Mientras se dirigieron hacia la villa, lo echó Mauricio un vistazo.
«Parece que no sabe todavía la llegada de Chloe a la ciudad B.»
Volvió a recordar el rostro pálido y el tono poco animado de Chloe en la villa.
«Definitivamente ya supo Chloe la actitud determinada de Lourdes en el problema de los nietos, si no lo supiera, ¿por qué no quería que Cristián supiera que había llegado ella a la ciudad B?»
Suspiró en silencio Mauricio.
«Cuando por fin los dos vuelven a estar juntos tras haber superado miles dificultades, ahora van a enfrentarse con el problema muy delicado.»
Las viejas generaciones eran conservadoras y a menudo compartían diferentes ideas con las nuevas. Según aquellos, los hijos son un lazo, o, mejor dicho, una cerradura para dejarlas a las parejas unidas estrechamente.
—¡Uf! —suspiró Mauricio sin darse cuenta.
—¿Qué te pasó? —preguntó Cristián preocupado—. ¿Has discutido con Luciana? O, ¿te molesta lo de la señorita Hannah?
—¿Lo crees?
—Entonces dime, ¿por qué te pones tan preocupado?
Mauricio se calló de pronto.
«Pues cuando se encuentra con Chloe, lo entenderá todo.»
Cuando golpearon la puerta, Luciana y Vega estaban en la cocina, Isabel estaba jugando con los niños, entonces Chloe se fue a abrir la puerta.
—¿Has vuelto? Mau…
Apenas terminó las palabras, se quedó asombrada tras haber visto a Cristián al lado de Mauricio, luego lo miró a éste con un rostro lívido.
Mauricio se encogió de hombros,
—Te prometo que no le dije nada, fue él que quería cenar conmigo.
—¡Mentiroso!
—Puedes preguntárselo a él —miró a Cristián con cierta impaciencia—, ¡hombre! Explícaselo por lo menos.
Se quedó ahí inmóvil Cristián con los ojos clavados en ella.
«¿Por qué no me avisó de que había llegado aquí?»
—¿Has ido al hospital? —preguntó Cristián en un tono asombrado.
Mientras Chloe se mantuvo callada, Mauricio entró silencio a la sala, y Cristián agarró la mano de Chloe para llevarla hasta sentada al banco del patio.
—¿Por qué no me avisas de que habías llegado a la ciudad B? Y, ¿por qué no me visitas?
—Vengo a visitar a Cynthia y a sus dos hijos nada más, ¿algún problema?
—¿Piensas que soy tonto o qué? No tienes porqué mentirme si vienes a visitarles —gritó Cristián enojado.
—No te lo avisé porque no me daba tiempo —explicó Chloe.
Cristián echó a reír,
—Hace poco hablamos por teléfono, supongo que ya habías estado aquí en aquel entonces, ¿no es cierto?
Después de un largo silencio, Chloe dijo,
—Te quiero dar una sorpresa.
Cristián se sentó a su lado con los ojos cerrados.
—¿Te has enterado de algo?
«Si me quisiera dar una sorpresa, lo habría hecho antes de que me diera cuenta.»
Entonces volvieron juntos a la villa. En este momento, los platos ya estaban en la mesa. Alejandro dijo a Vega que les sirviera el mejor vino de la villa para felicitar la libertad de Isabel.
—A pesar de no ser su madre biológica, la trata como si fuera su propia hija. Como que forma Cynthia ya parte de nuestra familia, lo es también Isabel. Luego llamaré a Alain para que comparta junto con nosotros las alegrías —dijo Alejandro.
Escuchando sus palabras, Isabel se sentía muy avergonzada porque salir de prisión no era nada orgulloso.
—Muchas gracias a todos presentes, me comportaré mejor en el futuro, y espero que me podáis perdonar los errores que cometí en el pasado —sonrió forzosa Isabel.
—No seas tan cortés con nosotros, ya somos una familia.
Levantó Asher una copa delante de todos y dijo en un tono emocionado,
—¡Vamos por un brindis! Que te vaya todo bien, Isabel, ¡salud!
—Muchas gracias a todos —sonrió Isabel.
—Por cierto, soy Asher, tío de Alain. A partir de ahora, ya somos una familia, cualquier cosa no dudes en decirme.
—Ahora sólo nos faltan papá y mamá —murmuró Calex, cabizbajo.
Le explicó Alejandro que se fueron al extranjero de viajes, pero no lo creyó ni una palabra.
«En una situación embarazada, ¿cómo podría soportar un viaje tan largo?»
Isabel le acarició suavemente la cabeza de Calex para que se quedara más relajado.
Siendo hablador Cristián, hoy se mantenía muy callado en la cena. Mauricio y Luciana también lo estaban. Al final, la cena se terminó en una plena armonía. Mientras Cristián se despedía de todos, Chloe se fue a la cocina para evitar los posibles contactos con él.
«En el momento tan intenso como ahora, lo mejor sería mantener una distancia de seguridad, así nos volveremos pronto tranquilos.»
Sin embargo, las cosas no se marcharon como se imaginaba. Antes de salir, Cristián se dirigió a ella,
—Chloe, por favor acompáñame hasta la salida.
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