PDV Teresa
—Tu hermano es todo un caso ¿Verdad Teresa? —me dijo Vincent con su sonrisa
de siempre.
—Ya Vincent, él solo se preocupa por mí —le dije a Vincent mientras Daisy
estaba a mi lado.
—Es lindo el amor fraternal, aunque es una pena cuando este es excesivo —me
dijo Vincent.
—Bien Vincent, ya me diste lo que debías darme, ahora ya puedes irte —le
dije a Vincent mientras le hacía señas para que se fuera.
— ¿Ya? ¿Así nada más? ¿Sin atenderme
un rato? ¿Sin ofrecerme un café? ¿Sin
invitarme algo? ¿Solo me dices que me vaya y ya? ¿Así es como tratas a tus
invitados Teresa? —me pregunto Vincent mientras me miraba con una expresión
triste.
Ni siquiera te invite, tu llegaste sin avisar.
—Ni siquiera te invite Vincent, tu solo llegaste y ya —le dije mientras lo
miraba.
—Pero ya estoy aquí Teresa, eso es lo que importa, estoy aquí, ahora
trátame como tu invitado —me dijo Vincent.
—No quiero —le dije a Vincent.
—Entonces no quiero irme —me dijo Vincent mientras veía como se acostaba en
el sofá.
—Vincent, ya muévete de allí —le dije a Vincent quien incluso se había
acomodado en el sofá, de verdad parecía tener la intención de dormir allí.
—No quiero, no hasta que me trates como merezco —me dijo Vincent.
— ¿Cómo mereces? ¿Y cuál es el trato que mereces? —le pregunte.
—Teresa, acabo de devolverte un documento muy importante, lo menos que
puedes hacer es decirme gracias y sentarte a hablar conmigo y atenderme como un
invitado —me dijo Vincent, su expresión era como la de un niño haciendo un
puchero.
—la razón por la cual perdí ese documento en primer lugar fue por tu culpa.
—Sí, pero aun así fui yo el que te lo devolví, merezco agradecimiento —me
dijo Vincent.
—Vincent…
—Vamos Teresa, tienes razón, al menos debes atenderlo un poco —me dijo
Daisy quien intervino de repente.
—Lo ves, hasta tu amiga me da la razón ¿Cómo te llamas por cierto? —le
pregunto Vincent a Daisy.
—Me llamo Daisy, ya nos conocimos antes señor Saint —le dijo Daisy a
Vincent.
— ¿En serio? ¿Cuándo? —le pregunto Vincent a Daisy con curiosidad.
—En el club al cual fue la noche de ayer, en el cual compro la virginidad
de mi amiga, yo era su guía en dicho lugar y usted hablo conmigo cuando mi
tonta amiga se terminó perdiendo y no fue con usted —le dijo Daisy a Vincent.
—Ah, cierto, ya te recuerdo, tú fuiste la que no oriento bien a Teresa y
provoco que no pasara esa noche en mis brazos… debiste haberla llevado conmigo,
quizás si hubiéramos compartido ese momento intimo ella no me trataría de forma
tan fría —le dijo Vincent a Daisy.
—Ya te dije que tuve mis razones Vincent, y te trato así porque te lo
mereces —le dije a Vincent.
— ¿Qué hice para merecer tal trato por parte de mi amada? —me pregunto
Vincent mientras me miraba con ojos de gato lloroso.
¿Su amada?
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