No la contestó de inmediato, Alain entró al cuarto cerrando la puerta. A medida que se le acercó, Cynthia se puso cada vez más nerviosa, sus manos empezaron incluso a temblar sin darse cuenta.
«Parece que no ha salido bien el resultado.»
—No te pongas tan preocupada, querida —dijo Alain con ternura—. Tengo hambre ya, ¿vamos a comer algo?
Quedándose ahí inmóvil, Cynthia lo miró a ojos descubiertos. Alain suspiró, sabiendo que no se dejaría convencer sin las respuestas. Agarró la mano de Cynthia y le acompañó hasta el sofá.
Según el informe médico, nacer un bebé prematuro era ya un hecho fijo porque su útero era tan delicado que no podía soportar el peso del bebé por tanto tiempo. Si esperara el parto natural para la fecha regular, podría correr incluso el peligro mortal, por lo tanto, el tiempo con que nacer el bebé no podría superar ocho meses, y los cuidados especiales e intensivos eran imprescindibles para que se recuperara pronto.
—El médico dijo que nuestro bebé está bien sano y no correrás ningún peligro aún naciéndolo con antelación.
—¿Entonces tendré que nacerlo sí o sí prematuro?
—No te preocupes, todo quedará bien —dijo Alain mientras apretó su mano con fuerza.
—Vale —sonrió forzosa Cynthia—. ¿Tienes hambre? Vamos a comer.
Intentó ocultar sus preocupaciones con las sonrisas, pero fracasó delante de Alain.
«Sé que está preocupada y yo también, pero las angustias no sirven nada sino empeorar su estado de salud.»
—Hay un restaurante con buen sabor, vamos ahí —dijo Alain abrazándola—. ¿A dónde quieres ir? Rara vez podemos viajar tan lejos, aprovechamos la oportunidad para relajarnos.
—Quiero ir a discoteca —sonrió Cynthia.
Alain la miró asombrado,
—No puedes beber ni fumar, ¿qué piensas hacer ahí?
—Contemplar a los guapos.
Alain echó a reír,
—¿No soy suficiente guapo para detenerte a mi lado?
—Pero ya eres mío —murmuró Cynthia—. Dicen que los intactos son los mejores.
Alain la miró con cierta impaciencia delante de la puerta del coche con el codo apoyado contra la puerta,
—No digas tonterías —detuvo por un momento y añadió—. No permito que pienses en otros hombres excepto yo.
Cynthia echó a reír,
—Pero te estoy contemplando casi todos los segundos, y me cansa ya.
—¡Mujer! —suspiró Alain—. Quizás deberías tener más paciencia para descubrir más características que tengo yo.
Poco después, les sirvieron los platos. Se veían todos muy exquisitos con las decoraciones bonitas.
—Pruébalos —dijo Alain.
Con solo un bocado, Cynthia sonrió,
—Está fresco.
Los platos los cocinaban aquí de manera distinta y especial, por lo que conservaban el sabor original de las comidas.
Cynthia cortó un trozo de carne para pasárselo a Alain,
—Pruébalo que es delicioso.
—¿Te gustó? —sonrió Alain.
Terminada la cena, salieron a pasear. No andaban en coche sino caminando, cogidos de las manos. Hoy no se vestía Alain del traje profesional, pero la ropa causal le quedaba más joven y dinámico.
—Quiero volver al país para el parto si nada va a cambiar —dijo Cynthia suspirando—. No quiero abandonar a mis hijos por mucho tiempo, los echaré mucho de menos, además, nuestros amigos y familiares se quedan ahí.
«Ahora que están cursando las clases, no tendrán suficiente tiempo de vacaciones para visitarme aquí en el extranjero.»
En este momento, en la villa estaba ocurriendo algo importante.
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