¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 237

Lo esencial para la producción de la gasa tradicional no era el proceso de producción, sino el hilo que se usaba.

Este tipo de hilo era la clave para fabricar la gasa.

Cynthia siempre pensó que la clave estaba en las técnicas de producción, pero no era así.

Se empleaba hilo de seda, algodón, e hilo con fibra de leche para fabricar gasa de nube cantonés.

Estos tres materiales se combinaban en una proporción de uno a uno para sacar un hilo tan fino como el cabello, lo cual no era fácil de hacer.

Solo con este tipo de hilo, la gasa producida sería fina, ligera, extremadamente suave, y sin arrugas.

Aunque Asher le reveló a Cynthia la clave de la producción, decidió volver con Cynthia.

Si los Bezos realmente querían rendir cuentas, entonces que apuntaran a él.

Este también era la conclusión que había sacado con Carmen.

—¿No dijo que no se iría de aquí?

Cynthia miró a Asher con incredulidad.

Era consciente de que, si la gasa tradicional volvía a aparecer en el mercado, sin duda los Bezos vendrían a buscar problemas.

—¿Tiene miedo de que esté en peligro?

Cynthia sabía por qué de repente quería regresar con ella.

Por sí sola, no era oponente de la familia Bezos, pero no estaba sola.

—No estaré de acuerdo.

Cynthia se negó a que Asher fuera con ella a la Ciudad B.

—Confíe en mí. Si me encuentro en peligro, Alain hará todo lo posible por salvarme. Él es tan fuerte como para poder protegerme.

Subconscientemente había comenzado a confiar en Alain.

En realidad, ni siquiera sabía que su actitud hacia Alain había cambiado.

Esa persona parecía ser alguien de confianza en su vida, cada vez que le pasaba algo pensaba en él.

Carmen había hecho lo suficiente por Alain, ahora les tocaba protegerla.

—Elio ahora ejercía un puesto entre los líderes del país...

—No importa lo despiadado que sea, no creo que le hará nada a su «sobrino», ¿verdad?

En aquel entonces no se reveló la identidad de Alain también debido al poder de la familia Bezos.

Si desde el nacimiento de Alain revelaran de que era hijo de Carmen, era posible que no pudiera crecer en paz.

—No diga más, no estaré de acuerdo en que vuelva conmigo.

La actitud de Cynthia era muy decidida.

Asher suspiró.

—Soy viejo, para mí la vida ya no es tan importante.

No importaba lo que dijera Asher, Cynthia se negaba.

Al amanecer, Cynthia empacó algunas cosas de necesidades diarias en su bolso. En lugar de despedirse de Asher, solo dejó una nota antes de abandonar el patio trasero por su cuenta.

Casi toda la gente en el patio delantero se había despertado. Solo quedaban dos pequeños que todavía estaban en la cama. El clima era cada vez más frío. Como ese lugar no contaba con calefacción, los dos niños disfrutaban de la calidez de estar en la cama y se negaban a levantarse.

Cynthia abrió la puerta y los dos niños estaban en la cama viendo dibujos animados con la tableta. Álex no quiso verlos porque le parecía algo infantil, pero Alessia insistía en verlos. No le quedó más remedio que acompañar a su hermana a ver esos dibujos sin sentido.

Alain estaba sentado en la ventana haciendo una videoconferencia con la gente de la empresa.

Levantó la cabeza cuando escuchó que la puerta se abría. Al ver entrar a Cynthia con su bolso en la espalda, entendió que había completado el aprendizaje de la artesanía. Al parecer podían irse de allí pronto.

Recordó algunas cosas antes de terminar la videoconferencia, luego apagó la computadora y se puso de pie.

—Ya podemos volver a casa.

Cynthia estaba en la puerta, dudó un poco antes de hablar.

—Vale. Viste a los niños mientras salgo para avisar a los demás para que se preparen.

Después de hablar, Alain salió de la habitación.

Al pasar junto a Cynthia, giró el cuerpo de lado sin tocarla.

Desde que ese día Alain dejó el patio trasero, se creó alguna especie de tensión entre ellos.

Inexplicablemente se formó una brecha.

Sin darse cuenta, Cynthia se acostumbró a su intimidad, su acaricia y al aspecto poco serio que mostraba de vez en cuando.

Por lo que este repentino distanciamiento la hizo sentir un poco incómoda.

—Mamá.

Alessia saltaba sobre la cama vestida de un pijama de pato amarillo, con su capucha puesta realmente parecía a un pato saltando. Estiró los brazos hacia Cynthia.

—Mamá, abrázame.

Cynthia dejó su bolso para acercarse a abrazar a su hija y luego a su hijo.

—Se hace tarde, os visto y nos vamos.

—¿En serio?

