—¿Qué haces? Chloe fui a quitarle el cuchillo.
Pero Cristián levantó la mano para que ella no lo alcanzara,—Si existe una manera que pueda confirmarte mi amor, puedo mostrarte con mi vida. Antes fue yo quien te hizo daño...
—¡No seas loco! —Chloe lo interrumpió— ¡Deja el cuchillo!
Cristián la miró y negó,—No, tengo que mostrarte mi sinceridad.
—¡No necesito que me muestres nada! —temiendo que Cristián se hiciera daño, Chloe se asustó—Deja el cuchillo, te creo.
—¿En serio? —Cristián se fingió que todavía no la creía, en realidad ya se sentía muy alegre porque ella estaba preocupada por él. Si a ella no le importara, no temería que él se hiciera daño.
—Chloe —Cristián la miró con sinceridad—, lo siento.
Chloe se volvió y empezó a llorar muy fuertemente. Cristián dejó el cuchillo y la abrazó diciendo al oído,
—Cynthia, perdóname. Es mi culpa.
Cuanto más decía él, ella lloraba más fuertemente. Ella no sabía qué le había pasado, tal vez estaba llorando por el daño que había sufrido o por las desgracias.
Su llanto lo hacía a Cristián querer llorar. Desde que lo conociera, esta mujer sufría mucho.
Además, ahora ya no podía tener hijos por su culpa.
¡Qué cruel era para ella!
Pensándolo, Cristián la abrazó con más fuerza,—Chloe, desde ahora no voy a pedirte perdón.
Quería mostrarle su determinación con su acción, y que no la haría daño jamás.
—¿De verdad? —Chloe no lo creía totalmente, pero todavía tenía confianza en él.
Confiaba en que a Cristián le gustaba, pero no poder tener hijo tenía conexión con toda la vida.
Como lo que decían en la época antigua, sin descendientes.
—No acepto el alquiler de útero —quizá fuera muy pronto para decir esto, pero Chloe quería que Cristián supiera su límite.
Si no lo aceptara, él debería dejarla ahora.
—Yo tampoco. No puedo aceptar que otras mujeres tengan mis hijos salvo tú —Cristián la besó—, créeme.
Chloe cerró los ojos,—Eres mi infortunado.
Por eso, ella no podía salir de él.
Ella siempre creía que era fuerte. Hasta ahora, se dio cuenta de que se había equivocado.
Después de ver la reacción de Cristián, ya no se sentía tan triste sino un poco feliz.
Dos personas aguantaban las desgracias era mejor que una. Después de decir toda la verdad, no era tan horrible ni insoportable.
No era tan difícil como lo que imaginaba sino aliviador.
Abrazándola y sentado en el sofá, Cristián dijo,
—Por eso, ¿lo que pasó entre tú y Elijah es para que yo te olvide?
Chloe bajó la mirada sin decir nada, parecía que estaba de acuerdo.
Cristián suspiró,
Enseguida Cynthia se le alejó,—¿No tienes que trabajar? Tienes gran responsabilidad de alimentarnos.
Sonriendo, Alain dijo,—Puedo alimentaros todos.
La habitación era una suite real. Como Cristián no estaba, Mauricio no sería caradura a molestar deliberadamente a los recién casados. Cuando Alain estaba pensando que podría quedarse solo con Cynthia al llegar a la habitación, vieron a Fiona en la puerta de la habitación. Al verla, se le ocurrió Arturo a Alain, por eso, empezó a desaparecer la risa.
—Fiona —a Cynthia le gustaba mucho esta chica simpática y simple.
Fiona corrió hacia ellos y le entregó a Cynthia una caja envuelta,—Cynthia, es tu regalo de boda.
No se sabía qué estaba dentro y la caja era un poco pesada. Cynthia la recibió y dijo,—Gracias.
—De nada, ¡feliz matrimonio! Ahora me voy, Arturo me está esperando debajo del edificio.
Entonces, Fiona se fue corriendo.
Alain lanzó un vistazo a la caja y se sintió un poco molesto. Arturo siempre era cargoso en su corazón.
Cada vez cuando Arturo aparecía, siempre recordaba a Alain que él tenía mala intención. Incluso el regalo enviado por Fiona le había pensado si todo lo instigaba Arturo.
Dentro de la habitación, la mesa estaba llena de regalos.
Alain desató la corbata,—He pedido a la gente que los ponga aquí.
Como muchas personas les habían regalado, Alain había dicho a la gente que colocara los regalos aquí para que Cynthia escogiera cuando ella estaba libre. Ella podía llevarse con lo que le gustaba y poner el resto en otro lugar.
Asintiendo con la cabeza, Cynthia se sentó en el sofá y abrió la caja que estaba en la mano. Principalmente, Alain quería ir a ducharse. Al ver que Cynthia estaba abriendo la caja, se quedó, queriendo ver qué estaba dentro.
Podía suponer que el regalo era de Fiona o de Arturo según lo que estaba dentro.
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