Cuando llegó, el cielo se estaba oscureciendo.
En la montaña, Luciana y sus compañeras estaban preparando parrillada al lado de arroyo. Trajeron carbones, muchas variedades de brochetas de carne y brochetas de verduras que prepararon por ellos mismos. Los valones se encargaban de asar a la parrilla, y las chicas pusieron un mantel grueso frente de las carpas para colocar bebidas y frutas.
Luciana estaba un poco distraída, revisaba su reloj de vez en cuando para calcular en su corazón la llegada de Mauricio.
—Luciana, ¿qué estás pensando? Desde que contestaste el teléfono, has sido poco desatenta. —Una compañera de clase se rio—. ¿No es porque extrañaste a tu marido?
Todos estos compañeros que vinieron con Luciana se llevaban muy bien con ella y sabían que estaba casada.
—No, —dijo Luciana con la mirada baja—, estoy pensando que no he recogido ropas en el balcón, y quiero irme a casa ...
—No seas aguafiestas, ahora está oscuro y no lloverá, así que déjala ahí no más. Un compañero la interrumpió.
—Así es, Luciana, hace mucho que no salgas con nosotros, ¿acaso no quieres divertirte con nosotros? Además, está oscuro, correrás peligro si bajas ahora, así que quédate con nosotros.
Los demás también dijeron lo mismo, no querían que se fuera a esta altura.
Luciana dejó de explicar y sacó su celular para enviarle un mensaje a Mauricio y le preguntó si había venido.
—Ya estoy al pie de la montaña. Mauricio respondió.
Luciana miró a sus compañeros, —Mi esposo vino a recogerme ...
—Vaya, ¿tu esposo está aquí? —Antes de que terminara de hablar, Luciana fue rodeada por tres compañeras—. Dile que venga por favor, queremos verlo.
Eso lo puso difícil a Luciana, —Eso ...
—No seas tacaña, no te lo vamos a quitar, solo queremos ver cómo es él. Ellos planeaban ver cómo era el hombre que atraía a Luciana y que lo defendiera.
—Está muy ocupado, no es fácil volver una vez ...
—Vamos Luciana, no nos decepciones por favor, si no aprovechemos esta oportunidad, quizás nunca lo vamos a conocer.
Luciana estaba indecisa, no quería rechazar a estos compañeros que también eran sus mejores amigos.
Ella le envió un mensaje a Mauricio, —¿Puedes subir? Mis compañeros quieren verte. Al final, agregó una frase más, —si no te gusta, les explicaré.
Después de un rato, Mauricio dijo, —Ok, subiré.
Todos ellos eran compañeros de Luciana, no quería que ella sintiera incómoda con ellos.
Luciana respondió, —Te recogeré.
—No es necesario, es peligroso bajar en este momento.
—No te preocupes, conozco el camino, no te muevas y espérame ahí.
Luciana guardó su teléfono, se puso de pie y dijo, —Voy a recogerlo, no conoce el camino.
—Iré contigo y nos cuidaremos en el camino. Otra compañera se puso de pie diciendo.
Luciana dijo, —Está bien.
Como no podía ver claramente su gesto por la noche, Luciana se acercó y le preguntó, —¿Por qué no me avisaste con anticipación cuando vuelvas?
Si él le hubiera informado antes, ella se quedaría en casa, así no tendría que venir a este lugar gastando tiempo y energías.
Mauricio dijo, —Decidí volver por casualidad.
Alba bromeó, —¿No es porque echas de menos a Luciana?
—¡Alba! —Luciana la detuvo.
—Está bien, solo bromeaba. Los compañeros nos están esperando, ya vámonos. Alba le pasó la linterna a Luciana, y dijo, —Tomaré la delantera y tú me iluminas el camino.
Luciana asintió.
Ella y Mauricio caminaban detrás con linternas.
La compañera giró su cabeza sonriendo, —Hablan con toda libertad, en este momento solo soy una sorda.
—Alba, ¿por qué eres tan fastidiosa?
—Ja, ja, ja.
Luciana y Mauricio se tomaron de las manos sin hablar en el camino.
Cuando los compañeros escucharon sonido, todos miraron hacia el rumbo.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!