Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 187

PDV Daisy

La clase en la cual estaba para Teresa, termino después de 1 hora, había anotado todo lo que la profesora nos enseñó.

No entendía mucho de lo que decía, no era tan buena con las matemáticas y ese tipo de cosas, solo me limite a anotar cualquier cosa que dijera o escribiera, Teresa tendría que ver si lo entendía más tarde.

Al finalizar la clase, me levante de mi asiento, hable con algunas conocidas que tenía aquí, también eran conocidas de Teresa, pero se habían distanciado en los últimos meses.

Hable con ellas de forma normal, después tocaron el tema de donde estaba Teresa.

—Está viajando hacia el sur, está en Sudamérica en estos momentos, debería regresar en 1 semana más o menos —les dije cuando preguntaron.

No tarde mucho en ver que tenían envidia de eso, preguntaron si estaba con Tomas o Vincent, les dije que estaba con el primero y no tardaron mucho en querer decir algunas cosas malas de ella, más que todo con respecto a que estaba dando a cambio de ese viaje con Tomas.

No quería entrar mucho en ese tema y lo desvié a la menor oportunidad, ya estábamos saliendo del aula, mientras seguíamos hablando.

—Hola —me dijo alguien detrás de mí.

Por puro instinto me gire en cuanto escuche esa voz hablarme, me pareció familiar en cuanto la oí.

Al girarme pude ver a Clara y Mía juntas paradas cerca de mí, esta última me sonrió y me saludo con la mano.

No me importo la acción de esta última, al ver a Clara parada tan cerca de mí, sentí como la tensión me bajaba de forma abrupta, termine dando unos pequeños gritos involuntarios uno detrás del otro.

—Daisy ¿Qué te pasa? —me pregunto una de mis compañeras.

—Disculpa pero… ¿Yo te conozco? —me pregunto Clara mientras se acercaba a mí.

Todo mi cuerpo tembló por un instante antes de reaccionar.

—No, no nos conocemos, debes estar confundiéndome con alguien más, debo irme, tengo muchas cosas que hacer, clases que tengo que ver —le dije a Clara, antes de girarme.

—Espera, ¿Podemos hablar en privado? Creo que de verdad nos conocemos tú y yo —me dijo Clara.

—No, no podemos, tengo muchas cosas que hacer, será luego —camine con velocidad después de decir eso.

Poco después de comenzar, gire mi mirada para ver a Clara, esta última me estaba siguiendo.

— ¡Espera! —me dijo.

Incremente la velocidad y no me detuve.

— ¡Anna! ¡Anna! ¡Ven aquí!

Llevaba puesto unos tacones, no iba a poder correr mucho con eso, no sería difícil perderla.

¿Por qué demonios Clara estaba aquí?

¿Mía la trajo?

¿Por qué? Teresa no estaba aquí, ¿Por qué vino?

Mientras pensaba en eso, sentí como alguien me sujetaba por el brazo y me jalaba hacia atrás.

— ¿Qué mierda? —pensé, mientras me giraba.

Un chico un poco más alto que yo me había detenido, me estaba sujetando por el brazo en estos momentos.

— ¿Y tú quién eres? ¡Suéltame! —le grite mientras trataba de zafarme de su agarre.

—Lo siento, pero me están pagando —me dijo el chico.

— ¿Pagando? —murmure, mientras Clara y Mía llegaba junto conmigo.

—Gracias, aquí tienes —Clara saco un billete de 100 dólares y se le dio al chico.

Así que eso fue lo que paso, el chico acepto el dinero y se fue, Clara me tomo del brazo y no parecía tener intención de dejarme ir.

— ¿Por qué corriste? Solo quiero hablar contigo nada más, como conocidas que somos —me dijo Clara.

—Ya te dije que tengo cosas que hacer, estoy muy ocupada en estos momentos… y no creo que te conozca.

—Estoy segura de que si… y tengo varias cosas que hablar contigo Anna.

— ¿Quién? —murmure de forma involuntaria.

—Me refiero a ti Anna… ¿No te llamabas así? Podría jurar que ese fue el nombre que me diste la última vez que nos vimos.

Mierda, se me olvido eso.

—Sí, así es, perdona, es que no me confundí por unos momentos cuando hablaste, no escuche bien.

Mía me lanzo cierta mirada cuando me vio decir eso… quien sabía lo que pensaba.

—Entonces sí que nos conocemos, ya lo confirmaste con decirme tu nombre —Clara sonrió al decir eso último.

