PDV Teresa
No tarde mucho en contarle a Tomas todo lo que quería, que era básicamente desde que me encontré con Vincent a sus espaldas y luego de eso me fui de viaje sin decirle algo a este exepto por teléfono.
Obvio, use palabras para dejarme en mejor posición a mi misma, y le eche toda la culpa a Vincent cuando pude, este ultimo me dejo atrás asi que me lo debía.
Tomas escucho, pero sabia que no estaba aun satisfecho.
Use mis mejores tácticas y puse mis mejores ojos de gato triste para intentar convencerlo y ponerlo a mi favor.
—Teresa, no me mires asi, no te va a funcionar en esta ocasión —me dijo Tomas.
…
—¿Qué? ¿De que estas hablando?
—¿Crees que soy tonto? No me costo mucho adivinar que siempre haces esa cara para intentar ablandarme, lo descubri hace tiempo, pero no te dije nada por que me gustaba seguirte el juego.
—¿Qué? Estas muy paranoico —murmure.
—Teresa, ¿Te vas a hacer la inocente? Eso de mentirme en la cara solo hace las cosas peor para ti ¿Lo sabias?
Apenas termino de decire eso ultimo, pude sentir como me dio otro fuerte golpe allí atrás, volve gemir, ¿Estaba golpeando con mas fuerza?
No pude distinguir bien.
—Ya te conte todo, ¿Por qué sigues golpeándome allí? —solte como pude.
—Por que sigues ocultándome algo Teresa —respondio.
—¿Qué te oculto idiota? No te estoy ocultando nada, no seas paranoico —le dije.
Me gane otra fuerte nalgada después de eso, como pensaba… cada una era mas fuerte que la anterior.
El tonto de seguro que le estaba gustando lo que estaba haciéndome.
Quise responder, pero apenas intente mover los brazos, Tomas me los agarro y me los sujeto por encima de mi y no dejo moverlos en el momento.
—Tomas…
—Aun no hemos terminado, ahora, ¿Qué me faltaba? Ah si, dime, ¿Qué fue lo que hiciste con Vincent mientras no estaba? Vamos, quiero escuchar, y no solo eso de que solo estaban “trabajando” de forma normal… no esperes que me crea eso.
—Pero si es la verdad, ¿Ahora ya no confias ni en la palabra de tu esposa?
—Mmm, no.
—¿Qué?
—Ah, quizas confiaría un poco mas de no ser por que esa esposa se fue sin decirme nada a una isla en el caribe, y me sigue ocultando cosas, vamos, esta es tu oportunidad de oro Teresa, recupera mi confianza justo ahora —me dijo Tomas.
El sarcasmo en su voz se noto, me empece a enojar con él, pero entre un poco en pánico tambien.
Ni loca le iba a decir lo que hice con Vincent los últimos días y menos la estafa que ambos hicimos juntos… entonces ¿Qué podría hacer?
Piensa Teresa, piensa.
Tomas no me espero y me dio otra fuerte nalgada, mi culo me ardia bastante y me temblaba cada vez que algunas corrientes de frio me pegaban allí atrás.
Hacia tiempo que no me sentía de este modo.
No se si fue por la adrenalina o algo mas, pero tuve como un destello en mi mente y al final se me ocurrio algo a ultimo momento.
Mire a Tomas con cierto “desafio”, quería mostrarle que estaba alterada y que seguro no mentiría por el enojo que “debía” sentir.
—Bien, si quieres saberlo, te lo dire.
—Oh, ¿En serio? Por fin, a ver, ¿Cuál es tu excusa? Espero sea una buena, oh si no —me dijo Tomas antes de alzar la mano.
—Si, si, vas a segui abusando de tu esposa como lo haría un criminal, ya me lo has señalado varias veces.
—¿Cómo un criminal? No, no, esto no es ningún abuso Teresa —me respondio este.
—¿Qué no? mira nada mas como me tienes idiota.
—Te lo dije, esto no es ningún abuso, esto es “disciplina”, es muy diferente.
—¿Disciplina? ¿Ahora te crees mi papa? —solte con ironia.
—No, pero soy tu esposo, y te has estado portando mal, y por eso debo corregirte, ya sabes, para que no vuelva a pasar y no te alejes del buen camino, es lo que un hombre hace —me respondio usando el mismo tono que yo.
…
Ahora empezaba a entender por que él Vincent podían ser amigos…
—Como sea, si no quieres escuchar…
Me habia vuelto mejor en esto de mentir a la cara… nada comparado con hace mas de año y medio cuando recién nos conocíamos.
—¿Y por que no me dijiste nada y querias seguir ocultandolo Teresa? —me pregunto.
—¿Por que? Mira nada mas la posición en la cual estamos Tomas, ¿Y te preguntas por que te lo oculte? Siempre me dijiste muchas veces que no me metiera con los Saint, mas veces de las que puedo recordar.
—Te dije eso por que su grupo empresarial no es bueno para ti, por eso te digo las cosas.
—Lo se, y aquí estamos, sabia que no te iba a agradar nada, y por eso lo oculte y no quise decírtelo a la primera… eso fue todo, ¿Feliz? No te estoy siendo infiel o algo parecido aquí idiota —le dije a Tomas.
Este ultimo finalmente aflojo por completo su agarre en mis manos, y sentía que podía moverlas como quería.
—Nunca dije que hubieras hecho eso ultimo, ¿Ahora quien es la tonta? No pongas palabras en mi boca Teresa —solto.
—No lo hago, pero con lo paranoico que eres, seguro que llegaste a pensar que estaba haciendo cosas a tus espaldas y por eso no pudiste dormir bien todo este tiempo, ¿O me vas a decir que no? —le dije con sarcasmo.
—No… eso no paso.
—Eres malo mintiendo, se te nota en los ojos que tengo razón, Cielos, ya casi 30 años, y aun asi… eres tan inseguro hasta de mi —murmure.
Apenas dije eso, movi mi cuerpo, Tomas estaba distraído y fue fácil de tomar por sorpresa.
Rápidamente voltee mi cuerpo y lo golpee prácticamente con mis nalgas justo cerca de su cintura y este ultimo cayo hacia abajo.
No perdi tiempo.
—¿Qué haces Teresa? —solto Tomas mientras nos mirábamos.
Estaba justo encima de él, mientras coloque mis manos encima de las suyas para que no pudiera moverlas de allí de la cama.
—¿Qué crees? El treintañero de aquí, se esta comportando como un niño celoso y paranoico, si no hago algo, entonces seguro que va a empeorar… parece que necesito darle una pequeña “reafirmación” de lo que siento —solte.
Tomas quiso decir algo, pero antes de que pudiera terminar, mis labios llegaron a los suyos.
Le estaba metiendo mi lengua hasta la garganta y empece jugar con la suya de varias maneras.
No tenia intenciones de dejarle hablar mas… movi mi cintura, y estrello mi culo justo encima de su entrepierna.
Podía sentir un bulto que se hacia mas grande allí abajo, y este empezó a “empalar” la raja de mis nalgas allí atrás y empezó a meterse allí en medio.
Ahora era mi “turno” de jugar con él como este antes hizo conmigo… me iba a desquitar.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO