¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 325

Cynthia estaba corriendo bajo los fuegos artificiales. Este había sido un año extraordinario. Habían pasado muchas cosas, todas salieron de sus expectativas. Tal vez había sido afortunada en este año, o tal vez no, pero era irreprochable que fue lleno de imprevistos, lleno de... ¡sorpresas!

Tomando las manos de los dos niños, estaba parado en medio del paisaje blanco, mirando el esplendor que florecía en el cielo.

El abrigo de Alain se llenó de nieve, pero solo se quedó allí parado, mirando las tres figuras, una grande y dos pequeñas.

Para él también había sido un año lleno de imprevistos.

¡Lleno de sorpresas!

Tenían que quedarse despiertos en la víspera de Año Nuevo. Jugaron afuera por mucho tiempo antes de regresar. Cuando abrieron la puerta, la sensación de calor envolvió sus cuerpos. Alejandro y Carmen estaban sentados en el sofá viendo la televisión. La televisión ponía la Gala de Año Nuevo. Vega y la otra criada llenaron la mesa con platos de frutas y frutos secos que prepararon.

Después de haber jugado demasiado tiempo fuera la cena fue digerida. Cuando los dos niños entraron en casa empezaron a comer de nuevo mientras veían la tele.

A las 12 en punto sonó las campanas de Año Nuevo.

El año nuevo había llegado.

Los dos niños estaban tan emocionados que no querían irse a la cama. La consecuencia fue que al día siguiente no consiguieron levantarse.

Por eso los dos niños pasaron en la cama el primer día del año nuevo.

El segundo día después del año nuevo era el cumpleaños de Cynthia.

Álex le compró un pastel súper grande.

Desde que dio a luz a dos hijos, Cynthia nunca celebró su cumpleaños. Tras haber experimentado los fuertes dolores del parto, comprendió que su cumpleaños era el día de sufrimiento de su madre.

Por eso, en los cumpleaños de los años anteriores, no compraba pasteles ni le recordaba a nadie su cumpleaños, solo compraba un regalo para Isabel.

No esperaba que Álex le comprara un pastel tan grande que tenía 8 capas, además en la parte superior había una muñeca con vestido de novia.

No parecía un pastel de cumpleaños, más bien tenía aspecto de un pastel de bodas.

—¿A que es bonito?

Preguntó Álex.

Cynthia asintió.

—Es bonito, pero es un poco extraño.

Álex señaló la muñeca de arriba.

—¿Te extraña esta muñeca?

Antes de que Cynthia dijera que sí, lo explicó:

—Eres diseñadora de moda y has diseñado vestidos de novia para muchas personas, pero nunca te pusiste una. Me gustaría que te pusieras un vestido de novia alguna vez, seguro que serás la novia más hermosa.

Álex se enteró por Isabel que Cynthia nunca se puso un vestido de novia.

Una vez Cynthia diseñó un vestido de novia súper hermoso para una clienta, cuando Álex lo vio dijo:

—A mamá definitivamente le quedará mejor.

Isabel parecía triste a un lado.

Álex tuvo curiosidad, después de preguntar supo que Cynthia ni siquiera tuvo la oportunidad de haberse puesto un vestido de novia.

En su interior despreció a Alain, «¡Qué avaricioso!».

Alain se paró frente a la ventana francesa para contestar la llamada de Mauricio. El resultado estaba verificado, Ismael no murió repentinamente, sino que fue envenenado, especificando, consumió nitrito.

—Según la confesión de la criada, Isabel preparaba personalmente las comidas para Ismael, digamos que tiene la oportunidad y la motivación. Ahora Isabel ha sido detenida para ser investigada.

Alain miró la escena en el salón con sus ojos profundos.

—Como policía criminal, no puedo tolerar tales asuntos. Por supuesto, teniendo en cuenta su identidad, lo único que puedo hacer es intentar que aparentara un homicidio negligente. Además, contáis conmigo, no la dejaré sufrir en la prisión. No se puede negar que Ismael ha sido un cabrón, pero lo que ha cometido Isabel es un delito. En cuanto a Cynthia...

Las responsabilidades de homicidio intencional y homicidio involuntario eran muy diferentes.

—No le digas nada de momento.

Aún no sabía cómo decírselo a Cynthia, ahora estaban disfrutando del momento feliz, no quería romper ese ambiente.

—Vale.

Mauricio dijo.

Alain colgó el teléfono y se acercó.

Había escuchado lo que dijo Álex, por eso sus ojos se posaron en la muñeca del pastel.

—Papá.

—¿Eh?

La niña le hizo señas.

—Agáchate, quiero contarte un secreto.

Alain se inclinó obedientemente, acercándole las orejas.

—El secreto se trata de...

De pronto sacó su mano que escondía detrás de la espalda para manchar de pastel la cara de Alain.

—El secreto se trata de que quiero mancharte de tarta tu cara, je, je...

Alain se quedó pasmado por un momento y luego la levantó.

—Mi niña traviesa.

La niña sonrió feliz.

—¿No vas a regalar nada a mamá?

Álex lo dijo deliberadamente, pensó que Alain no había averiguado el cumpleaños de Cynthia.

Al escuchar las palabras de su hijo, Cynthia sintió un poco de ilusión al respecto.

Alain dijo:

—No he preparado nada.

Álex de repente puso cara de descontento.

—No creas que eres la única opción de mi mamá.

Cynthia también estaba un poco decepcionada, pero pensando en cómo era su personalidad, no parecía ser del tipo que prepararía regalos a los demás. Lo extraño sería que hubiera preparado algo.

Alain miró a Cynthia y se rio.

—¿Quién se atreve a quererla?

Acabaría con el que se atreviera.

—Ya vale con este tema.

Cynthia llevó a los dos niños a lavarse la cara y las manos llenas de nata.

—Aún quiero comer más.

Alessia no quiso limpiarse.

—Luego la llevo a limpiarse.

Vega dijo.

Cynthia pensó un rato antes de acceder. Como se había manchado de tarta en el cuerpo, subió a cambiarse de ropa. No había nadie en la habitación. Encontró la ropa del armario y se quitó la ropa manchada allí, pero no sabía que Alain la seguía por detrás.

Alain abrió la puerta y la vio desnuda hasta la cintura, el moratón en la cintura no se había desvanecido por completo, era bastante llamativo en su piel blanca. Pronto se puso un suéter para bloquear su visión.

Cynthia se arregló el escote, se dio la vuelta y vio a Alain de pie en la puerta, su primera reacción fue preguntar:

—¿Cuándo subiste?

—¿Subí cuando subiste tú?

Deliberadamente utilizó una pregunta retórica.

Cynthia frunció el ceño, en otras palabras, ¿la había visto cambiándose de ropa?

Aunque los dos habían hecho el amor, pero aún sentía un poco de vergüenza pensando que se había cambiado de ropa delante de él.

Alain entró, cerró la puerta, miró su rostro sonrojado, recogió un mechón de su cabello y lo enredó entre los dedos.

—¿Te has puesto ruborizada?

—No.

Cynthia volvió la cabeza.

—No seas tímida. Ya he visto todo tu cuerpo.

«¡Vaya hombre!».

Cynthia lo fulminó con la mirada.

—¿Puedes comportarte?

—No te dejaré salir perdiendo.

La tomó en sus brazos, apoyándose en sus oídos, dijo con su voz suave:

—Por la noche, dejaré que me mires.

Antes de que Cynthia se enojara, puso una caja en su mano.

—¿Qué es esto?

Cynthia bajó la cabeza y levantó la mano, era una pequeña caja de terciopelo azul en forma de diamante, sin adornos extra, se veía sencilla y generosa.

—Ábrela a ver.

Cynthia parpadeó, un poco increíble.

—¿Es un regalo para mí?

Él asintió con seriedad.

Cynthia la abrió bajo la mirada ardiente de Alain. Había un enorme anillo de diamantes, ovalado y rosado.

Parecía un huevo de paloma.

—¿La Estrella Rosa?

Alain se sorprendió.

—¿La conoces?

—Lo vi en la Subasta de Joyería Century. La nominaron «La Estrella Rosa». Es un diamante rosa de forma ovalada. Lo compró un famoso magnate de la joyería nacional a 61 millones de euros en 2017. ¿Por qué está en tus manos?

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