Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 72

PDV Teresa

A mi alrededor, sonaban gemidos por todas partes, la gente se estaba

intercambiando entre sí sin ninguna clase de control, la orgia había empezado

hace unos 15 minutos más o menos quizás más, y en ese tiempo había escuchado

todo tipo de cosas, cosas que solo se escucharían en películas porno o

similares.

Mi única experiencia había sido con Tomas, pero eso fue con solo 2

personas, él y yo, solo nosotros 2 en privado, pero aquí estaban como 60 o 70

personas teniendo sexo en todas partes y cambiando de pareja, e incluso

había  personas que hacían tríos o

cuartetos en los sofás de la sala.

Vi cosas que nunca había visto, debido a mi situación, siempre estuve muy

ocupada, por lo que podía contar con los dedos de 1 sola de mis manos la

cantidad de veces que había visto algún video erótico, estaba demasiado ocupada

debido al estudio y al trabajo y nunca tuve tiempo para eso, por lo que mi

única experiencia era con Tomas y quizás 1 o 2 videos que vi por pura

casualidad.

Nada de eso que hubiera visto o sentido me preparo para esto, pude ver como

dos mujeres le daban sexo oral a 1 hombre al mismo tiempo, también pude ver como

1 mujer le daba sexo oral a otro hombre mientras que otra le estaba dando el

“beso negro” por atrás, mientras que al mismo tiempo una tercera lo besaba

mientras otro hombre… le estaba “dando” por atrás en el trasero mientras se

besaba con el hombre anterior.

También pude ver como dos hombres… le daban por atrás y por delante a una

mujer al mismo tiempo mientras esta le daba sexo oral a un 3 hombre, y todo

mientras este último hombre se besaba con otra mujer que tenía a su lado… la

cual también estaba siendo embestida en su trasero por otro hombre atrás de

ella.

A donde sea que mirara, escenas como esta pasaban en todas partes, y todas

ellas de un modo en que no pude imaginarme jamás, todos los hacían con todos,

muchas mujeres tenían todos sus “agujeros” ocupados por hasta 3 hombres los

cuales mientras estaba en eso se besaban con otras mujeres, la cuales en

algunas ocasiones estaba recibiendo sexo oral no de un hombre… sino de una

mujer.

Esta escena estaba más allá de mi imaginación y mientras esto pasaba, los 2

chicos a mi lado se estaban impacientando por comenzar, pude notar como sus

miembros estaban erectos y eso me asusto un poco, quería irme de allí, pero

cuando tuve la intención de hacerlo, Daisy me retenía, y siempre me daba la misma

excusa.

—Calma Teresa, aquí nadie te obligara a hacer algo que tu no quieras, solo

observa y habla un poco, así podrías aprender mucho —me decía Daisy cada vez

que quería irme.

No me sentía cómoda, a donde sea que mirara había personas teniendo sexo de

a grupos de 4 o 5, no sabía ni dónde

mirar y mientras esto pasaba tenia a 2 chicos casi desnudos con erecciones a

ya que la persona que estaba allí, la conocía muy bien… era Tomas, el cual

parecía muy enojado… parecía estar furioso.

Nuestras miradas se encontraron, y pude notar como los ojos de Tomas me

miraban de forma como si quisiera matarme, eso me asusto y termine por dar un

par de pasos hacia atrás debido al susto que me dieron esos ojos, pero no pude

retroceder mucho ya que uno de los amigos de Daisy interrumpió mi retroceso.

Eso me sorprendió, y lo mire unos momentos antes de volver a girar mi

mirada hacia Tomas, el cual estaba caminando en dirección hacia mí.

Parecía estar aún más enojado que antes, quizás mi golpe con el amigo de

Daisy lo enojo aún más.

Tomas camino a paso muy rápido hacia mí, pasando por encima de todas las

personas que estaban teniendo sexo en el suelo, mientras más se acercaba más

nerviosa me sentía, y quería correr, pero no tuve fuerzas para hacerlo, y menos

cuando esos ojos me estaba mirando fijamente.

Gire mi mirada hacia Daisy, la cual tenía una sonrisa bastante grande a

pesar de la situación ¿Qué le resultaba tan gracioso a ella? ¿No veía que Tomas

está muy molesto en estos momentos?

Al final Tomas llego junto a mí, se paró justo enfrente de mí y me fulmino

con su mirada, sentía que quería matarme con los ojos, pero en su lugar solo me

tomo de la mano y me jalo hacia él con bastante brusquedad.

— ¡Te vienes conmigo Teresa! —me grito Tomas, mientras continuaba viéndome

con esos ojos asesinos.

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