Mierda ¿Qué me pasa? Concéntrate, estas dejando ir muchas cosas.

— ¿Ya podemos ir a hablar en privado nosotras 2? Vamos Anna, no pienso dejarte ir, será rápido ¿Vienes?

Sentí que Clara me apretó un poco el agarre alrededor de mi mano al decir eso último, suspire un poco.

—Bien, vamos, pero que sea rápido, tengo clases a las cuales asistir.

—Perfecto, sígueme —después de decir eso Clara se giró, pero mantuvo la mirada en mí.

Por un momento considere correr, pero después pensé que solo le pagaría a un chico para que me alcanzara y todo sería igual, no iba a poder ganarle una carrera a ellos… mejor terminar con esto.

Mía y Clara empezaron a caminar mientras que yo las seguía a su lado, poco después de empezar, Clara fijo su mirada en mí.

—Por cierto Anna, ¿Por qué tus compañeras te llamaron Daisy?

Hay mierda…

PDV Teresa

—Teresa, ¿Te vas a ir de la casa después de regresar? ¿Cómo es eso? Háblame —me dijo mi mama.

—Ya cálmate, te voy a explicar todo, no te agites tanto ¿De acuerdo?

—Pues empieza a hablar, ¿Qué estas planeando a mis espaldas Teresa? Habla.

¿Por dónde debía comenzar?

Decidí cortar la video llamada que tenía con mi mama y me fui por una llamada normal, no quería que viera mis expresiones mientras le hablaba, después de hacer eso, comencé a explicarle las cosas paso a paso.

Empecé de forma suave, mientras estaba en eso, Tomas se sentó a mi lado, seguía estando en bata, puse el altavoz para que también pudiera escuchar lo que mi mama dijera.

Para tratar de calmarla, le dije que solo estaba considerándolo nada más, y todavía no había nada decidido aún, no funciono del todo.

Tanto mi mama como mi hermano, empezaron a darme un sermón entre los 2, cosas como que era muy joven todavía para irme, que no tenía experiencia, que seguía siendo muy ingenua y cosas así.

Mientras estaba en eso, Tomas me jalo hacia él, termine chocando contra su pecho, quiso tocarme uno de los míos, le termine golpeando la mano por eso.

—Oye mama, estoy perdiendo la señal, se está cortando la llamada.

— ¡Teresa! ¡No te atrevas ah…!

—Perdón, te llamare cuando recupere la señal por completo, hablaremos luego los 3.

— ¡Teresa…!

Corte la llamada en ese momento, suspire poco después, iba a ser un problema cuando volviera, desearía que se alargara más…

Mientras estaba sumergida en mis pensamientos, Tomas se movió, me jalo por la cintura y no sé cómo, pero termine casi encima de sus piernas.

—Estoy pensando, ahora por tu culpa ya se enteraron.

—De todas formas se iban a enterar Teresa, mejor que sea ahora.

Iba a responder, pero antes de lograrlo, Tomas me empezó a besar, para cuando me di cuenta, tenía su lengua en el interior de mi boca.

Tuve que hacer fuerza para poder separarlo de mí.

— ¿Qué pasa?

—Ya te dijo que estoy algo tensa por lo que paso.

—Ya deja de preocuparte por eso.

—Al menos antes de hacer cualquier cosa, se más amable y consiénteme al menos algo.

— ¿De qué forma?

—Dame un masaje aquí atrás, quiero relajarme un poco.

Después de decir eso, me gire y le di la espalda a Tomas, este último coloca sus manos en mis hombros poco después y empezó a masajearme con sus manos.

Lo hizo mejor de lo que espere, pero mientras estaba en eso, mi teléfono sonó de nuevo.

Vi la llamada, y era mi mama otra vez, le colgué en cuanto vi eso, no quería seguir hablando más del tema por ahora.

La siguiente llamada no tardó mucho en venir, no tarde mucho en colgarle de nuevo, que insistente era…

El masaje de Tomas me gustó mucho, me deje llevar y para cuando me di cuenta, estaba acostada boca abajo en la cama con este último encima de mí, y con sus manos moviéndose por mis hombros y espalda.

Mi teléfono sonó de nuevo, tuve que volver a colgarlo.

— ¿Ya estás de mejor humor Teresa? —me pregunto Tomas, mientras sus manos seguían moviéndose.

