¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 161

—¿A que tienes muchas ganas de saber quién es el padre de tu hijo?

Yaiza se acercó lentamente.

Cynthia retrocedió involuntariamente, en ese momento una mujer con gorra de visera y mascarilla entró por la puerta.

La razón por la que pensaba que era mujer era porque vestía como una mujer.

Pero no podía ver su rostro con claridad.

Con un estruendo, se cerró la vieja puerta de hierro.

Cynthia estaba de pie al fondo de la habitación, le empezaron a sudar las palmas desde que entró la mujer.

Cuando la puerta se cerró, sintió un miedo en su interior.

Aunque aún no había dicho nada, Cynthia podía sentir su hostilidad hacia ella.

Yaiza miró hacia atrás, las dos parecían conocerse bien.

—Estás aquí.

La mujer asintió débilmente.

Pero sus ojos estaban fijos en Cynthia.

Cynthia no podía ver su expresión con claridad en la penumbra, menos cuando llevaba una mascarilla, pero notaba que le dirigía una miraba llena de odio.

Cynthia estaba en pánico, pero disimuló estar calmada.

—¿Quién eres?

La mujer no le respondió, solo se rio aterradoramente.

—No necesitas saber quién soy, solo debes saber que, de ahora en adelante, todo lo tuyo será mío, pero…

Ella cambió de tema y sonrió aún más fría.

—Hoy que te tengo atrapada, no puedo dejarte ir fácilmente, si no, ¿cómo podría devolverte el rencor por haber mandado a mi madre a la cárcel y obligarme a huir de la Ciudad B? No te esperaba que pudiera volver, ¿verdad?

Tan pronto como terminó de hablar, rodeó a Cynthia con Yaiza.

Cynthia miró a la mujer frente a él con un par de ojos examinantes y horrorizados.

—¿Eres Martina?

—Ja, ja, al parecer todavía no te has quedado tonta del todo, al menos aún me recuerdas.

Martina sonrió y miró a Yaiza a su lado.

—¿Lo hacemos juntas?

Yaiza sonrió burlonamente.

—Ahora que la tengo en mis manos, claro que no la dejaré ir así sin más.

Cynthia miró fijamente la puerta cerrada para ver si había alguna posibilidad de escaparse corriendo. Por su lado, Martina parecía ver sus intenciones.

—No pienses en huir, no lo conseguirás. Hemos maquinado un plan tan grande y finalmente te hemos hecho caer en la trampa, ¿crees que te dejaremos una oportunidad de escapar?

—¿Por qué os habéis juntado vosotras dos?

Cynthia habló deliberadamente para procrastinar el tiempo, intentó coger el teléfono que estaba en su bolsillo, entonces descubrió que lo había perdido en algún momento.

—¿No has oído hablar de un dicho? El enemigo del enemigo es el amigo.

Martina apretó su barbilla.

—He empleado cuatro años de mi vida solo para este día, mi propósito simplemente es tomar represalias contra ti. Si no regresaras a la Nación Z, seguiría siendo la señorita de la familia Flores, la apreciada hija de mi padre y la niña querida de mi madre, pero todo esto cambió por tu regreso. Dime, ¡¿cómo puedo dejarte en paz?!

Cynthia tiró su mano.

—Cuando la empresa de Ismael entró en crisis, te escapaste con todo el dinero. ¿Cómo puedes culparme? Solo te puedes culpar a ti por tener una mente malvada.

¡Paf!

Martina abofeteó a Cynthia, cuando esta estaba a punto de contraatacar, Yaiza se acercó para agarrar su mano levantada.

Martina entrecerró los ojos para mirarla fijamente con una gran rabia, sus ojos llenos de furia fulminaron bruscamente a Cynthia, aun así, tenía una sonrisa en la cara, era de sarcasmo y crueldad.

—Estás acabada, ¡¿cómo te atreves resistirte y a contraatacar?!

—Deja de decir tonterías con ella.

Yaiza ya estaba ansiosa por dar una paliza a Cynthia. Pensando en la vida respetuosa que tenía, pensando en la bondad que Alain le daba, y pensando en sus dos hijos, Yaiza sintió tanto odio que la mataría de inmediato.

«¡Qué dolor!».

Cynthia no sabía lo que Yaiza había utilizado para golpear su cintura, solo sintió un dolor. Frente a dos mujeres locas, no tenía ni posibilidad para defenderse.

No empleaban ninguna táctica, solo actuaban como arpías. Los puñetazos, las patadas, los insultos, y los agarres del pelo llegaron a caer sobre Cynthia.

Cynthia intentó huir varias veces, pero fue atrapada.

Martina sacó un palo de madera de algún lugar para golpear su cabeza. Con el golpe, empezó a tener la visión borrosa, de pronto su cuerpo cayó al suelo, luego perdió el conocimiento y antes de desmayarse escuchó a Yaiza decir:

—Basta, no la podemos matar.

—Pero si no la matamos, nos provocará problemas en cualquier momento, ¿estás segura de que nunca aparecerá en la Ciudad B, ni delante de Alain?

—Te prometo que no aparecerá.

—Tu hermano sí que está profundamente enamorado...

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