¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 692

—¿Por qué no hablas? —Luciana le preguntó mirando a Mauricio que estaba extasiando.

Mauricio se apresuró a contestar, —No, solo pensaba en algunas cosas.

Luciana no le hizo más preguntas y se sonrió.

Hoy se fue a hacer compra y volvió a casa con muchos alimentos. Como el amigo de Mauricio iba a visitarlos, Luciana se decidió a preparar más platos exquisitos para acoger a Cristián.

Mauricio vivía solo. No sabía nada sobre la cocina, menos echar el agua caliente a los fideos instantáneos. Él solo podía ayudarle a lavar las verduras. Lo resto tenía que ser realizado por Luciana.

Con tanto calor, Cristián no caminó mucho solo paseaba por el alrededor. En fin se detuvo delante de un colegio donde los chicos eran muy inocentes. Pensando que no podía tener un hijo con Chloe, él se sentía muy triste.

Esto sería una pena permanente, tanto para él como para Chloe.

«Dicen que el hijo es el fruto de los padres. Sin hijos, ¿esto quiere implicar que el amor entre él y Chloe solo florece pero no tendrá fruto?»

Delante de Chloe, él no podía manifestar su gusto por los chiquitos. Él no quería molestar a Chloe quien sufría aún más.

No poder dar a luz, era Chloe quien se sentía más incómoda.

Siendo apagado, Cristián tomó el celular y le envió un mensaje,—Chloita, te extraño mucho.

Era lo que pensaba en este momento.

Ciudad C

Elijah De Buen llevó a Chloe en un restaurante muy elegante. Él dijo sonriendo, —Este lugar, deberías ir junto con Cristián. Pero él no conoce Ciudad C muy bien. Sabe menos que yo sobre dónde hay restaurantes buenos. En este comedor, las chuletas de cordón son exquisitas. Te aseguro que si lo probas quieres comerlas continuamente.

Chloe se rio, —Tío Elijah, debes tener una novia. ¡Qué solitario si vives solamente hasta el fin de la vida!—

—Me siento muy bien. Puedo cambiar de novia según mi propio deseo. Si tengo una novia fija que me limite en todos los aspectos, ¡qué preso! No soy tonto.—Elijah le contestó. Él se había acostumbrado. Era natural que tenía los necesitos sexuales. Además, con el dinero, ¿cuál es la mujer que no se podía encontrar?

Él no se podía buscar problemas para él mismo. Tampoco podía dejar desilusionada a la persona fallecida.

—Aquí. Nos sentamos acá.—Elijah se sentó frente a Chloe.

El camarero se acercó. Como Elijah conocía los platos, pido unas delicias.

—¿Bebes?—preguntó Elijah, —tengo bueno vino tinto. ¿Quieres probarlo?

—Bien. Me invitas a comer e incluso tienes vino. ¿Por qué no?—Chloe le contestó sonriendo.

Elijah subió el pulgar y le dijo, —Me gutsa su manera directa. Pero como no llevas mucho tiempo reconciliándose con Cristián, no está bien alejarte de él.

Chloe bajó los ojos y dijo, —Nos hemos vuelto a ser novios. Hace falta ponerle un examen.

Chloe sabía que Cristián no tenía padres, sólo una abuela, quien deseaba mucho tener un nieto. Como ella no podía embarazarse, Cristián no tendría las generaciones posteriores, así que no podía imaginar cómo reaccionaría la anciana cuando se enterara de esta situación.

«¿Objetaría?¿O pediría una madre de alquiler?»

Ahora no se atrevió a pensar en ello. Si lo hacía, sólo retrocedería.

—Así es, al fn y al cabo, tenéis que estar juntos en el resto de vida. Debes ponerlo a prueba. —Elijah expresó su aprobación.

—Creo que Cristián es una buena persona, y es muy adecuado para ti.—dijo Elijah. En ese momento el camarero trajo la comida y puso el vino en la mesa que Elijah había traído. Él abrió la botella y dio una copa para Chloe.

Chloe cogió la copa alta, dispuesta a probar cómo sabía este vino. Justo en este momento vibró el móvil de su bolso. Ella lo sacó, en que mostraba el nombre de Cristián. Hizo clic en el mensaje. Era ese mensaje que su novio decía que la extrañaba mucho.

Sus ojos se oscurecieron y rápidamente respondió con unas palabras, [Ve a verme entonces.]

Cristián fue llamado por Mauricio hacía poco y se sentó en una silla. Luciana preparó unos platos muy deliciosos. Cuando oyó sonar el timbre del mensaje, Crsitian sacó inmediatamente su teléfono y vio la respuesta de Chloe. Él sonrió hasta que las comisuras de sus labios llegaran a la oreja.

—¿Por qué eres tan feliz?—Luciana le sirvió el cuenco y preguntó.

Consideraban que la situación era tan peligrosa y que la búsqueda había durado seis días.

—Hannah, no pienses en ello. Ríndete.— La señora Perla Gilabert aconsejó a su hija mientras suspiró, —Tú y él simplemente no sois bendecidos. La primera vez no quisiste, entonces no llegó al matrimonio. Y la segunda vez él no se presentó. Si hubiera suerte, os habriáis reunido la primera vez. Debes buscar a otra persona.

Hannah se molestó, —Mamá, deja de hablar, por favor.

—Lo digo por tu bien ...

—No lo necesito.— Después de decir eso se levantó, tomó su bolso y salió por la puerta.

—Hannah...

—Bueno, déjala. Al verla volver a casa, empiezas a hablar de ella. Ni en lugar de ella, yo también estoy molesto.— dijo Director Martín, quien no estaba de buen humor.

Sra. Perla sintió que tenía razón, —¿No estoy hablando por su bien?

—Vale, vale, para.—El director Martín se pellizcó el puente de la nariz con cansancio, pues no quería escuchar ni una palabra más de esta tontería.

—¿Adónde crees que irá la hija?— Sra. Perla estaba un poco preocupada.

—Es una adulta, no debes preocuparte por ella demasiado. —Director Martín entonó, —Si le limitas demasiado, ella tampoco estará contenta. Debes dejarla, haga lo que quiera.

Señora Perla todavía consideraba que era mejor que los adultos tomaran decisiones sobre los asuntos de los niños, aunque ella ya era adulta. A punto de hablar, Sra. Perla fue reprendida cuando director Martín le gritó, —Si dices una palabra más, fuera.

También estaba furioso.

Sra. Perla ocultó sus labios y lloró.

Director Martín se levantó molestamente y se metió en la habitación. Ojos que no veían, corazón que no sentía.

Hannah, que había salido de la casa, se dirigió a la villa.

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