Gire mi mirada hacia Tomas, pude sentir su erección entre mis nalgas allí atrás, nuestras miradas se cruzaron.

— ¿Qué dices?

De todas formas no tenía más que hacer.

—Bien, pero antes de complacerte a ti, compláceme a mí primero.

— ¿A qué te refieres?

Me gire poco después de que Tomas dijera eso último, mi teléfono sonó de nuevo, lo colgué, cuando estuve girada por completo, moví mis manos y me quite la parte de mi ropa debajo de mi cintura.

Abrí las piernas después mientras Tomas estaba enfrente de mí, señalo con 1 de mis dedos hacia mi zona intima.

—Vamos, lame.

Tomas me miro unos momentos antes de bajar su rostro hacia esa zona, poco después empezó con lo suyo, empecé a gemir en cuanto sentí su lengua allí abajo.

—Eso es, buen chico —murmure, mientras mi teléfono volvía a sonar.

— ¿Quieres contestar? —me dijo Tomas mientras se levantaba.

— ¿Contestar?

—Sí, ese sonido es molesto, me distrae, contesta Teresa.

—Pero es mi mama la que llama.

— ¿Y?

— ¿Si sabes que estamos haciendo algo aquí en estos momentos? ¿Quieres que le conteste a mi mama justo ahora?

—Hazlo solo una llamada de audio Teresa, solo contén tu voz y no dejes que se te salga algo, no pasara nada si haces eso.

—Pero me va a continuar regañando.

—Solo escucha lo que dice y ya, vamos, con ese ruido no me concentrare.

—Está bien, lo hare, pero vuelve a bajar —le dije a Tomas mientras colocaba mi mano en su cabeza y lo volvía a guiar allí abajo.

Después de eso, mire mi teléfono, conteste poco después, y mi mama no tardó mucho en iniciar de nuevo… en esta ocasión no le preste mucha atención a lo que decía… estaba muy ocupada, toda mi concentración estaba en no dejar salir ningún ruido sospechoso.

Tomas era bastante bueno con su lengua, se movía de diversas maneras allí abajo,  en cuestión de pocos minutos ya había rodeado su cuello con mis piernas, las tenía montadas encima de él, apretando su cara con mis muslos,  en algunos momentos tuve que tapar mi boca con mis manos para evitar dejar salir ruidos y que mi mama y mi hermano me escucharan a través del teléfono.

—Teresa, ¿Me estas escuchando? Contéstame, no me dejes hablando sola.

—Sí, te escucho bien, te estoy escuchando muy bien… sigue.

PDV Daisy

Mía, Clara y yo, terminamos llegando al comedor de la universidad, al llegar allí, Clara compro algo de comer e incluso se ofreció comprarme mi almuerzo… decidí aceptar su oferta, pero con renuencia.

Nos sentamos juntas, estaba tensa, me prepare para cualquier posible pregunta que pudiera hacerme, estaba nerviosa.

Clara en lugar de empezar a interrogarme o algo, empezó a comer de forma tranquila, de vez en cuando jugaba con su bebida, y mientras hacía eso, charlaba conmigo de forma normal.

Fue raro, decidí llevar la conversación de forma natural, pero seguía en guardia.

—¿Desde hace cuanto estudias en esta universidad? —me pregunto Clara.

—Desde hace más de 2 años, ya voy a mitad de la carrera de hecho.

—Ya veo, por cierto A… perdón, ¿Cómo debería llamarte? ¿Anna o Daisy?

—Dime Daisy, ese es el apodo que tengo en la universidad.

—Pero tu nombre real es Anna, ¿Cierto?

—Sí, así es, pero dime Daisy.

—No, prefiero Anna.

Ya me había jodido varias veces de esa forma, cuando decía Anna no lograba responder a ese nombre…

— ¿Estudias aquí mientras trabajas para Tomas? ¿Es algo así como una pasantía?

—Sí, soy una pasante del señor Tomas, trabajo allí en mis tiempos libres, la paga es buena, y me sirve para comprar las cosas que necesito, es muy buen trabajo.

—Ya veo… ¿Y cómo es en WD-40? —me pregunto Clara.

Quise responder, pero me sentí pérdida y confundida cuando menciono eso último… abrí mi boca pero las palabras no salieron…

—Ya sabes… la empresa en la cual trabajas, y en la cual haces tú pasantía… según la última vez que nos vimos, era en ella donde trabajas para mi esposo… ¿Cierto? ¿No lo recuerdas?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO