Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 166

PDV Clara

Vi como Mía, después de escuchar eso último que dije, tomaba su teléfono y empezaba a marcar en él.

Cada segundo que tardaba, se me hacía eterno…

— ¡¿Por qué tardas tanto Mía?! —le grite.

—No me apresures así, ¡Maldición! Se me abrió por erro al App de Youtube y ahora tengo un anuncio que no puedo quitar, ¡¿Por qué hay anuncios que se pueden quitar y otros con los que no se puede hacer lo mismo?!

— ¡Mía!

— ¡Ya termino! ¡Maldita sea!

Vi como Mía llamo con dedo a su chofer, este vino hacia nosotros, esta última le dio instrucciones y entonces me ayudo a montarme en el auto de Mía.

Esta última tenía su teléfono en la oreja mientras pasaba esto.

Cuando nos montamos en el auto, el chofer empezó a conducir, Mía le dijo que fuéramos al hospital.

Cuando le escuche mencionar el nombre de Tomas a través del teléfono, recupere algo de energía, quise quitarle el teléfono de inmediato para decirle a Tomas lo que estaba pasándome y que viniera a ayudarme.

Unos instantes después de haber extendido mi mano para poder tomar el teléfono de Mía, pude sentí un nuevo dolor, lance un grito y el dolor hizo que detuviera mi mano a mitad de camino.

Termine por tocarme el estómago de forma inconsciente, quería que el dolor terminara.

Mía empezó a contarle mi situación a Tomas, empezando desde el principio, cuando termino le dijo que iríamos al hospital y que debía ir allí.

No sé qué fue lo que dijo Tomas ya que Mía no tenía el altavoz activado.

Por lo menos al saber que ya Tomas estaba informado me relajo un poco, él debía venir lo más rápido que podía ahora que ya sabía de mi estado actual.

Mientras estábamos en camino, el dolor que sentía empezó a disminuir de poco en poco, pensaba que ya se me estaba pasando esto que sentía y eso me hizo relajar.

Quizás fue solo algo que paso mal y ya me estaba aliviando, aun así debía ir con el médico para hacerme un chequeo y ver qué fue lo que ocurrió, un dolor así no era normal.

Empecé a erguirme de nuevo en mi asiento, pero el dolor volvió a atacar justo cuando empecé a relajarme.

Lance otro pequeño grito el  cual alerto a Mía.

—Clara ¿Qué sientes? —me pregunto.

— ¿Cuánto falta para que lleguemos al hospital?

—No lo sé.

—Averígualo tonta.

Mía tomo su teléfono y llamo a continuación a su chofer al parecer, después de terminar, me dijo que ya estábamos cerca.

El dolor subía y bajaba de forma errática, a veces golpeaba fuerte, mientras que en otras ocasiones bajaba hasta casi hacerme pensar que había acabado.

Era un tormento.

Finalmente llegamos al hospital.

Mía me ayudo a caminar a la recepción, allí le dijo al personal que me enviaran directo con un médico para que me atendiera de inmediato.

El personal quiso poner trabas para hacer esto, pero les grite y les ofrecí una remuneración por sus servicios y entonces se apresuraron a atenderme de forma inmediata.

El médico  que había estado gestionando mi embarazo y al cual había visto junto con Tomas pronto llego, me hizo ir a su sala y allí empezó a revisarme junto con su personal.

Tomas aun no había llegado, pero de todas formas ya me estaban atendiendo y este último debería estar en camino.

PDV Mía

Después de que el personal del hospital se llevara a Clara, me senté en la recepción a esperar, no podía estar con ella mientras el médico y el personal hacían su trabajo ya que ni era su familiar.

Tuve que llenar unos formularios mientras tanto, y mientras esperaba, Tomas apareció.

Tenía un leve sudor en su rostro, no sé si era porque se apresuró en llegar o porque estaba nervioso por lo que estaba pasando.

Al verme, camino hacia mí, y empezó a hacerme un par de preguntas.

— ¿Qué fue lo que paso Mía? ¿Qué fue lo que hizo Clara que la llevo aquí?

—Ojala lo supiera, estábamos juntas en la plaza mientras hablábamos cuando de repente empezó a sentirse mal, de la nada termino soltando un grito y entonces todo se descontrolo.

— ¿No sabes que hizo Clara antes de encontrarse contigo?

—Ni idea Tomas, cuando nos reunimos no se me ocurrió preguntarle algo así.

— ¿Dónde está ahora Clara?

—Esta con el médico y su personal siendo atendida, no me dejaron entrar con ella.

— ¿Hace cuánto fue eso?

—No lo sé, no vi la hora, como sea, debemos esperar y ver qué ocurre.

