¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 238

Álex tiró deliberadamente a Cynthia para alcanzar los pasos de Alain, entonces fue a tomar la mano de su hermana.

—Alessia, ¿qué tal si te cojo yo?

Alessia negó con la cabeza.

—Quiero que papá me coja.

Álex se quedó sin palabras.

«¿Por qué no se entera de la situación? Ains».

Álex suspiró, «Me temo que no puedo meter prisa a este asunto, los emparejaré cuando haya una ocasión oportuna».

Al principio pensó que, tomando la mano de su hermana, su padre libraría una mano para coger a su madre, lo que no esperaba era que su hermana no cooperara.

Sus planes se vieron estropeados.

Había varios coches estacionados a la entrada del pueblo. Arturo estaba en su silla de ruedas en la parte delantera del coche. Debido a que el camino era bastante irregular y era inconveniente para alguien que estaba en una silla de ruedas, salió antes que el resto.

—Finalmente nos vemos de nuevo.

La mirada de Arturo se fijó en Cynthia.

Cynthia sonrió cortésmente.

—Hola presidente Arturo, de hecho, tengo que darte las gracias por presentármelo.

No dijo nada sobre su intento de «aparentar cercano» con ella.

En realidad, tampoco llevaban un siglo sin verse, eso de «finalmente» era un poco exagerado, parecía que dijo eso con intención de aparentar como si tuvieran una relación cercana.

Arturo se rio, luego de ver que Alain tenía un rostro sombrío, su sonrisa se mostró aún más brillante.

—Solías llamarme Arturo, ¿por qué me has llamado presidente Arturo? ¿Es por él?

Sin motivo alguno, ver a Alain enojado lo hacía sentir especialmente contento.

Verlo en humillación en los negocios era demasiado difícil, pero aún podía fastidiarle un poco con Cynthia.

Cynthia notó la intención de Arturo de un vistazo.

A pesar de que ahora tenía alguna especie de pelea con Alain, sabía sopesar las cosas. Si le seguía el rollo a Arturo para llamarlo por su nombre, definitivamente dejaría en ridículo a Alain.

Ella no haría nada que lo pondría en vergüenza.

Cynthia sonrió decentemente.

—Me has salvado la vida, si me pides que te llame por tu nombre, es algo que no puedo rechazar. Pero estoy casada, no me es conveniente llamarte por tu nombre, no me pondrás en un dilema, ¿verdad, presidente Arturo?

Alain, que tenía la cara tensa a un lado, mostró un poco de alegría.

Arturo se quedó sin habla.

Quería poner en humillación a Alain, pero ahora sentía que se había creado problemas a sí mismo.

Arturo se mostró reacio, pero en ese momento no podía ir en contra de Cynthia, de lo contrario, la estaría poniendo en un dilema.

—Tienes razón.

Cynthia no tenía intención de hacer quedar mal a Arturo, después de todo, él la salvó la vida y la cuidó atentamente durante ese período de tiempo.

—Cuando regresemos te invito a comer, para darte las gracias por traerme aquí...

Volvió la cabeza y ojeó a Alain, «Aquí me he enterado de su identidad, ahora lo conozco mejor».

—No hay de qué, pero en cuanto a la comida, estoy dispuesto a asistir.

Arturo estaba de mejor humor, porque Cynthia tampoco le había dejado mal del todo.

«Mira la cara que tiene Alain ahora».

Como Cynthia no estaba mirando a Alain, no notó el cambio de su rostro después de sus palabras.

Por dentro todavía estaba enojado con él.

«¿He hecho algo que le ha molestado? Me lo puede decir directamente, ¿por qué de repente me trata con indiferencia? ¿O es que tan pronto ha perdido el interés en mí?».

Cuanto más pensaba, más melancolía sentía. Así que cogió la mano de Álex.

—Vamos, deberíamos subir al coche.

Álex notó claramente el cambio en el estado de ánimo de su mamá y la tensión.

Siguió obedientemente a Cynthia hasta el auto, pero en lugar de subirse a la caravana, tuvo la idea de ir al auto de Mauricio que estaba detrás. Álex no se movió.

—Mamá, quiero subirme a este, es cómodo para dormir y el espacio es grande. Mi hermana y yo siempre hemos ido en este auto.

—Sí, mamá, ¿no te vas a sentar con nosotros? Llevamos mucho tiempo separados, te extraño mucho.

Alessia vino corriendo para abrazar la pierna de Cynthia y actuó como un bebé.

La niña echó la cabeza hacia atrás, parpadeó llena de expectación.

Álex le dio a su hermana un pulgar hacia arriba en silencio porque finalmente aportó algo de ayuda.

