¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 276

Cristián frunció el ceño.

—¿De qué te estás riendo?

—¿Crees que me habéis ganado? ¿Crees que me habéis atrapado?

Flavio se rio cada vez más fuerte.

Cristián frunció cada vez más el ceño, ¿él qué significaba?

Alain cogió la fría mano de Cynthia, la abrazó aún más fuerte, tenía los ojos medio cerrados.

—¿Qué más puedes hacer? Hoy no podrías escaparte, aunque tengas alas.

Cristián vio que Flavio estaba tan frenético y se sintió cada vez peor.

—Yo no puedo volar, pero tú sí.

Él abrió la cremallera mientras hablaba.

Pronto Cristián entendió lo que refería, tenía una bomba.

En el momento que mostró la bomba, la gente empezó a chillar, la madre que vendía barbacoa abrazó a su hija y se escondieron debajo de la mesa.

Él miró a Alain riéndose.

—¿Quién se atreve a cogerme?

Alain estaba tranquilo, puso a Cynthia detrás de él.

—¿Qué quieres tú?

Mientras hablaba, los guardaespaldas se acercaron por detrás de Flavio lentamente, tratando de reprimirlo de inmediato.

Flavio estaba enseñando la bomba.

—Entrégame a Cynthia, déjame llevármela, o morimos todos juntos.

Alain estaba hablando con él deliberadamente para que los guardaespaldas tuvieran oportunidad de acercarse.

—¿Y si yo no quiero?

—Ya lo he dicho, nos morimos todos, ¡nadie vivirá!

Flavio miró por detrás de él.

—¿Cynthia enserio quieres ver a tanta gente muriéndose por ti?

Cynthia giró la cabeza para no verlo, pero justo vio a la madre y la niña que se estaban escondiendo debajo de la mesa, se apretó fuertemente las manos.

Ellas eran muy inocentes, estaban en este peligro por su culpa.

Cynthia quería avisarlas que no se escondieran ahí debajo de la mesa, pero tenía miedo de que llamara la atención de Flavio.

—Cynthia ven conmigo, solo yo realmente te amo, solo yo dejaría mi vida por ti.

Él acercó la mano a Cynthia.

En ese momento, el guardaespaldas que estaba acercándose a Flavio tocó accidentalmente una silla e hizo un ruido, Flavio se dio la vuelta y vio a ese guardaespaldas que se estaba acercando, cambió la cara al instante, cuando Flavio se enteró, el guardaespaldas quería atraparlo forzosamente.

Flavio tiró la silla de una patada, bloqueó el acercamiento del guardaespaldas.

—Mamá, mamá.

La niña estaba tan asustada que abrazó fuertemente a su madre, Flavio giró la cabeza y miró a la niña, Cynthia lo vio y se puso nerviosa.

—¡Detenlo!

El guardaespaldas corrió, pero era tarde, Flavio tiró la mesa y cogió a la niña, la mujer abrazó fuertemente a su hija.

—Suelta a mi hija.

—Dámela.

Flavio gritó con ira, la mujer se asustó:

—¡Suelta a mi hija, suelta a mi hija!

La niña fue agarrada fuertemente y la hizo daño, empezó a llorar del miedo:

—Mamá, mamá…

Cynthia quería ayudar a la madre a recuperar a la niña, Flavio estaba loco, seguro que le dañaría a la niña.

Alain la agarró cuando se movió:

—Voy yo.

Flavio le quitó a la niña que estaba en los brazos de la mujer cogiéndola fuertemente, y quería amenazar a Cynthia con la niña, giró la cabeza y vio a Alain.

—Tú…

Alain le agarró de la muñeca rápidamente, Alain tenía mucha fuerza y le dolió mucho a Flavio, y las manos que estaba cogiendo a la niña se soltaron un poco, Alain aprovechó ese momento para coger a la niña, Flavio estaba muy enfadado y quería activar la bomba que tenía en la mano, pero Alain le dio una patada que salió volando.

Todas las sillas y las mesas estaban volcadas en el suelo.

Flavio reaccionó muy rápido, se levantó y empezó a correr.

Los guardaespaldas le siguieron.

La niña estaba llorando en los brazos de Alain, él bajó la cabeza y vio que la cara de la niña estaba pálida del susto, la niña le agarró fuertemente de la ropa de Alain con sus dos manos, tenía miedo de que la cogieran otra vez. 

—Vicky, Vicky.

La mujer fue corriendo a abrazar a su hija, Alain le devolvió a su hija.

Ella abrazó fuertemente y dio un beso a su hija que estaba llorando, y estuvo calmándola:

—No tengas miedo, ya está, ya está, estoy yo aquí. Gracias.

La mujer, con su hija en sus brazos, le agradeció a Alain inclinándose hacia él, si no fuera por él no sabría qué le podría pasar a su hija.

No sabría de ninguna de las maneras que Flavio era un loco, si fuera una persona normal no tendría una bomba encima.

—Vino a mi tienda a comer barbacoa y me dijo que había discutido con su novia, y le pidió a mi hija que trajera a su novia, pero quién sabría que…

La mujer miró a Cynthia con los ojos rojos:

—Casi te fastidio.

La mujer sabía por qué Cynthia le dio dinero a su hija y quería comer barbacoa, porque Cynthia no quería que tuviera vergüenza y cogiera el dinero sin hacer nada, ella era una buena persona, pero no se dio cuenta que su hija y ella casi la fastidiaron.

Cynthia en ningún momento pensó que tenían la culpa, ellas solo habían sido utilizadas.

—Es muy tarde ya, volved a descansar…

—¡Ah!

Un grito interrumpió a Cynthia, ella y Alain giraron la cabeza a la vez y vieron a Lourdes que había sido agarrada por Flavio.

—¡¿Qué ha pasado?!

Cristián fue rápidamente.

—¿Cómo ha sido atrapada ella?

El guardaespaldas dijo:

—Él corrió hasta aquí y nosotros le estábamos siguiendo, justo salió Lourdes del hotel y se encontraron de cara, él no sabía quién era Lourdes y le cogió como rehén.

Lourdes se asustó mucho, vio a Cristián y le gritó:

—Cristián. 

Ella no sabía quién era Flavio, nadie le contó los planes de hoy, solo le dejaron a ella y a los dos niños en la habitación, Alessia le dijo a Mauricio que quería buscar a Cynthia y entonces Lourdes bajó a buscar a Cynthia y de paso a Cristián, acababa de casarse con Chloe, ella estaba preocupada de que aún no había vuelto siendo tan tarde, por eso Mauricio no se dio cuenta de que se bajó.

Después de que había llegado abajo, Lourdes vio a Cristián y a Cynthia fuera, y quería salir a buscarlos, de repente fue atrapada por Flavio que pasaba corriendo.

—¿Conoces a Cristián?

Flavio tenía una mueca en la cara.

Lourdes era mayor y no se dio cuenta de que lo que dijo algo iba mal, dijo sin pensar:

—Cristián es mi nieto.

—Jajá. 

Flavio se rio fuertemente y estaba mirando un rato a Cristián y otro rato a Alain.

—No me vais a dejar, ¿verdad?

—¡Maldito infeliz! 

Cristián quería ir a por él al instante, Alain le paró:

—Cálmate.

Cristián estaba respirando muy rápido por la ira que tenía.

—Tu puta madre, como te atrevas a tocarle a mi abuela, te mataré.

—Pues tendrás que ser capaz de cogerme primero.

Cuando Flavio se enteró de que la rehén era la abuela de Cristián, se quedó tranquilo, estaba seguro de que no se atreverían a tocarle.

—Si queréis salvarla, podéis.

Él miró hacia Cynthia.

—Cámbiate por ella de posición.

—¡Ni te lo imagines!

Cristián le odiaba mucho a Flavio.

Flavio agarró fuertemente la mano de Lourdes, Lourdes gritó del daño que le hacía.

Cristián estaba insultando de lo enfadado que estaba:

—¡Me cago en tu puta madre! 

—Acepto cambiarme por ella, voy yo y dejas ir a su abuela.

Cynthia habló de repente, Alain estaba de pie sintiendo el viento y no dijo nada, se estaban mirando entre ellos y las miradas les funcionaba mejor que las palabras, Cynthia sacó una sonrisa:

—Confío en ti.

«Confío en que me puedas salvar.»

Cynthia se acercó a Flavio cuando terminó de hablar.

Cristián se puso nervioso, llamó a Cynthia:

—Es un pervertido, ha venido a por ti, si vas, habrás caído en sus manos.

Cynthia como si no lo hubiera escuchado, no dejó de andar.

Cristián giró la cabeza y miró a Alain:

—¿De verdad la vas a dejar ir?

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