¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 682

—No —dijo Mauricio en un tono firme.

—No soy capaz de ayudarte en la causa ni tampoco tengo una familia de alta posición social que te será útil para todo. Soy un don nadie… —murmuró Luciana en un tono desesperado.

Era ambicioso Mauricio, pero nunca había pensado en conseguir el éxito por ayuda de los demás.

—¿No me crees? —preguntó Mauricio acariciando su cabeza—. No piensas demasiado.

—Claro que te creo —dijo Luciana con firmeza.

Tras haberle confesado sus sentimientos, Luciana se sentía más relajada. Una hora después, terminó de la cena. Los platos que preparó eran sencillos: patatas fritas con pimientos, frijoles fritos y una sopa de sabor ácido.

—Prueba este maíz que es bien jugoso —dijo Luciana sonriendo.

Mauricio lo tomó, pero no comió.

Mirando su rostro inocente, Mauricio dijo,

—Luciana, tengo algo que decirte.

Luciana levantó la vista, se asustó interiormente al ver lo serio que estaba Mauricio, y preguntó con cautela.

—¿Qué es?

Mauricio no quiere ocultarle nada.

—Prometí quedarme con Hannah... —y al final se ocupó de explicar—No me gusta ella.

—Entonces, ¿qué estás tratando de decirme? —preguntó Luciana, con los ojos bajos en una fría indiferencia.

Mauricio dejó el maíz en la mano, alargó la mano y tomó la de Luciana entre las suyas, la miró y le dijo:

—No quiero ocultártelo, volveré en un par de días para ocuparme de ello y cuando termine volveré para llevarte de vuelta—. Espero que puedas continuar con tus estudios, y cuando tengas cierta capacidad puedas ayudar a más personas. No es fácil entrar en una universidad tan buena, deberías valorar esta oportunidad.

Esta vez no quiso llevarse a Luciana con él, pues temía que Hannah se enfadara con ella si las cosas no se resolvían, así que quiso esperar a que todo se solucionara antes de llevársela.

Estaría ella más segura aquí durante este periodo.

Luciana dejó el cuchillo en la mano, se acercó a él y se sentó en su regazo, rodeando su cuello con los brazos.

—Haré lo que quieras.

El hecho de que Mauricio fuera tan honesto hizo que ella quisiera apreciarlo aún más.

—Serás la persona más cercana y querida para mí a partir de ahora —dijo ella mientras lo abrazaba con fuerza.

Mauricio levantó la mano, su palma se detuvo en el aire antes de bajar lentamente a su espalda y acariciarla suavemente.

—No es bueno para la salud que el suelo esté frío —dijo Luciana deliberadamente.

Mauricio frunció los labios sin decir nada.

Sintió que la sangre de todo su cuerpo se llenaba involuntariamente en algún lugar, haciéndole gritar por dentro.

—Luciana, suéltame.

—Quiero abrazarte, ¿no te gusta que te abrace?

—Me gusta, pero todavía eres niña... —tragó Mauricio.

—No soy joven, soy una adulta.

Luciana apretó los labios contra su cuello. Se dio cuenta de que le gustaba mucho. Él no sólo era decente en la superficie, era decente en el fondo, y si hubiera sido cualquier otro hombre, habría estado fuera de control, ¿no?

No lo pensó porque estaba demasiado segura de sus encantos, pero ¿cuántos hombres podrían resistirse a una mujer que toma la iniciativa?

Mauricio intentó desesperadamente contener el deseo incontrolable.

—No has respondido a mi pregunta. Te enfermarás si duermes en el suelo. ¿Quieres dormir conmigo?

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