¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 324

De repente la cara de Cynthia se puso roja.

Si Cynthia quisiera, era verdad que ella pudiera quitarle el puesto, ella tenía 50% de las acciones de Grupo Superior.

Carmen también preparó regalos para los dos niños. No era como Alejandro. Lo que preparó ella no era dinero, sino que era algo que pudiera presentar su sentimiento cariñoso.

Ella fue al Templo Sur para pedir amuletos, ella rezó por los niños, quería que los dos peques crecieran sanos y saludables.

Carmen se les puso a los cuellos. Era amuletos que estaban hechos de seda amarilla y bordado con algo que relaciona con el budista.

Esto no era una superstición, sino una esperanza.

Llevando los amuletos, los dos peques se sentían felices.

—Hoy es nochevieja, no puedo venir con las manos vacías.

Mauricio también preparó los regalos para los dos niños, eran colgantes de Jade Hetiano.

—Yo no sé nada del jade, pero escuché que llevar jade es bueno. Cuando los compré, el dueño me dijo que los hombres llevan Avalokiteshvara y las mujeres llevan Maitreya, no entiendo que significa eso.

Le dio Avalokitesvara a Álex y el Maitreya a Alessia. La niña abrió la caja que estaba cubierta por terciopelo rojo. El Maitreya estaba bien tallado. Sostenía el rosario en su mano, estaba sonriendo y se veía muy agradable.

A la niña le gustó mucho y lo acaricia con mucho cuidado.

—Gracias tío Mauricio, me gusta mucho.

Mauricio se sintió alivio, suspiró:

—Me alegro de que te guste.

Era regalo para festival, no era apropiado si el regalo era barato, pero tampoco le permitiría el lujo para hacer regalos caros. Se preocupó mucho por si a los niños no les gustarán. Al comprarlos, dudó por un buen tiempo.

Hacer regalos era para agradar a los niños, pero no pudo simplemente regalarles peluches normales en un día especial como hoy.

Álex también estaba bien educado, cogió su regalo y dijo:

—Gracias tío Mauricio, a mí me ha gustado mucho también.

Él creció en el extranjero y no entendía nada sobre budista. Continuó el tema que mencionó por Mauricio.

—Los hombres llevan Avalokiteshvara, ¿será porque a las mujeres tienen que llevar el relicario con forma de hombres y a los hombres al contrario?

Para él, Maitreya era hombre, Avalokiteshvara era mujer.

Al escuchar eso, toda la gente se quedó en silencio.

Nadie había imaginado que Álex iba a decir algo así.

Cynthia frotó la cabeza de su hijo.

—No deberías comprenderlo en esta manera. Es una falta de respeto.

—Está bien, es un niño, y las cosas que dicen los niños no cuentan.

Dijo Alejandro agitó la mano.

—A Comer.

Tal vez por la presencia de Mauricio, Alain tenía ganas de beber, entonces tomaban copas juntos. Era algo raro, en las ocasiones especiales, el alcohol era algo imprescindible, si no había, siempre parecía que faltaba algo.

Como los conductores estaban aquí, ellos les permitían el lujo de emborracharse esta noche.

Afuera estaban lanzando fuegos artificiales, y se oían mucho el ruido.

La niña comió muy rápido, Cynthia le sirvió una cuchara de sopa, pero estaba intentando terminar todo de un tirón. Cynthia frunció el ceño:

—Despacito, ¿por qué tienes tanta prisa?

—Quiero lanzar fuegos artificiales.

La pequeña quiso terminar su comida cuanto antes, le respondió ni siquiera había levantado la cabeza.

Cynthia acarició el cabello con cariño.

—No te metas tanta prisa. Somos muchos aquí, tenemos que comer bien también. Aunque ya has terminado tu comida, no te dejaríamos lanzar fuegos artificiales sola, ¿no?

La niña quedó pensando por un momento, parecía que su mamá tenía razón, sería más divertido si lanzaban juntos.

Se levantó de la silla, dijo uno a uno:

—Vamos, vamos, daos prisa. Quiero lanzar fuegos artificiales, no me dejáis esperar tanto.

Mauricio se rio:

—Tenemos tantas cosas deliciosas por aquí. Si cada plato pruebo un poco, al menos necesito 20 minutos.

La niña parpadeó con sus ojos grandes:

—Entonces concéntrate con este pescado que tienes enfrente.

—...

—No quiero.