A Alessia le gustaba tanto Alain que definitivamente también viajaría en este auto. En este momento, Cynthia no quería ver a ese hombre.

—Será un poco apretujado tantos juntos...

—Para nada, tiene mucho espacio, hasta se puede dormir en el interior. Hay un sofá y una televisión dentro, es mucho más cómodo que estar sentado en un auto.

Alessia intentó persuadir a su mamá.

Alain tenía la cara tensa. Si no hubiera más gente, definitivamente agarraría a Cynthia por el cuello y le preguntaría, «¿Tanto te disgusta estar cerca de mí?».

Aguantó el disgusto para sus adentros, ignorando la resistencia de Cynthia, la tomó de la cintura y la llevó al interior del coche.

—¿Piensas abandonar a tus hijos e ir en otro auto?

Cynthia movió y presionó su codo contra su aproximación.

—No es que quiera abandonar a mis hijos, simplemente no quiero aparecer en tu vista para molestarte.

—¿Por qué crees que me molestas?

Alain se apoyó en su oído, bajó tanto su voz que solo ella podía escucharlo.

Cynthia frunció los labios y no dijo nada. Obviamente fue él quien se distanció de ella primero, pero ahora encima le hacía esa pregunta.

—Aléjate de ese hombre. Ya le devuelto el favor por haber salvado tu vida. ¿Por qué aún le invitas a comer? ¿No has visto lo orgulloso que estaba antes?

Tenía ganas de lanzarse a destrozar la cara sonriente de Arturo.

—Me ha cuidado mucho, ¿qué pasa si le invito a comer?

Cynthia presionó su codo contra él, fingiendo que le daba igual, cogió a sus hijos para subirse al auto.

A Alain le dolían las costillas por su codazo.

«¡Vaya mujer...!».

Cristián no pudo evitar soltar carcajadas.

Por primera vez presenció a alguien echar su disgusto a Alain y darle un codazo.

Tenía muchas ganas de acercarse a preguntarle si le dolía.

Ja, ja...

Alain enarcó las cejas y miró a Cristián.

—¿Te parece gracioso?

Dicho eso se subió al auto.

Cristián detuvo sus risas, «¿No me puedo reír?».

—Idiota.

Chloe lo miró, frunció los labios con disgusto y caminó rápidamente hacia Mauricio.

—Mauricio, ¿puedo ir en tu auto?

Mauricio miró a Cristián parado allí estúpidamente y sonrió maliciosamente.

—Claro.

—¡Mauricio!

Cristián corrió y lo agarró por el cuello.

—¿Todavía me consideras amigo?

Mauricio extendió las manos.

—Ella me lo ha preguntado, no puedo rechazar a la jovencita, ¿verdad?

—¡Vete a la mierda!

Cristián encogió los hombros y Mauricio dio un paso atrás.

Mauricio sonrió, en realidad no tenía intención de que Chloe viajara en su auto, solo quería meterse un poco con Cristián.

Independientemente de si realmente estaban saliendo juntos, Mauricio podía notar que Cristián realmente tomaba en serio a Chloe. Se comportaba diferente a como solía comportarse con las mujeres que se liaba.

—No cabes en mi coche, deberías ir al auto de Cristián.

Mauricio encogió de hombre con impotencia, luego se acercó a Chloe para decir:

—Ya has visto, si me atrevo a dejarte subir en mi auto, definitivamente acabará conmigo.

Mientras lo decía, hizo un gesto de cortarse el cuello con las manos.

Chloe no supo qué responder.

Ella no pensaba darse por vencida, «¡Es imposible que solo pueda subirme al coche de ese idiota!».

Sin embargo, realmente solo le quedaba esa opción, porque el resto la habían rechazado.

—Señorita Chloe, no nos pongas en dilema. Aquí somos todos unos brutos, no es apropiado que te montes en nuestro coche. ¿Por qué no te montas en el coche del abogado Cristián?

Chloe fulminó con la mirada a Cristián, quien estaba con una pinta triunfante a su lado, caminó rápidamente hacia la caravana, pero cuando estaba a punto de tirar de la puerta del auto, la voz de Cristián sonó desde atrás.

—La familia ha estado separada durante muchos días, ¿crees que es apropiado que los molestes en este momento?

Chloe detuvo su movimiento, parecía que no era apropiado que los molestara, además, era notable que Cynthia estaba peleándose con Alain.

—Es mejor que te subas a mi coche.

Cristián la abrazó por detrás.

—Cristián.

Chloe luchó desesperadamente, «¡¿Por qué este hombre es tan odioso?!».

Cristián ignoró su resistencia para meterla en su auto. Chloe quería bajarse del auto, pero Cristián la miró levemente y amenazó:

—La gente nos está mirando, no me obligues a hacerte cosas groseras.

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