Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 220

PDV Teresa

Tomas dijo que estaría aquí en unos minutos, no tenía mucho tiempo, a pesar de eso hice lo mejor que pude, no tenía tiempo ni para ponerme maquillaje o algo así, y estar recién levantada no ayudaba mucho, pero hice lo mejor que pude con las prisas.

No podía recibirlo con algún vestido ¿Quién usaría vestido en casa? Tome un conjunto casual pero con cierto toque de entre los que tenía y me lo puse rápidamente, me arregle el cabello lo mejor que pude y Salí del cuarto y espere a Tomas en la sala.

Me mire en el espejo un par de veces solo para ver que todo estuviera bien, hubiera deseado arreglarme un poco más pero ni modo… luego recordé que no me cepille los dientes, corrí al baño más cercano y lo hice.

Estaba apurada y estando allí dentro, escuche el timbre sonar, casi se me cae el cepillo ¿Tomas ya había llegado?

Me limpie y Salí para ver, lo vi en la sala girando la mirada, parece que me estaba buscando.

— ¡Teresa! —grito estando allí.

—Aquí estoy —le conteste mientras iba con él.

— ¿Dónde estabas?

—En el baño ¿Cómo entraste?

—Esta es mi casa.

Ah claro…

Después de ese último comentario, Tomas y yo nos quedamos en silencio, no sabía muy bien que decir ahora, así que espere a ver si tomaba la iniciativa, coloque mis manos detrás de mi espalda y las moví de forma nerviosa.

Pasaron unos segundos, Tomas no dijo nada, eso me hizo sentí un ambiente incomodo en el aire, no lo pudo soportar y al final hable yo.

— ¿Cómo te fue en la casa de Vincent?

—… pues creo que bien… más o menos.

¿Más o menos?

— ¿Qué hicieron los 2? ¿Te divertiste con él?

—Teresa, no somos niños ni él ni yo, no lo digas como si viniera de una cita de juegos y fueras mi mama.

—Perdón, perdón, quise decir si la pasaron bien juntos.

—Algo así, mejor no hablemos mucho de eso Teresa, voy a colocar algunas cosas y vuelve después.

Tomas se fue después de decir eso, lo mire fijamente mientras hacía sus cosas, suspire un poco ya que ni siquiera me dijo nada por mi apariencia, ni un halaga o no se una mirada, fue más bien indiferente.

No había tenido tiempo para arreglarme mucho, pero aun así hice lo mejor que pude con las prisas, al menos debió reconocerme eso.

Seguí un poco a Tomas desde atrás, lo vi colocar algunas cosas en la mesa, ni idea de que eran, estaba ansiosa por preguntarle acerca de lo que pensó sobre qué haría exactamente con respecto a Clara.

Esta última me quería fuera de la esta casa para irse a venir ella, Tomas le dijo que no, pero no fue muy convincente todo… tenía miedo de que hubiese venido aquí para decirme que me fuera para que Clara pudiera venir sin problemas.

Esos 2 habían estado casados durante años, ahora que sabía que Clara en realidad era inocente con respecto a eso, no tenía motivos para seguir separados… el dicho decía “donde hubo fuego quedaron cenizas”.

Quería tocar el tema, pero me daba miedo y no quise ser la primera, estaba esperando a que fuera Tomas quien lo hiciera, este termino de arreglar lo que trajo y luego camino hacia mí, llego y luego se sentó en el sofá.

— ¿Qué esperas para sentarte?

— ¿Sentarme? Claro, allí voy.

Me senté junto con él, aunque tome una cierta distancia por alguna razón.

No dije nada, solo me le quede viendo y espere.

Tomas dejo de mirarme unos momentos, parecía pensativo, se tocó un par de veces el rostro mientras miraba a quien sabe qué lugar.

Esas expresiones que hacia me hacían recordar esos momentos en televisión donde los personajes trataban de decir algo difícil a una persona… por lo general siempre era malo.

Eso hacían las personas cuando tenían algo difícil que decir, recuerdo el momento en que nuestro doctor nos dijo que mi mama tenía cáncer… le costó un poco hablarnos de forma adecuada.