Él cogió un bollo que estaba hecha con huevas de cangrejo.

—Tengo que comer bien, no me gusta el pescado.

La niña parpadeó, dijo:

—Te engordarás, si comes tanto. Y los gorditos no encuentran novias fácilmente. Mira, tío Su, ya está con tía Chloe. Y mírate, ¿quién quiere estar contigo? ¿Quién quiere estar con un gordo?

De repente, todas las personas se quedaron callados, y luego no podían evitar soltar carcajadas.

Mauricio perdió el apetito al instante.

Dejó sus palillos.

—Ya estoy lleno.

No tenía novia ahora, si se engordara más, sería todavía más difícil.

Álex le echó un poco comida en el palto de Mauricio.

—Tío Mauricio, come un poco.

Mauricio acarició la cabeza de Álex.

—Menos mal Álex me entiende mejor.

Álex tragó un trozo de carne y murmuró:

—Si no estás gordo, tampoco te encuentras novia fácil, entonces es mejor que te comas más.

—…

—Jaja.

Se rio todo el mundo.

Terminó la cena de nochevieja con mucha alegría. Se fueron del restaurante en coche. Luego pararon los coches en un lugar extenso para que Alessia podía lanzar fuegos artificiales.

En el maletero, todo ya había preparado. Había muchos tipos de fuegos artificiales con todos los tamaños.

La niña se divirtió mucho, y se sentía contenta y feliz.

Mauricio dio dos "estrellitas" a ella, como parecían estrellas cuando explotaban, entonces le dieron este nombre.

La niña le dio a Cynthia uno.

—Mamá, toma. Es para ti.

La luz de los fuegos artificiales brilló el rostro de la niña, se notó un resplandor luminiscente en su cutis.

Cynthia se agachó para tomarlo, después se fue la niña nuevamente. Ella llevaba botas de nieve y ahora estaban cubriendo de nieve.

Alain estaba a su lado, y a lo lejos, Mauricio estaba colocando los fuegos artificiales agrandes con otras personas.

—Es la primera vez que los niños celebran el Año Nuevo aquí, está prohibido lanzar fuegos artificiales en el extranjero.

Al ver los niños estaban contentos y felices, Cynthia sonrió.

Alain la tomó por los hombros, preguntó:

—¿Estás contenta?

—Sí, claro, pero no todo.

Isabel no estaba allí, y era el primer año que no celebró la fiesta con ella. No estaba acostumbrada de eso.

Era lamentable para ella.

Este año había encontrado el padre para sus dos niños, por la ausencia de su madre, la reunificación familiar para ella no parecía tan perfecta.

Alain notó su depresión claramente, entonces él metió su cabeza en su abrigo deliberadamente.

—¿Cuándo te caíste, por qué yo no lo sé? Déjame ver si es grave.

Al hablar, metió su mano en su abrigo y empezó a levantar su jersey.

Cynthia se asustó y lo empujó con fuerza. No se sabía si era por su fuerza que era demasiado grande, o era porque Alain lo hizo todo deliberadamente, o simplemente era porque se resbaló. En el momento en que Cynthia lo empujó, el cuerpo de Alain se inclinó hacia atrás y se cayó. Él agarró la mano de Cynthia, entonces ella no se salvó tampoco.

—Ay…

Cynthia gritó subconscientemente, pero se detuvo de inmediato, porque no quiso molestar a Mauricio y los niños.

Alain se tumbó boca arriba en la nieve. Por la caída, su abrigo se abrió y así que Cynthia justo se cayó sobre su pecho.

A punto de ponerse de pie, Alain le tiró hacia atrás de nuevo, Cynthia volvió a caerse, al final se quedó tumbada encima de él. Presionó la cabeza de Cynthia levemente, y levantó su cabeza y la besó.

Su cabello largo se resbaló, cubriendo los rostros de los dos. Su beso fue profundo, aunque hacía frío, su cuerpo estaba ardiente.

Le frotó la cintura trasera a través del jersey.

Cynthia forcejeaba.

—No te muevas.

Dijo con cariño:

—Lo haré más ligero de ahora en adelante.

En este momento, se oía un gran ruido, se veía una grande bola de fuego subió el cielo y explotó. La escena fue espectacular. Al explotar, tenía la forma como un paraguas enorme y hermoso con luz brillante.

Cynthia se fingió como si no hubiera oído nada, y se escapó mientras que él estaba viendo los fuegos artificiales.

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