¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 60

¿Cómo? ¿Bruno había sido secuestrado?

Cynthia se levantó tan rápido que el muslo se rozó con el cajón, pero no sintió dolor.

Solo estaba preocupado por la seguridad de su hijo.

El miedo y la ansiedad le invadió, aunque Bruno normalmente pareciera más maduro que los demás niños de su edad, seguía siendo un niño.

Salió corriendo de Diseños LEO, y se metió en el coche pisando el acelerador a fondo.

Cuando se encontraba con semáforos rojos en el camino, agarraba fuertemente al volante, deseando poder volar hasta la comisaría.

Ya habían pasado veinte minutos hasta que llegó.

Fue guiado por el agente hasta la sala de interrogatorios.

Alain y Bruno estaban sentados de cara a cara.

—Bicho, cuéntame, ¿por qué querría secuestrarte?

Alain miró fijamente a este niño que aparentemente era muy pequeño, pero ahora mismo estaba tan sereno.

A pesar de que le incriminó, Alain admitía que este niño era muy listo.

Se preguntaba cómo serían sus padres para tener un hijo tan sobresaliente.

Bruno no hablaba, se cruzó los brazos, solo decía que él le había secuestrado.

Cynthia al entrar vio a su hijo, se lanzó hacia él y lo abrazó fuertemente. Le miró de arriba abajo:

—¿Te hiciste daño?

Bruno negó con la cabeza:

—No te preocupes mamá, estoy muy bien.

—¡¿Bien?! ¿Cómo que bien?, te han secuestrado. ¿No eras muy listillo normalmente? ¿No te había dicho que no puedes hablar con extraños o comer de lo que te den los extraños? ¿Cómo te pueden secuestrar aún?

Cuanto más querías a alguien, más te enfadabas y le regañabas.

Esta frase se podía aplicar justamente ahora a Cynthia, muy pocas veces hablaba con este tono a Bruno.

Esta vez le asustó de verdad.

Se le enrojecieron los ojos a Bruno y acarició la cara de Cynthia:

—Lo siento mamá, siento haberte preocupado.

Se enterneció Cynthia y abrazó fuertemente a su hijo, apoyándose su abrazo:

—Mamá no quiere regañarte, solo estaba preocupada por ti.

Bruno esnifó la nariz:

—Lo sé.

Dijo mientras miraba hacia el hombre que también le estaba mirando ahora. Lo volvería a hacer si se repitiese la situación.

Ya se tranquilizaba Cynthia, ¿Quién era el hijo de puta de atrevió a secuestrar a su hijo?

Soltó a Bruno y se puso de pie:

—Sargento…

Antes de que dijese nada vio al hombre que estaba esposado sentado enfrente de la mesa, se le paró durante unos instantes la respiración. ¿Qué hacía él aquí?

—Tú…

Se sentía muy confusa, ¿qué había pasado aquí?

Alain no paraba de mirar de Bruno a Cynthia, pues sí que se parecían bastante el niño y Cynthia.

¿Era su hijo?

Contando el tiempo, sí que debería tener esta edad.

—Este es el hombre que secuestró a su hijo.

Dijo el sargento encargado del caso.

¿Cómo?

¿Alain había secuestrado su hijo?

Cynthia parecía que había entendido algo, giró para mirar a su hijo.

Bruno rápidamente bajaba la cabeza y miraba a los pies.

En estos momentos, el gerente de la sucursal de otra ciudad de la Nación A, Zaid Villacrés estaba llegando con el bufete de abogados:

—Presidente Alain, los abogados ya se han puesto en contacto con la policía, debería resolverse muy pronto.

Cuando le llegó la llamada, Zaid se quedó boquiabierto. ¿Traficante de menores?

¿Acaso tenía Alain Paramés este rara afición?

Él también había trabajado en la central muchos años, pero según lo que sabía, Alain no era un pedófilo.

—¿Qué pasó presidente Alain, a quién secuestraste?

Zaid tenía mucha curiosidad, qué niño podía gustarle a Alain y encima para secuestrarlo.

Frunció las cejas Cynthia. ¿Cuándo había aprendido a mentir este niño?

Esto cabreó mucho a Cynthia de modo que se le aceleró la respiración.

A pesar de ello no le quería dañar ni un pelo:

—¿Quieres cabrearme más?

Bruno se entrelazó fuertemente los dedos, de repente, gritó:

—Es un pervertido, ¿por qué no puedo decirle al policía a que lo arresten?

Cynthia se sorprendió, ¿de qué estaba hablando?

Bruno limpió los labios Cynthia con la mano groseramente:

—No quiero que te bese, es malo, pervertido, se metió con mamá, ¡quiero darle una lección!

Alain recientemente estaba saliendo de la comisaría cuando escuchó lo que Bruno opinaba del.

Era la primera vez que alguien le insultaba tan fluidamente.

—Espérame en el coche.

Dijo Alain bajando los peldaños:

—Bicho.

Cynthia cogió a Bruno en los brazos y miró alerta a Alain:

—Solo es un niño, además tú ya estás bien, déjalo.

Alain se rio discretamente:

—La sorpresa de mi vida me lo ha dado este bicho, ¿y quieres que lo deje?

Cynthia dio un paso hacia atrás por reflejo, ella solo quería alejarse de este hombre:

—¿Qué es lo que quieres?

Bruno hinchó las mejillas y miró enfadado a Alain.

Deseaba hacerle un agujero con la mirada.

Alain no se enfadó, se acercó unos pasos para pellizcarle la mejilla a Bruno.

Pero el niño giró la cabeza, la mano de Alain se quedó en el aire unos instantes y lo recogió como si nada. Solo que cuando recogía la mano, pasaba por la cara de Cynthia, dijo bromeando:

—La deuda del hijo lo paga la madre.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!