Álex dijo un poco emocionado.

Se sentía aburrido después de estar allí tanto tiempo.

Cynthia encontró sus ropas, los vistió y respondió afirmativamente:

—Sí, podéis confiar en mis palabras.

Los dos niños se pegaron felizmente a ella, abrazándola y besándola.

—Por fin podemos dejar este lugar.

Cynthia sonrió impotente.

—¿Tan poco os gusta este sitio?

Álex negó con la cabeza.

—El lugar no está mal, hay montañas, ríos y paisajes hermosos, pero es aburrido quedarse mucho tiempo.

Cynthia le frotó la naricita.

—Eres bastante quisquilloso teniendo tu edad. Entonces, ¿qué hay de la gente que vive aquí? A ellos no les parece aburrido.

—No es así, la gente que vive aquí lleva mucho tiempo viviendo en este sitio, está acostumbrada a la ausencia de un entorno con alta tecnología. No obstante, nosotros hemos vivido en la ciudad, nos parece todo nuevo cuando llegamos por primera vez, pero después de mucho tiempo se vuelve aburrido.

Cynthia negó con la cabeza y sonrió con amargura, pensó que su hijo era muy elocuente a una edad temprana, se preguntaba lo increíble que sería de mayor.

—Está bien, no me des más de tus razonamientos, date prisa y ponte los zapatos.

Cynthia le dio unas palmaditas en su pequeño trasero.

Álex se puso un poco tímido, se levantó apresuradamente de la cama para ponerse los zapatos. Luego de vestir a su hijo, Cynthia vistió a su hija. Como la niña no paraba de moverse en el proceso, Cynthia le dio unas suaves palmaditas en el brazo.

—Pórtate bien.

Alessia se portó bien durante dos minutos y Cynthia consiguió vestirla.

Una vez vestidos, los llevó a asearse. Ya era una hora más tarde cuando terminó con todo eso.

Chloe entró en ese momento.

—Te ayudaré a coger las cosas. El resto ya lo tenemos todo empacado. Cuando lleguemos al final del pueblo podremos subirnos al coche, los coches están esperándonos allí.

—¿Dónde está mi papá?

Alessia parpadeó con sus grandes ojos. Alain había mimado demasiado a esta niña, sabía quién era bueno con ella, por lo que se había vuelto dependiente de Alain.

—Tú papá está hablando con Mauricio y Cristián, si sales te lo encontrarás.

Chloe le tocó la trenza. Cynthia le trenzó el cabello. Como no había flequillo, se podía contemplar su frente voluminosa. Cargado de un bolso de conejo blanco que le gustaba en la espalda, salió a buscar a Alain.

Chloe se rio.

—Esta niña está cada vez más linda.

Cynthia sonrió, pero lo hizo con desgana, porque todavía se sentía incómoda con el distanciamiento de Alain.

Álex estaba tan inmerso en la emoción de poder irse que no notó la incomodidad de Cynthia.

Hechas las maletas, Cynthia sostuvo a su hijo con una mano y con la otra tomó el bolso abultado que contenía la ropa de los niños. Chloe estaba junto a ellos, sosteniendo las cosas de los dos niños en la mano. Estos dos niños tenían mucho equipaje, más que todos los adultos.

Al verlos salir, Alain dejó de hablar con Mauricio y Cristián, se acercó y tomó la bolsa que sostenía Cynthia.

—Te ayudo.

Cynthia no lo soltó, solo se limitó a mirarlo. Parecía estar enojada por su gesto de distanciamiento.

Era cierto que Alain estaba enojado con ella porque ella no le contó algunas cosas que se había enterado.

Sin embargo, era incapaz de verla sufrir.

La atmósfera fue un poco sutil por un rato. Cynthia tuvo que dejar que le ayudara porque los estaba mirando la gente.

—Vamos.

Alain dijo a la ligera.

En ese momento, Álex finalmente se dio cuenta de que la relación entre Cynthia y Alain parecía haber cambiado.

Se preguntó si se habían peleado.

En el pasado, Álex no quería que Cynthia perdonara fácilmente a ese rompecorazones.

Pero ahora que ese rompecorazones de repente no estaba tan apegado a Cynthia, sintió algo de miedo en su interior.

En su corazón, esperaba que sus padres pudieran estar juntos.

A veces mostraba rechazo y se metía con su padre solo porque este los abandonó en el pasado.

En el fondo quería a su papá.

Por mucho rencor que sentía hacia Alain, no podía cortar con el lazo consanguíneo y el afecto familiar. Además, era consciente de que su padre fue amable con él y su hermana durante este tiempo.

No quería que sus padres se separaran.

La mano que sostenía los dedos de Cynthia se apretó inconscientemente, «No puedo dejar que mis padres se separen».

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