Ya sabes que solo hay una respuesta Teresa.
Daisy me levanto de la cama y me guio hacia la mesa donde estaban los medicamentos que ella trajo.
—Con solo 5 minutos de una acción rápida, podrás evitar años de dificultades, es lo más conveniente para ti Teresa, ¿Lo harás?
—No lo sé Daisy, necesito más tiempo para pensar.
—Está bien, pero por lo que me contaste Clara no te va a dejar tranquila y de seguro aprovechara cualquier momento para hacer de las suyas, si tú quieres lidiar con eso, pues bien por ti… será divertido verte mientras tanto —el tono de Daisy fue bastante bromista.
—No es para burlarse Daisy.
—Vamos Teresa, acabo de tener que conseguir estas cosas para ti sin tener una prescripción médica, no fue fácil, déjame hacerlo un poco.
—…
Daisy y yo continuamos hablando un poco más, esta última siguió tratando de alentarme a darle esas cosas a Clara, pero siempre respondí con evasivas, después de que se fuera, me quede pensando un poco más acerca del tema.
Necesitaba consejo, Daisy tenía razón con que me era conveniente en bastantes sentidos hacerle eso a Clara, pero me resultaba difícil seguir con eso hasta el final.
Vincent no me dejo pedirle consejo a mi mama debido a su presencia, por suerte mañana ella finalmente saldría del hospital donde había estado internada por tanto tiempo y regresaría a casa, podría preguntarle una vez que estuviera aquí.
A la mitad de la noche, Vincent me llamo y me dijo que iría a recoger a mi mama al hospital, me quede muda unos segundos antes de preguntarle el por qué haría esto.
Solo me respondió que él y mi mama habían estado hablando y acordaron que él la buscaría a ella y a sus cosas, quería a alguien de confianza que fuera por ella.
No me gustaba que Vincent se metiera con mi madre, trate de decirle que no lo hiciera, pero no me hizo caso y en su lugar me dijo que iba a pasar por mí en la mañana para que fuéramos juntos por ella.
Me amenazo con que si rechazaba, le iba a decir a mi madre sobre que no quería ir por ella al hospital, mi hermano no podía hacerlo por el trabajo, y cuando ella saliera debía estar al menos un familiar, no podía dejar que Vincent fuera solo.
Cedi, y a la mañana siguiente Vincent me fue a buscar, se había traído su auto, por suerte mi hermano salió antes de que él llegara, por lo que no hubo problema a diferencia de la ocasión que llego Tomas.
—Vamos Teresa, ya estamos tarde para ir por tu mama —me dijo Vincent mientras tocaba la corneta de su auto, provoco mucho ruido.
—Ya voy, ya voy Vincent, no me apresures, sigo sin estar muy emociona de que tu vengas conmigo —le dije mientras me montaba en el auto.
—Vamos Teresa, ya soy prácticamente de la familia ahora, ¿Por qué no me tratas mejor?
— ¿Y todavía lo preguntas? ¿Ya olvidaste lo que me hiciste en tu oficina?
— ¿Sigues recordando eso? No es para tanto Teresa, ya olvídalo.
—Me apuntaste con un arma.
—Que no tenía balas.
—Si tenía 1, que hubiera pasado si hubiera salido mientras me apuntabas.
—Pues no salió mi amor, deja de pensar en lo que pudo haber ocurrido y enfócate en el presente, voy a poner una buena música a ver si te animas.
Vincent encendió el estéreo de su auto, y la canción que sonó fue… ¿Barbie Girl?
—Me encanta esa canción —me dijo Vincent, quien empezó a cantar y a conducir mientras la música seguía.
Me le quede viendo raro unos momentos, o al menos así fue hasta que el tonto me hizo participar en la canción… él me hizo cantar la parte que le tocaba al hombre mientras que el cantaba el resto…
El auto era un convertible, y el techo estaba descubierto, a donde sea que pasáramos las personas se giraban para vernos, llego un punto en que tuvimos que detenernos en un semáforo y tuvimos autos a ambos lados.
A Vincent no le dio ninguna pena, y continua cantando, de hecho, hasta giro su mirada para ver al conductor que tenía a su lado y lo miro mientras cantaba, la cara que puso este no tuvo precio…
Fue el primero en arrancar cuando el semáforo dio luz verde.
Recibí varias llamadas de Tomas, el cual me pregunto sobre las cosas que hacía, quería decirle que solo estaba en casa estudiando, pero antes de poder hacerlo, mi madre y Vincent se dieron cuenta de que estaba hablando con él y me quitaron el teléfono.
Mi madre saludo a Tomas, él le gustaba mucho, Vincent solo le dijo varias tonterías y en algunas ocasiones llamo a Tomas de ciertas formas cariñosas, pude escuchar algunos gritos de este por el teléfono.
Vincent termino por colgarle a Tomas y después fue que me regreso el teléfono.
Continuamos nuestro viaje después de eso.
—Ya es mediodía Vincent, debemos llevar a mi mama a mi casa para que coma.
Acabábamos de salir de una tienda donde Vincent le compro ropa a mi mama… algunas de las prendas eran demasiadas subidas de tono, incluso habían lencería…
—Espera Teresa, acorde reunirme con una conocida para comer a esta hora, vamos con ella y aprovechemos —me dijo mi mama.
—Bien, bien, pero después de eso nos regresamos a casa, estas recién salida del hospital, no deberías hacer tanta actividad.
—Vamos Teresa, deja que tu madre se suelte, lo más seguro es que en ese hospital soñara con cantar una y otra vez “libre soy”, “libre soy”, no puedo ocultarlo masss.
—De hecho paso algo parecido Vincent.
—Bien señora, entonces cantemos, aprovechemos que por fin tenemos una excusa para cantar esa canción, a la cuenta de 3… 1, 2…
—Ya paren los 2 y vámonos al auto, estamos en plena calle.
—Bueno Teresa, pero por suerte tengo la canción grabada en mi estéreo, las 3 lo cantaremos allí, y eso te incluye a ti Teresa.
Al decir eso último, Vincent nos tomó de las manos a ambas y nos llevó al auto, cumplió su promesa y puso esa canción a sonar, y al final acompañe a ese par a cantar.
Me dio alegría ver a mi mama así de animada, nada fue planeado, pero Vincent le había hecho pasar un buen rato a ella.
Mi madre le dio la dirección del restaurante donde nos íbamos a encontrar con su conocida, nos bajamos y entramos allí, teníamos un reservación.
Después de entrar, unos meseros nos llevaron a la mesa asignada, al llegar allí pude ver a Mía, mi madre al verla camino feliz hacia ella y la saludo con un beso.
Abrí los ojos como platos al ver eso.
— ¿Ustedes se conocen? —preguntamos yo y Vincent al mismo tiempo.
—Sí, ella y yo hemos estado hablando desde hace poco más de 1 mes atrás Teresa, me dijo que era tu amiga, es una chica bastante agradable —me dijo mi madre mientras me miraba junto con Mía.
Gire la mirada hacia esta ultima.
Mía solo me sonrió y poco después nos dijo que nos sentáramos todos juntos.
Cuando estuvimos sentados, Mía se acercó a mi oído.
—Teresa, mantén en secreto por ahora lo de la fiesta a tu mama, ya eh hablado con tu hermano y acordamos mantener todo en secreto para darle una sorpresa agradable.
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