¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 160

En un pueblo de las afueras de la Ciudad B, había hileras de estanterías en la ladera de la montaña. Las vides subían a lo alto por las estanterías. Las hojas que en verano eran verdes se volvieron un poco amarillas, ya no tenían la pinta de ser frutas de la temporada.

Bajando por el viñedo, había un pequeño edificio de dos pisos con un pequeño patio rodeado por una valla blanca.

Era fresco y elegante, muy apto para vivir a un ritmo lento.

En el dormitorio del segundo piso, había una cama de madera que no era muy ancha, en la que yacía una mujer inconsciente, sus pestañas se movieron levemente y pronto abrió los ojos lentamente.

Todo lo que veía era un entorno desconocido. Se puso tensa de repente. Alguien le envió un mensaje en el que mencionaba a Álex y Alessia. Tenía miedo de que la otra parte amenazara a su hijo, por lo que tomó la iniciativa de contactar a la persona que le envió el mensaje.

La otra parte le pidió que se reuniera en una casa de alquiler...

—Este medicamento puede destruir los nervios del cerebro humano. Después de la inyección, causará alucinaciones y confusión en la memoria.

De repente, una voz masculina irrumpió sus pensamientos. Se volvió para mirar la fuente del sonido. A través de las cortinas, vio vagamente dos figuras de pie en el balcón. Según la altura y la voz, los dos deberían ser hombres.

Ella apretó con fuerza las sábanas que tenía debajo. «¿Quiénes son? ¿Qué es lo que quieren hacer?».

En el segundo piso, en el balcón, había un hombre y un médico con bata blanca.

Flavio miró la ladera que no estaba muy lejos, aparentaba un poco dudoso.

El doctor lo vio vacilar y dijo:

—Si quieres que olvide el pasado, solo puedes hacer esto.

Flavio guardó silencio un momento, luego como si hubiera tomado una decisión, dijo:

—Está bien, ponle la inyección.

Esa voz...

Entonces las dos figuras se movieron y abrieron la puerta del balcón para entrar a la habitación.

Cynthia no tuvo tiempo de pensar mucho, directamente cerró los ojos y fingió dormir.

La mano que tenía debajo de la colcha seguía temblando.

¿Querían ponérsela a ella la inyección que mencionaron antes?

Después de la inyección, ¿tendría la memoria confusa e incluso olvidaría las cosas del pasado?

«No, no, no puedo perder la memoria».

Sintió que alguien le frotaba la piel del brazo con alcohol.

El miedo se hizo más y más profundo, de repente abrió los ojos, y lo que vio enseguida fue un rostro complicado y familiar.

Era Flavio.

¿No estaba en la cárcel?

¿Por qué apareció allí?

Tenía demasiadas preguntas, pero no podía hacerlas.

Lo que tenía que hacer ahora era evitar que la inyectaran.

Flavio no esperaba que se despertara de repente, ahora estaba un poco perdido.

—Cynthia…

Ella miró al hombre de pie junto a la cama que tenía una aguja en la mano, entonces apretó las manos y los miró con horror.

—¿Quiénes sois?

Flavio se sorprendió.

—Cynthia, soy yo.

—¿Me conoces?

Cynthia se acurrucó en la cabecera de la cama, obviamente era una pinta de ponerse en defensa.

Flavio miró al médico, parecía estar preguntando qué estaba pasando.

¿Por qué Cynthia perdió la memoria antes de que le inyectaran el medicamento?

El doctor tampoco sabía lo que estaba pasando.

—Lo sabré después de examinarla.

Flavio se inclinó y miró a Cynthia.

—¿No te acuerdas de mí?

Cynthia se mostró en pánico.

—¿Quién eres? ¿Me conoces?

—Claro que te conozco, soy tu amigo, ¿lo has olvidado?

Cynthia fingió no recordar nada y negó con la cabeza.

—No me acuerdo.

Flavio ordenó su cabello desordenado.

—No tengas miedo, soy como un familiar tuyo. Tienes algunas heridas, deja que este médico lo vea, ¿vale?

Cynthia apartó la cabeza para evitar su toque, obviamente sentía rechazo.

La mano de Flavio se detuvo en el aire y continuó persuadiendo:

—Cynthia, soy pariente tuya, ¿por qué no dejas que te toque? Tú solías obedecerme, sé buena, deja que el médico examine tu lesión.

Dejó caer la mano para acariciar su cabello.

Cynthia se sintió horrorizada.

No paraba de temblar.

—¿Realmente eres mi pariente?