¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 790

Hizo una pausa y dijo, —Si no es nuestro destino a tener un hijo, simplemente aceptémoslo y no nos obsesionamos en eso.

Chloe no mencionó a Lourdes que rompería la armonía.

El abogado Efrain quien había atendido a esa mujer llamó a la puerta.

Vino a preguntar a Cristián si había aceptado el caso de la mujer.

Cristián dijo, —No había rechazado, pero tampoco aceptado, depende si ella pueda conseguir algunas pruebas.

El abogado Efrain dijo, —Escuché que este caso es una espada de doble filo. Si ganamos, nuestra reputación definitivamente se volverá más famoso, pero si fracasamos, nos tocara un resultado aterrador, ya que el acusador no es una persona común.

Cristián le preguntó, —¿Qué opinas tú?

Antes le importaba más la fama y la fortuna, pero ahora si la muerte de la difunta realmente fue por presión de otros, entonces lo aceptaría.

No importaba quién fuera ese sujeto, no podría infringir la ley.

—Creo que es mejor no tomarlo, al menos podemos quedarnos con lo que tenemos ahora, en caso de que fallemos ...

—Efrain, conozco tus preocupaciones. Ya sabes, Aunque no he tomado en persona los casos desde hace mucho tiempo, también tengo mis principios. —Cristián le interrumpió diciendo.

Efrain le recordó, —Si lo tomas, ofenderías a su familia.

Cristián dijo, —Lo sé.

Efrain suspiró, —Bueno, tú lo decides.

Después de hablar, se volvió y salió.

Cuando Efrain se fue, Chloe se acercó y le preguntó, —¿Qué piensas tú?

Cristián no le respondió, solo salió con Chloe y le preguntó a la recepcionista, —¿Esa mujer de hace un momento había dejado alguna información de contacto?

—Cuando vino, había registrado una dirección. La recepcionista le mostró el registro. Después de leerlo, lo puso sobre la mesa, llevó a Chloe y salieron de

Chloe no entendió lo que quería hacer y preguntó, —¿Qué quieres hacer?

—Quiero tomar este caso.

Chloe preguntó, —¿Por qué no quieres escuchar los consejos de Efrain?

—Solo quiero conocer la verdad, una mujer se suicidó junto a su hijo, debió sufrir algo terrible, quiero hacer justicia al difunto. —dijo Cristián mientras caminaba.

Chloe guardó silencio en ese momento, lo apoyaba en su corazón.

Un abogado honrado es un buen abogado.

Se dirigieron hacia la casa de la mujer conduciendo el auto.

Cuando llegaron, vieron un edificio de tres pisos con un pequeño patio estableció un cobertizo frente de la puerta. Frente al ataúd, había dos urnas cubiertas con tela roja.

En este momento, la mujer que acudió al bufete estaba sentada frente al ataúd llorando, a su lado había unas personas que deberían ser sus parientes cercanos.

Estacionó el auto, y cuando estaban a punto de pasar, varios autos vinieron uno tras otro, y estacionaron frente de la puerta.

Pronto, una docena de personas bajaron desde los autos.

—Cristián, debes ayudar a esta familia, ese hombre y su amante son demasiados crueles.

La mujer estaba llorando mientras sostenía la urna.

Cristián suspiró, —Sí quiero ayudarlos, pero necesito sus cooperaciones, y mírala que no puede hacer nada más que llorar, ¿cómo puedo ayudarlos?

—Entonces, ¿acercamos? —preguntó Chloe.

Cristián dijo, —Esperemos un poco hasta que se calmen. Si vayamos ahora a preguntarla, no tendremos ninguna información válida.

Chloe dijo, —Como tú digas.

Hoy era fin de semana Mauricio aprovechó el descanso y regresó desde otra ciudad para ver a Luciana.

Luciana no sabía que Mauricio había regresado hoy, por lo que participó un camping que organizó la escuela.

Después de recibir la llamada de Mauricio, Luciana supo que él estaba de regreso.

—¿Por qué no me avisaste? —dijo Luciana con amargura. En este momento, ella ya estaba en una montaña, y sus compañeros de clase habían montado unas carpas.

Fue el colega de Mauricio quien le sugirió que no le contara su regreso para darle una sorpresa. Creía que a las chicas les gusta eso, pero desafortunadamente Luciana había salido sin saber de su regreso.

Mauricio preguntó, —¿Dónde estás?

Luciana dijo, —Estamos en la montaña de sur, dicen que el amanecer de aquí es hermoso, así que mis compañeros y yo vinimos a verlo...

—Voy para allá. Mauricio colgó el teléfono y subió al auto para ir a buscar a Luciana.