—Ya veo.

—Siéntate y espera, solo podemos hacer eso en estos momentos.

—Bien.

Tomas se sentó a mi lado al decir eso último, hice que me ayudara firmar el formulario ya que habían un par de cosas que yo no sabía con respecto a Clara.

Nuestra espera duro un tiempo, hasta que un miembro de personal del hospital vino con nosotros.

Parece que lo sucedido con Clara ya había terminado y ahora podíamos pasar y estar con ella.

Tomas y yo, nos miramos unos momentos antes de levantarnos, fuimos hacia el lugar donde habían puesto a Clara, encontramos a esta última acostada en la cama del lugar.

Al vernos se levantó parcialmente, llamo a Tomas para que fuera con ella, los 2 llegamos y preguntamos cual fue el diagnostico.

—El medico no me ha dicho nada todavía, me atendió de inmediato, y después de que todo estuviera listo, se fue unos momentos y dijo que hablaría conmigo con mi esposo presente.

— ¿Qué fue lo que paso Clara? ¿Qué fue lo que hiciste?

—No lo sé Tomas.

— ¿No lo sabes? ¿Cómo que no lo sabes?

—No lo sé, en un momento estaba normal, pero después al siguiente, empecé a sentir dolores y esos fueron aumentando más y más, al final no pude seguir aguantando.

— ¿Qué hiciste las últimas 24 horas?

—Tú ya sabes que hice, estuviste conmigo gran parte del día anterior, no hice nada fuera de mi rutina diaria normal, nada fuera de lo común.

—Cosas así no pasan solo por casualidad Clara, piensa, que hiciste exactamente.

— ¡¿Por qué sé que se queda callado?! ¡Hable!

—Pues…esto no es fácil… pero… lo que sufrió usted no fue un aborto espontaneo…

Sentí como si mi cerebro se desconectara de mí por unos instantes al escuchar eso, no pude volver en mi misma sino hasta varios segundos después.

— ¿Es en serio? ¿A qué se refiere con que no fue un aborto espontaneo? —le pregunto Tomas al doctor.

— ¿Qué fue lo que paso? ¡Hable!

—Pues… durante los exámenes que le realizamos, encontramos varias sustancias residuales en su cuerpo… por separado estas sustancias no son peligrosas y más para una persona normal… pero cuando… se combinan, lo que provocan es un aborto en mujeres en condición de embarazo… eso fue lo que le paso a usted.

Apreté muy fuerte las manos cuando el doctor término… maldije en mi mente como nunca antes lo había hecho.

—Señor... ¿Entonces el aborto que sufrió fue inducido?

—Sí, así es, al menos según los resultados que hemos obtenido, puede que ella llegara a consumir por error algunos medicamentos que terminaron por provocar eso… puede que solo fuera una desafortunada equivocación nada más.

—Clara… ¿Tú…?

— ¡No! —interrumpí lo que Tomas iba a decir.

— ¿Cómo? —murmuro el doctor.

— ¡No fue un accidente!

—Señorita, no puede estar tan segura de eso, puede que los tomara por equivocación y…

— ¡No! Conozco la mayoría de los medicamentos que pueden inducir un aborto, no consumí ninguno de ellos y es más, casi no eh tomado ningún medicamentos en todo este tiempo, esto no fue un accidente causado por error…

—Bueno… entonces si esto no fue un desafortunado accidente… entonces… la otra explicación es que…

¿Alguien me hizo abortar? ¿Quién? ¿Quién lo hizo?

— ¿Cuándo cree exactamente que me dieron esos medicamentos?

—Pues no estamos totalmente seguros, pero estimamos que debió ingerirlos en los últimos 7 días aproximadamente.

¿La última semana entonces? En ese tiempo estuve con varias personas ¿Quién lo hizo? ¿Quién pudo hacerlo?

Estuve con Tomas, con mi padre, con algunos amigos, con Mía, con Vincent, con, con…. ¿Teresa?

Recordé que hubo un momento en que estaba separada de mi comida debido a la conversación que tuve con la empleada de Tomas… hubo suficiente tiempo para que ella hiciera de las suyas…

¿Sera posible que…?

Pero si fuera así, los medicamentos que me dio, hicieron efecto muy rápido, ¿Fue ella? Debía serlo, ¿Quién más lo haría? Nadie tendría razones para provocarme esto, nadie… exceptuando a…

Gire mi mirada hacia Tomas, este último le estaba diciendo algo al médico.

¿Podrá haber sido él?

¡Necesito saber!

—Dígame Doctor, usted debe poder decírmelo.

— ¿A qué se refiere?

—Dígame quien mato a mi hijo, dígamelo ahora.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO