Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 92

PDV Teresa

Tomas y yo nos quedamos viendo como Clara se iba, después de perderla de vista, suspire y después de eso gire mi mirada para ver a Tomas.

— ¿Cómo fue que te casaste con ella? —le pregunte a Tomas.

Clara de verdad que me había caído muy mal.

—La conocí hace tiempo y fue cuando era más joven hace varios años, las cosas eran diferentes en ese entonces, y con los años todo cambio —me respondió Tomas.

—Aun así Tomas, las personas no cambian tanto, por cierto ¿Quién es Mía?

Cuando Clara se estaba marchando, menciono a una tal Mía y una supuesta fiesta, parece que Tomas también la conocía.

—Se llama Mía Saint, es una socia de negocios nuestra, tenemos varios tratos y dentro 1 mes será su cumpleaños, aprovechando la ocasión, todos los socios comerciales que tiene irán a felicitarla para poder hablar con ella y estrechar la relación, y eso sin mencionar que se va a hablar de negocios pendientes —me respondió Tomas mientras terminaba de comer la comida en su plato.

¿Saint? ¿Una chica?

—Y eso los incluye a ustedes ¿Verdad? —le pregunte mientras también terminaba la comida que habíamos ordenado.

—Así es, y tu también, iras conmigo.

— ¿Yo? ¿Por qué?

—Porque eres mi “novia” Teresa ¿Lo olvidaste? Sería raro que no lleve a mi novia a una fiesta en la cual puedo traer invitados.

—Cierto… pero, ¿Es buena idea? Nunca antes estuvo en fiesta de alta sociedad, de seguro hay mucha etiqueta y yo no sé nada de eso ¿No quedaras mal si hago algo incorrecto?

—No te preocupes por eso, en este mes te enseñare todo lo que tengas que saber sobre las normas de una fiesta de este tipo para que puedas quedar bien—me respondió Tomas, había terminado de comer y llamo a una camarera para que le diera la cuenta.

—Está bien ¿Pero cómo vas a enseñarme?

—Eso lo veras después, y además también voy a modificar un poco tu apariencia.

— ¿Mi apariencia? ¿A qué te refieres al decir eso?

—Solo voy a llevarte a unos cuantos salones de belleza Teresa, necesitas verte lo más “deslumbrante” posible, por lo general las mujeres que acompañen a los hombres a ese tipo de baile tienen que destacar por sobre el resto, una forma de llamar la atención hacia nosotros.

—Bien, mientras no sea nada exagerado —le dije a Tomas mientras me levantaba.

— ¿A dónde vas?

—Voy al baño, vuelvo en un momento —le dije a Tomas antes de caminar en dirección hacia los baños.

Estuve un corto tiempo allí, y cuando estaba a punto de salir, recibí la llamada de Vincent, había tenido el teléfono en vibrador desde que me encontré con Tomas, y no lo había revisado, tenía 10 llamadas perdidas de Vincent, parece que estaba muy ansioso por hablar conmigo.

Le conteste el teléfono, pero el saludo que obtuvo no fue el esperado.

Vincent parecía molesto por no atenderle, y eso sin mencionar que empezó a preguntarme por la orgia a la cual Daisy me había llevado sin decirme nada.

Me sorprendió que él también supiera acerca de eso, la bastarda de Daisy debió mandarle la foto también a él, debo darle una lección por lo que hizo pronto.

Tarde un tiempo un tiempo en poder calmar a Vincent y explicar todo de forma convincente, cuando por fin termine, pareció más relajado, aunque empezó a decirme varias cosas, en especial que no debería frecuentar sitios como ese.

Y eso lo decía el tipo que asistía a clubes a comprar la virginidad de las chicas jóvenes…

—Si Vincent, te lo prometo, no dejare que me vuelvan a engañar para asistir a sitios como ese.

— ¿Me lo juras Teresa?

—Sí, sí, no soy tonta para caer en el mismo engaño 2 veces, por cierto ¿Cómo se llama tu hermana?

— ¿Por qué quieres saber eso?

—Curiosidad nada más.

—Se llama Mía, ¿Por qué?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO