—Me he dado cuenta.
Cynthia lo había notado que Arturo tramaba algo desde que la gasa de nube cantonés apareció en su vista.
Tenía curiosidad por saber qué quería hacer Arturo. Volvió a mencionar un tema comentado:
—Me salvó la vida por este brazalete, ¿cuál crees que es la relación que tiene con Carmen?
Giró la cabeza para mirar a Alain, sabía que a él no le gustaba esa mujer y que no le gustaba que otros la mencionaran.
Sin embargo, sintió que, tanto Arturo como el maestro tenían alguna relación con Carmen, porque descubrió que el maestro miró a su brazalete sin hacerlo notar.
—¿Qué esconde este brazalete?
Alain no tenía ni idea sobre eso, era un hombre y no necesitaba tal cosa, aparte los familiares tampoco se lo habían mencionado, por lo que no sabía si la familia Paramés tenía la costumbre de heredar esa pulsera de jade a las generaciones posteriores.
—Entonces, ¿quieres quedarte y aclarar el asunto?
Aunque era un tono interrogativo, era casi una frase afirmativa.
«Qué mujer...».
Cerró los ojos y reprimió sus emociones, luego pacientemente le dijo:
—Te atreves a quedarte sin siquiera saber el propósito de la otra parte. ¿Alguna vez pensaste lo que será de Alessia, Álex y yo si te pasa algo?
Tenía que admitir que no había considerado esa parte, pero quería aclarar las dudas de su mente, porque no pensaba que Carmen fuera una mala persona.
—Tú me protegerás.
Tomó la iniciativa de agarrar su brazo e inclinarse hacia él.
El cuerpo de Alain se puso rígido un instante por su repentino acercamiento, pero luego enseguida volvió a la naturalidad.
Ella le dio una razón irrechazable.
Esa mujer era demasiado asertiva, no podía hacerle nada.
No podía regañarla, golpearla o decirle nada, solo podía seguir con lo que quería hacer.
Alain la llevó a sus brazos.
—¿Qué debo hacer contigo?
Cynthia se acurrucó en su hombro y miró a lo lejos, de hecho, quería conocer el pasado de Carmen por Alain.
Si ese hombre no era el padre de sus hijos y ella no sentía nada por él, no se entrometería en ese asunto.
Ella tomó la iniciativa de abrazar su delgada cintura.
—No me pondré en peligro.
Alain le tomó la cabeza y le dio un beso ardiente en la frente.
—Te esperaré.
Cynthia tampoco quería estar demasiado lejos de los dos niños, así que asintió.
Como Alain decidió quedarse, Mauricio también se quedó con su gente. Por su lado, Cristián y Chloe regresaron al hotel para empacar las cosas.
Había otra casa en el patio trasero de la casa de madera del anciano, así que este les dejó alojarse en la casa de madera con la condición de que no podían entrar al patio trasero.
Solo él y Cynthia estarían en el patio trasero, hasta que Cynthia no aprendiera la artesanía, no saldrían de allí.
Se parecía a lo que era un entrenamiento cerrado de hoy en día.
La casa de la parte trasera seguía siendo de madera, pero todo el interior era extremadamente moderno, incluso había muchas cosas de alta tecnología. Todos los muebles estaban colocados de manera ordenada, ni siquiera tenían polvos. Era obvio que la casa era limpiada a menudo, o era que alguien entraba allí con frecuencia.
El anciano le entregó un cuaderno.
—Puedes leer los apuntes que hice. ¿Tienes experiencias relacionadas?
Cynthia lo tomó con ambas manos y dijo con sinceridad:
—No tengo experiencia con máquinas para fabricar telas, pero conozco muchos tipos de telas y sus características.
El anciano asintió, aparentemente satisfecho con la respuesta de Cynthia.
Pero viendo las cosas de la casa volvió a sentirse melancólico.
—Después de todo, esto no puede regresar al mercado.
—Maestro, ¿por qué dice eso?
En realidad, de eso tenía curiosidad. «¿Por qué la gasa de nube cantonés ha desaparecido en el mercado?».
—¿Por qué no sale de aquí...?
—Lee todo lo que tengo apuntado en el cuaderno que te di, mañana te examinaré.
Después de hablar, el anciano salió de la habitación.
Obviamente, no quería hablar con ella sobre ese tema.
Cynthia no tenía prisa, ese era el primer día, podía ir con calma. Sentía que estando allí, tarde o temprano podía averiguar lo que quería saber.
—Maestro, ¿tiene parientes?
Cynthia preguntó fingiendo que no había intención oculta.
El movimiento del anciano tomando las verduras se detuvo por un instante, luego se metió las verduras en la boca, masticó lentamente y dijo al cabo de un rato:
—Sí, tengo.
—Entonces, ¿por qué no he visto que pasen por aquí?
El anciano finalmente levantó la cabeza para mirarla, era obvio que estaba preguntando por sus asuntos.
Cynthia explicó rápidamente:
—Sólo pregunté por preguntar...
—Tengo a una hermana.
El anciano interrumpió la explicación de Cynthia.
Cuando Arturo lo encontró, tomó la decisión de que, aunque violara la promesa, heredaría la artesanía de gasa de nube cantonés de generación en generación.
Sabía que dejando que Cynthia se quedara allí para enseñarle la artesanía de hacer gasa de nube cantonés, era comprometerse a revelar ciertas cosas.
Después de varios días de observación, sintió que Cynthia realmente era una buena chica, era paciente e inteligente, no le costaba enseñarla.
—¿Ella se ha casado con alguien de otro pueblo?
Como el anciano estaba dispuesto a decir, Cynthia aprovechó el momento para sacar más información.
—No es otro pueblo, es un lugar muy lejos de aquí. Rara vez vuelve. Ahora soy el único en la casa, pero la contacté, me temo que muy pronto volverá.
Dijo el anciano a la ligera. Había un rastro de tristeza en su tono.
Miró a Cynthia.
—Cuando venga, puedes preguntarle todo lo que quieras saber.
Cynthia miró sorprendida al anciano.
«¿Sabe que quiero saber algunas cosas?
Además, al parecer su hermana sabe todo lo que quiero saber.
¿Quien es su hermana?».
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