—¿Qué pasa, mi amor?
La sala se sumió en un silencio raro, con una expresión de sorpresa en el rostro de todos.
«¿Se casó el jefe? ¿Cuándo?»
—¿Mi amor?
Gloria se dio cuenta de que era silencio, así que volvió a llamar confundida.
Todos miraron a Fausto, quien frunció el ceño.
«¡Será una ruina! El jefe está a punto de enfadarse. Es muy agudo incluso a su esposa.»
Sin embargo, Fausto preguntó con un tono impotente:
¿Dónde estás ahora? Estoy ocupado en una reunión, así que envíame la dirección y haré que el mayordomo vaya a recogerte.
—Ay, ¿estás en una reunión? Lo siento mucho por interrumpirte. No lo sabía.
—No te preocupes.
—Pues te envío la dirección. Pide al mayordomo que me recoja. Gracias, cariño.
Después de saber que Fausto está en una reunión, Gloria colgó rápidamente el móvil y envió su dirección. Fausto la reenvió al mayordomo y le dijo que fuera a recogerla.
Nadie habló durante todo eso, y cuando terminó, los datos se reanudaron en el talón. Resonó la voz indiferente de Fausto.
—Continuamos.
Aunque todos estaban curiosos, no se atrevieron a tomar la iniciativa de preguntar sobre el matrimonio de su jefe. Solo después de la reunión, unos empleados murmuraron de esto.
—¿Ya está casado el jefe, un hombre tan frío? Pensaba que era un adicto al trabajo.
—Me gusta el hombre frío, abstinente y distante como el jefe. No puedo creer que esté casado. Por cierto, la voz de su esposa es bonita y un poco familiar para mí.
—!Me he desenamorado¡ El jefe era mi crush.
—¿Quién es esa mujer?
Gloria no sabía que toda la dirección superior había escuchado su llamada, que se transmitió de arriba abajo, hasta que incluso el personal de seguridad del Grupo Morales sabía del matrimonio del jefe.
Incluso hubo internautas que postearon unas publicaciones en el foro.
¡Noticia explosiva! Se casó el gigante hotelero, Fausto Morales.
Los comentarios eran diversos.
—¿Qué ha pasado? ¿El señor Morales se casó? ¿Con quién?
—Pero no hay pruebas sólidas, es posible que sea un rumor. ¡Si se habría casado, yo caminara de manos!
—Recuerda lo que dices, es mejor que lo transmita en vivo.
—Guapo, alto y rico, Fausto es el crush para mucha gente. Supongo que la publicadora se finja que ella es la esposa y suba una foto falsaria.
No tardó mucho en presentar la publicadora y anunció.
—Es la verdad. Mi hermana es una administradora del Grupo Morales. En mitad de la reunión, el móvil del jefe, que estaba conectado con el telón, recibió una llamada. Quería colgarla el jefe, pero el presentador se equivoqué sin querer. Pues todo el mundo oyó que le llamó mi amor al jefe una mujer. Entonces, el jefe le preguntó a la mujer dónde estaba y mandó al mayordomo a recogerla. Todos los empleados incluso los barrenderos ya saben que Fausto Morales se casó.
—¿Es la verdad? ¿Tienes la grabación?
—Parece que es una pareja enamorada. El jefe Fausto es tan distante para mí que creo que es una persona indiferente, pero puedo imaginar ahora que un hombre frío fue conquistado por una mujer hermosa.
—Jaja, tengo la misma imaginación.
«Solo tiene una maleta. ¿Significa eso que no quiere regresar a casa?»
—Sí, abuelo. Solo llevó conmigo lo que me gusta. Quiero comprar más en el futuro.
Al oír esto, el señor Morales le pasó una tarjeta a Gloria.
—Hay 8 millones euros en la tarjeta, puedes comprar como quieras.
Cuando escuchó este número, Gloria todavía estaba un poco sorprendida.
«Aunque 8 millones también era una cantidad común cuando estaba en mi propio mundo, el señor Morales no es mi relativo directo. Admiro mucho su generosidad.»
—Muchísimas gracias.
Gloria sabía que era el deseo del abuelo y lo aceptó. Si no, tendría una molestia el señor Morales en su corazón.
«He leído esta novela. El señor Morales se entristece mucho por el rechazo de Gloria de ser una parte de la familia, por eso él puede tolerar todo lo que ella hace.»
Claro, cuando la vio aceptar el dinero, el señor Morales sonrió alegremente. Después, Gloria llevó su equipaje a la habitación de Fausto.
El tono de su habitación era tan simple y frío como sí mismo, pero muy bien limpiada.
Tras observar bien, Gloria arrastró su maleta hasta el armario y lo abrió, encontrando en él una serie de camisas blancas.
«¿Tantas camisas blancas? ¡Qué hombre aburrido!»
El armario era tan grande que ella quería ocupar la mitad de su espacio, pero no lo hizo antes de que volviera Fausto. «Es mejor preguntarle sobre esto.» Pensando, oyó una voz serena.
—¿Es suficiente para tus cosas?¿O añaden otro armario?
Al oír la voz, Gloria se volvió sorprendida y vio sus ojos sin emociones.
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