¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 248

Arturo negó con la cabeza.

—No lo tengo claro. Nunca me habla de su pasado. Solo dijo que sus padres adoptivos no eran buenos con ella.

Arturo miró el amanecer por la ventana y dijo tranquilamente:

—¿Cuántos huérfanos son tan afortunados de ser adoptados por buena gente?

Afortunadamente fue adoptado por Santino, un hombre que no había estado casado en toda su vida. Aunque no era tan delicado y considerado como una madre, le dio todo el amor de un padre.

—¿Entonces me llamaste hoy porque quieres decirme que ella no es la responsable?

Cynthia intentó preguntar.

—Sí.

Arturo todavía estaba dispuesto a creer que Anastasia seguía siendo esa niña sencilla del pasado.

Además, Alain solo hizo una suposición, lo de la tienda de ropa no era una razón justificable para que hiciera tal cosa.

—Te pedí que salieras hoy porque quería que lo habléis en persona.

Cynthia lo miró, preguntándose lo que quería decir con eso.

«¿Quiere que hable con Anastasia en persona?».

No era que no quería dejarla en paz o que no tuviera nada de misericordia. Simplemente no estaba segura de cómo era Anastasia después de ver ese video.

Si no hubiera visto ese video, seguramente habría creído en las palabras de Arturo, pero ahora, tenía muchas dudas en su mente.

Alain no era un niño de tres años que suponía de la nada, lo había dicho a base de algo.

Y como resultado de la investigación, era cierto que Anastasia tenía algo escondido a Arturo.

—En realidad...

Cuando Cynthia estaba por contarle lo que vio, la puerta de la habitación privada se abrió de repente. Anastasia estaba de pie en la puerta, aparentaba un poco tímida con la mirada en el suelo.

—¿Os he interrumpido?

Cynthia se tragó lo que quería decir y esbozó una sonrisa.

—Qué va.

Arturo le dijo que tomara asiento.

—La señorita Cynthia no es alguien rencorosa, no te comportes con tanta cautela.

Cynthia miró a Arturo, pero no dijo nada.

—En realidad te he dicho que vengas para preguntarte una cosa. ¿En los últimos días has estado en el hotel?

La pregunta de Arturo fue muy directa.

Anastasia apretó las manos con fuerza debajo de la mesa, no esperaba que Arturo la buscara por la investigación del asunto de Cynthia, se sorprendió de que sospechara de ella.

Ella miró a Cynthia.

—¿Te ha pasado algo y crees que lo hice yo?

—No...

—Nadie sospecha de ti, hoy te llamé para aclararlo y evitar malentendidos.

Arturo explicó por Cynthia.

Para Anastasia, ese comportamiento de Arturo solo era defender a Cynthia.

Una extraña emoción cruzó por sus ojos rápidamente y negó con la cabeza.

—No he estado en el hotel.

En ese momento, cerró la tienda de ropa deliberadamente, aunque Cynthia no hubiera pasado, planeaba cerrarla. Solo lo había estaba retrasando porque no encontró una razón adecuada.

Fue adoptada porque sus padres adoptivos no podían tener hijos. Al principio la trataron bastante bien, pero un año después su madre adoptiva se quedó embarazada. Desde entonces cambiaron la forma de tratarla. Luego de dar a luz a un hijo la trataron aún peor.

Ese hijo era el hombre que vestía chaqueta de cuero y le pedía dinero el otro día.

La familia lo malcrió de tal forma que dejó la escuela sin ser mayor de edad. Solo se juntaba con un grupo de gánsteres todo el día e incluso le pedía dinero a Anastasia cada dos por tres.

Desde que se reencontró por casualidad con Arturo, Anastasia tuvo la oportunidad de abrir su propia tienda de ropa. Originalmente, solo quería mejorar su condición de vida, pero inesperadamente, luego de abrir la tienda de ropa, su «hermano» empezó a pedirle más dinero aún.

No solo no pudo mejorar su vida, sino que se convirtió en una fuente de ingresos para su hermano.

Estaba harta de darle el dinero. Justamente en ese momento su prima estaba buscando un trabajo, por lo que le devolvió el favor y dejó que su prima cuidara de la tienda. Como su hermano no podía encontrarla, tampoco pudo pedirle dinero tan fácilmente.

Lo que lamentaba fue que su prima se enteró de que conocía a Arturo.

Temía que Arturo descubriera la existencia de su hermano, también temía que su prima dijera algo de ella frente a Arturo.

Por eso, aprovechando el incidente de ese día, cerró la tienda de ropa.

Eso evitaba que Arturo conociera los secretos de su pasado.

Ella amaba a Arturo, por eso cuando ese día vio a Arturo enojarse por Cynthia, estaba celosa y envidiosa.

Obviamente Cynthia tenía marido e hijos, se preguntaba por qué Arturo la trataba tan bien.

Al igual que tampoco entendía por qué la defendía antes.

Apretó las manos con fuerza, haciendo notar sus venas.

Arturo suspiró aliviado, en el fondo no quería que su amiga de la infancia se convirtiera en alguien extraña.

Era obvio que Anastasia estaba mintiendo. Alain había investigado, durante el tiempo que dejaron la Ciudad Blanca, Anastasia apareció frecuentemente en el hotel.

Ella bajó la cabeza y removió el arroz congee sin terminar del cuenco, no expuso a Anastasia, sino que sonrió y dijo:

—En realidad, no es nada grave, solo es un malentendido. Bueno, mis hijos todavía me están esperando, voy a regresar primero.

Cynthia llamó al camarero.

—La cuenta, por favor.

Sacó su billetera de su bolso, cuando estaba a punto de pagar, el camarero miró a Arturo con cara de no saber qué hacer.

—Presidente Arturo, esto...

Arturo cerró su billetera.

—Déjame invitarte.

Cynthia insistió:

—Hemos dicho que yo invitaría.

—No te puedo cobrar en mi tienda.

Arturo se rio.

Cynthia de repente levantó la cabeza, lo miró y luego al camarero que acababa de llamarlo presidente Arturo, entonces se dio cuenta de que este era un restaurante de su propiedad.

—Si tienes la ocasión de ir a la Ciudad B, te invitaré a comer.

—Seguro que sí.

Arturo dijo con seguridad, después de todo, él y Alain ahora estaban en una relación de cooperación, así que definitivamente tendría una oportunidad de ir a la Ciudad B.

Cynthia se puso de pie.

—Gracias por tu desayuno, tengo algo que hacer, os dejo.

—Te acompaño.

Arturo giró la silla de ruedas.

Anastasia vio que Arturo quería acompañar a Cynthia y rápidamente se puso de pie.

—Arturo, tus piernas tienen inconveniencias, déjame acompañar a la señorita Cynthia por ti.

—No hace falta, puedes volver.

Arturo agitó su mano, sin aceptar su ofrecimiento.

—Te llamé esta mañana, pero no fuiste tú quien cogió la llamada.

Arturo tomó la iniciativa de sacar el tema de la mañana.

Cynthia recordó que cuando dormía aturdida escuchó a Alain contestar el teléfono, pero dijo que había llamado algún vendedor para promocionar productos. «¿Acaso no era un vendedor sino Arturo?».

—Dormí un poco tarde anoche y no me desperté por la mañana.

Cynthia explicó.

Con su explicación Arturo se sintió más deprimido.

¿Qué había hecho para acostarse tarde?

¿Qué más podía hacer una pareja por la noche?

Arturo sonrió con ironía.

—Ains, me he buscado el disgusto.

Cynthia no se dio cuenta de que lo que dijo hizo malentender a Arturo, se limitó a sonreír.

Anastasia estaba en la habitación privada, mirando a Arturo y Cynthia.

Nunca había visto a Arturo tomar una postura tan humilde delante de una mujer, encima era una mujer casada y con hijos. «¿Cómo puede ser digna de Arturo?».

Apretó las manos a los costados, en su interior sentía odio y pensaba que Cynthia era tan perra que seducía a Arturo aun estando casada y con hijos.

«¡Encima Arturo también me ha buscado por el asunto de la muñeca!

¿Está tratando de buscar justicia por esa mujer?».

Anastasia estaba temblando porque estaba demasiado enojada.

Hoy hacía buen tiempo, el cálido sol daba en toda la calle. Cynthia y Arturo paseaban por la calle en silencio.

Cynthia estaba pensando en algo, no sabía si debería contarle a Arturo lo de Anastasia.

—¿Qué estás pensando?

Arturo pudo ver que Cynthia parecía estar pensando en algo.

—Nada.

Cynthia no había sacado una conclusión de cómo decírselo a Arturo.

Obviamente, todavía apreciaba la relación que habían tenido en el orfanato.

Para ellos, los amigos de la infancia en el orfanato eran parientes.

Comprendía por qué Arturo confiaba en que Anastasia no era la culpable.

Pero...

Suspiró profundamente.

—En cuanto a Anastasia, creo que deberías conocerla más.

Cynthia decidió darle un recordatorio.

Arturo no esperaba que mencionara a Anastasia, porque Cynthia no era esa gente que cotilleaba a los demás.

—¿Hay algo que sabes?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!