Por mucho que se preocupara por Rachel, Ivan no se atrevió a replicarle a Víctor.
Desde luego, ella no quería morir.-
Entonces, utilizó las últimas fuerzas para apartar la mano del hombre. Una vez que pudo recuperar un poco de aliento, lo miró fijamente, con sus ojos tornándose rojos.
"Si muero aquí y ahora, moriré como tu esposa; como miembro de los Sullivan. Por ello, algún día, cuando tú mueras, serás enterrado junto a mí, ¡ y te perseguiré más allá de la otra vida!".
Rachel dijo esas palabras con dificultad. Para ese momento, su rostro estaba rojo debido a la asfixia. Poco a poco, ella perdió sus fuerzas para luchar, y sintió que su conciencia se desvanecía. "¿Quién te crees que eres? No mereces ser enterrada en el mausoleo de mi familia", dijo Víctor, sonando indiferente. "Si mueres, incineraré tu cuerpo y arrojaré las cenizas al vertedero. ¡Una mujer de tu clase solo merece descansar con la basura!".
Apenas lo escuchó, la mujer empezó a reír.
"¿Por qué te ríes?", preguntó Víctor.
"Aunque arrojes mis cenizas al vertedero, eso no cambiará el hecho de que soy tu legítima esposa y que formo parte de tu árbol genealógico. Me odias, ¿verdad? Pues lo siento mucho, ¡pero nunca te librarás de mí, aun cuando me muera!".
Con sus palabras, el hombre la miró con furia mientras reforzaba su agarre, levantándola en el aire. En consecuencia, Rachel gritó de dolor y las lágrimas cayeron por sus mejillas.
Sin embargo, de repente, justo cuando ella estaba alucinando con la desvergonzada pareja de su vida anterior, Victor la soltó.
Con eso, Rachel cayó al suelo. Sentía como si le hubieran roto cada uno de los huesos de su cuerpo, e incluso el más mínimo movimiento la hacía gemir de dolor.
"¡Ejem! ¡Ejem!", tosió ella con fuerza mientras jadeaba en busca de aire, respirando con mucha dificultad.
Entretanto, Ivan la miró con indiferencia y bajó la cabeza. "Señor Sullivan, todo es culpa mía. Yo no la insté a salir a tiempo, y estoy dispuesto a sufrir las consecuencias".
Por su parte, Alice palideció de miedo al ver cómo Víctor torturaba a su hermanastra. Entonces, se arrodilló y suplicó: "Victor, yo... ¡ Esto es culpa mía! No revisé la maleta de Rachel más rápido. Por eso tuvo la oportunidad de mentir y ganar tiempo para sí misma".
Mientras esta hablaba, Rachel podía sentir su pecho apretado, en tanto tosía una y otra vez.
"No tomé nada que te pertenezca", logró decir ella con voz ronca.
Al instante, Victor sacó unas toallitas húmedas para limpiarse la mano con la que había tocado el cuello de Rachel. El asco era evidente en su rostro.
"¿No tomaste nada? Te recuerdo que toda la ropa la compraste con mi dinero. ¿Cómo te atreves a decir que no te has llevado mis cosas?".
Rachel apretó los labios, incapaz de refutar su lógica. En realidad, el día de su boda, Alice había quemado toda su antigua ropa, pues, según ella, era demasiado vulgar y probablemente Víctor no querría verla usándola.
"¡Quítenle la ropa y échenla!". Después de ordenar eso, Víctor se fue junto con Ivan sin vacilar.
Solo cuando ellos dos se fueron, Alice se levantó y caminó hacia Rachel. Su aparente ternura había desaparecido.
"Rachel, te casaste con Víctor y te acostaste con él, pero ¿de qué te sirvió? ¡Al final, él te echó! Querías que se enamorara de ti, ¿verdad? ¡Pues eso nunca va a suceder! ¿Y de verdad me creiste cuando te pedí que te maquillaras y engordaras porque a él le gustaba? ¡Qué gracioso! Realmente no puedo imaginar cómo es que me creiste eso. ¡A ningún hombre le gustará una mujer gorda e idiota como tú! Estaba jugando contigo. ¡ Solamente quería hacer que Víctor te odiara aún más!".
El rostro de Rachel estaba espantosamente pálido. Cuando escuchó lo que dijo Alice, ni siquiera la miró. Fue indiferente a sus palabras y no pareció escuchar su provocación.
"Casi me muero, y eso es suficiente para despertarme. No soy tan estúpida como tú, después de todo". Tras sus palabras, Rachel quiso asegurarse de que no tenía ningún hueso roto, así que se apoyó en sus manos. No obstante, el dolor fue tan fuerte que casi se cayó.
En ese momento, el sudor caía por su frente mientras gemía de dolor. Sus manos estaban presionadas contra el suelo, y las venas en el dorso de estas se veían abultadas porque estaba usando toda la fuerza que podía reunir.
Entretanto, el rostro de Alice se volvió sombrío.
"Tu fin está cerca, Rachel. ¿Cómo te atreves a hablarme así? Recuerda que ya no eres la esposa de Víctor y, por lo tanto, ¡ya no formas parte de la familia Sullivan! Además, su abuela ya está muerta, ¡de manera que no queda nadie que pueda protegerte! ¡Si hay un cerebro en esa cabeza vacía que tienes, deberías arrodillarte y rogarme que convenza a nuestro padre para que te permita volver a casa!".
Cuando Alice mencionó a la abuela de Víctor, una mirada perdida apareció en el rostro de Rachel.
Aquella anciana fue la que la eligió para ser la esposa de Víctor. Sin embargo, poco después de que ellos se casaran, esta murió por una enfermedad. En realidad, ella fue la protectora de Rachel cuando aún vivía. Durante ese tiempo, esta última llevó una vida digna en la residencia de la familia Sullivan.
"Alice, ¿crees que podrás casarte con Víctor y compartir el Grupo Sullivan con él cuando me divorcie?".
Tras escucharla, esta se paró erguida y dijo orgullosa: "Tú fuiste capaz de hacerlo, así que probablemente yo también pueda".
"No puedes", dijo Rachel en un tono débil, pero firme. "¿Por qué estás tan segura de que Víctor aceptará casarse contigo? Solo porque él también es un hijo ilegítimo, ¿piensas que eres lo suficientemente buena para ser su esposa?
Además, tu madre no es más que una amante. ¡ Es una destructora de hogares! A diferencia de la tuya, Víctor nació antes de que su padre se casara. ¡Y su madre nunca destruyó el matrimonio del hombre después de eso!
Claramente, nunca serás digna de ser la esposa de Víctor", aseguró Rachel.
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