Supuse que Tomas quería romper conmigo y estaba encontrando las formas de decirme con suavidad que me fuera de su casa para que su esposa regresa, eso me dolió, y no ayudo mucho a que frunciera el ceño.

Estaba triste y sentí que algo se me partió por dentro, ya no faltaba mucho para que lleváramos 1 año conociéndonos, es increíble lo rápido que decidió cambiarme por ella la menor oportunidad.

Recordé que me dijo que nunca volviera con ella… aunque eso fue antes de lo de Mía.

Bueno, si me iba a ir, seria con al menos algo de dignidad…

Me levante del sofá mientras Tomas seguía pensando, en realidad todo ese tiempo solo debía ser de 1 minuto o 2 si acaso, pero se hicieron largos, después de eso me fui del sofá.

Tomas por fin se dio cuenta de lo que hice.

— ¿A dónde vas Teresa?  —me pregunto mientras se levantaba del sofá.

—Voy a recoger mis cosas, iré a arriba, solo tardare unos momentos… luego de eso me iré de aquí.

—Ah… ya veo…

Maldición… parece que tenía razón, temblé unos instantes y luego de eso camine más rápido, mejor era salir lo más pronto posible de aquí.

Iba a ser difícil explicarme a mi mama lo que paso aquí, ahh ¿Cómo haría eso? Qué vergüenza, y eso que ella no quería que me fuera…

—Espera Teresa.

— ¿Esperar que? —le pregunte.

Me gire y pude ver a Tomas allí cerca de mí, no estaba muy lejos la verdad, parece que se acercó cuando no me di cuenta, yo ya estaba en las escaleras, estaba a medio camino, Tomas estaba en la punta y estaba subiendo en dirección hacia mí.

— ¿Cómo es eso de que te iras?

— ¿Cómo es eso? Me voy a de aquí Tomas.

— ¿Te vas? ¿De la casa?

—Sí, me voy ¿No es eso lo que quieres? ¿No viniste aquí para decirme que le hiciera lugar a Clara? te voy a complacer.

Volví a subir las escaleras a un paso más rápido, trate de contener algunas lágrimas que me querían salir, tengo que aprender a controlarme más.

Mientras seguía subiendo, Tomas me tomo del brazo y me jalo, casi me tropiezo, pero por suerte pude mantener el equilibrio y no me termine por caer por suerte, gire la mirada y nos vimos.

— ¿Quieres soltarme?

—A ver Teresa, cálmate un poco y hablemos como adultos por un momento.

— ¿Insinúas que soy inmadura?

—Sí, aunque a estas alturas eso era obvio en realidad.

Este… ¿Nunca le enseñaron a tener algo de…?

—Bien, sé que soy inmadura, tú necesitas a una mujer ya adulta ¿Verdad? Quédate con Clara y se feliz con ella —le dije a este mientras trataba de soltarme de su agarre.

Fue muy fuerte, no pude hacerlo... trate, pero no pude, Tomas solo me miro con cierta expresión mientras trataba de hacer eso.

Me dio pena.

—Ya cálmate Teresa, si sigues actuando como los niños y te tratare como tal, no sé de donde sacaste lo que sea que se te asomo por la mente, pero no quiero que te vayas para que Clara venga aquí —me dijo Tomas.

¡…!

— ¿Ah no?

—No, así que ¿Puedes actuar con algo de madurez y dejar de hacer una rabieta? Ven a sentarme conmigo ahora, vamos —me dijo Tomas mientras me jalaba con él.

Vacile unos momentos pero al final me fui con él y llegamos al sofá, nos sentamos juntos de nuevo pero más cerca.

— ¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres decirme? Solo dilo esta vez y no hagas expresiones como si quisieras decirme que me fuera.

— ¿Expresiones? ¿Exactamente que expresiones hice que te dijeron eso?

Hijo de…

— ¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo?

—Sí, me doy cuenta, sigues teniendo apenas 19 Teresa, y apenas es que vas a cumplir 20, aun sigues muy joven…

—Lo dices como si fueras muy mayor que yo, ni eres no me llevas ni siquiera 1 década a mí —le dije molesta.

—Lo sé, pero ya voy por los 28, ya no falta mucho para los 30, Teresa, después de que ya pasas por tus primeros años de los 20, te viene la madurez y ya sabes cómo son las cosas, y más o menos como es la vida en realidad, y esta no es como los cuentos, porque tú seas mi pareja actual no puede significar que te llegue a amar más que las anteriores.

Ojala pudiera golpearlo igual que a Vincent.

—Clara y yo nos hemos estado conociéndonos y tratando durante casi o más o menos 1 década aproximadamente y pasamos muchas cosas en ese tiempo juntos, tu y yo aún no nos conocemos ni por 1 año todavía.

— ¡Si pero…!

—Cosas como amar más o menos a alguien depende del trato que se den y el tiempo que llevan juntos y cuánto tiempo llevan compartiendo mutuamente entre sí… tu y yo aún nos llevamos muy poco tiempo en comparación con lo que viví con Clara, Teresa, por eso no puedo darte una respuesta en estos momentos sobre si llegare a amarte más que a ella… para darte una respuesta honesta primero debemos dejar pasar el tiempo y ver qué es lo que pasa… cuando crezcas un poco más podrás entenderlo mejor y veras que tengo razón en lo que digo —Tomas me dio unas cuentas palmadas en la cabeza.

Me hizo sentir muy niña, me enoje y me las quite de encima, luego me dio pena ya que hacer eso me hizo sentir muy infantil, ahh, odiaba que ese grupo me siguiera tratando como si ya no fuera una adulta… Tomas, Mía…

Joder incluso Vincent… incluso alguien como él a veces lo hacía, ¡Y se trataba de Vincent!

Para cogerme por detrás si no era infantil ni muy niña, pero para estas cosas si lo era… ¿Siempre será así con ellos?

Y además eso del tiempo que pasemos juntos no garantiza nada…

—Mis padres llevaron un matrimonio incluso más largo que el de tu y Clara, y ya ves como termino Tomas, no me vas a venir con ese cuento de que es el tiempo lo que hace que las personas se quieran —le respondí.

—En el caso de tus padres es diferente Teresa… pero como dije, además del tiempo, es el trato y lo que se camparte durante ese tiempo que hace que las personas se amen, de eso depende mayormente, parece que lo olvidaste –me dijo Tomas.

— ¿Y entonces me estás diciendo que tú y yo aún no nos hemos tratado o compartido lo suficiente aun como para que estés seguro de que me llegaras a amar más que Clara?

—No.

Que directo.

—Cuando crezcas un poco más podrás darte cuenta de lo que digo Teresa, estoy siendo sincero contigo, ¿Acaso no quieres que sea honesto?

No así la verdad…

—Pregúntale a cualquier adulto y te dirá palabras similares a las mías Teresa.

—Yo soy adulta.

—No totalmente aun… quiero que sigamos juntos, y si duramos, dentro de un tiempo te daré la respuesta esa pregunta que me has hecho ¿Esta bien? —me pregunto, mientras colocaba su mano por encima de mi cabeza de nuevo.

—Sí, está bien… pero ¿Quieres dejar de colocar tu mano allí y tocarme de ese modo? No me gusta que lo hagas.

— ¿Ah no? ¿Desde cuándo?

—Desde ahora

Mi familia… y también esos 3 tiene que empezar a verme como alguien ya madura…

—Okey, okey, no hagas una rabieta —me dijo mientras me quitaba la mano.

—Tampoco digas eso de nuevo, y… ¿Dices que nos falta todavía compartir más cosas verdad?

—Sí, aun no llevamos ni 1 año junto, después de un tiempo te daré la respuesta.

—Bien, pero entonces no perdamos tiempo y empecemos a “compartir” —le dije a Tomas mientras me abalanzaba sobre él.

Dentro de poco ya estaba encima de él mientras nos besábamos en el sofá, sus manos no tardaron en moverse por mi cuerpo.

Me dieron ganas de decirle varias cosas… ¿Para esto si no me faltaba madurez?

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