¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 792

—Luciana. —los estudiantes se acercaron.

—Mis compañeros de clase están entusiasmados —Luciana estrechó la mano de Mauricio y le susurró—. Es posible que no estés acostumbrado a eso.

Mauricio le apretó la mano como respuesta. De hecho, él podía comprender y atender fácilmente a los estudiantes universitarios.

Mauricio era el más alto, por lo que se destacaba entre los compañeros de Luciana.

—Este es... —Luciana presentó a Mauricio a sus compañeros,

—Tu esposo. —antes de que Luciana terminara sus palabras, uno de sus compañeros las siguió en vez de ella, mientras miró de arriba abajo a Mauricio, y luego suspiró con emoción.

—No es de extrañar que Luciana se case con tanta prisa antes de graduarse de la universidad. Ella debería tener miedo de que lo pierda si no se case con este hombre a tiempo.

—Soy yo quien es ansioso por casarme con ella. Me temo que la pierda si no me caso con ella a tiempo. —dijo Mauricio.

Varios estudiantes abuchearon.

Luciana frunció los labios y lo miró a Mauricio.

Al escuchar las palabras del hombre, ella se sintió cálida inexplicablemente.

—No nos embroméis —Luciana sonrió y le dijo a Mauricio, señalando a una compañera que acababa de hablar—. Ella es mi compañera de dormitorio, Yesenia Villacrés.

—Buenas. —la saludó Mauricio.

Entonces Luciana presentó a varios compañeros uno por uno a Mauricio.

—Gracias por cuidar de Luciana —Mauricio finalmente les dijo—. Deseo que continuéis cuidándola en el futuro, por favor.

—Somos compañeros y también amigos —todos dijeron—. Tenemos la responsabilidad de cuidar de ella.

—Vámonos —un estudiante llamado Emanuel Encarnación dijo—. Se prepara la barbacoa allí. Salimos de campamento hoy y traemos muchas cosas.

Después de la presentación, todos se fueron.

—No te sientes acostumbrado a esta ocasión, ¿verdad? —cuando los compañeros fueron adelante, Luciana deliberadamente caminó detrás y sostuvo a Mauricio y susurró.

Sabía que Mauricio prefería el ambiente tranquilo, mientras que sus compañeros eran muy ruidosos, bromeando o algo así, por eso ella se temía que él se sintiera incómodo.

Ella se puso angustiada. Si hubiera sabido esta situación, habrá rechazado esta invitación. Sería mejor quedarse en casa los dos viendo la televisión y descansando.

Pero era difícil prever lo que pasaría en el futuro.

—Tus compañeros se ven bondadosos, por eso no hay nada a lo que no esté acostumbrado. —Mauricio se inclinó hacia el oído y le susurró a Luciana.

Luciana sonrió.

—Oye, ¿de qué estáis hablando? ¡Venid aquí! Ya que somos solteros, es mejor que habléis en secreto en casa. Las parejas quienes ostenten su relación amorosa, serían castigadas.

Luciana y Mauricio se acercaron a todos y ellos les dejaron los asientos. Se encendió una lámpara con una pequeña batería, cuya bombilla era brillante.

En los platos se puso la comida asada.

Mauricio era mayor y ya había trabajado, y los restos eran estudiantes universitarios, por lo que le llamaron el señor Mauricio cortésmente.

—Señor Mauricio, ¿cuál de estas prefieres tomar? —Emanuel sostenía una lata de Sprite y una lata de Coca Cola y le preguntó a Mauricio,

—Me da igual. —Mauricio dijo.

—Entonces toma la Coca-Cola. —Emanuel dijo.

Mauricio estaba de acuerdo y la tomó.

La gente siempre hablaba y chismeaba cuando iba al campamento además de disfrutar de la comida. Los estudiantes universitarios solían hablar de lo pasado en la universidad, o discutían sobre qué tipo de trabajo querían encontrar en el futuro. Mauricio no habló nada y los escuchó en silencio, con paciencia y concentración.

Ya que él también pasó lo mismo a esta edad y se emocionó mucho al escucharlos.

Sintió que el tiempo pasaba volando.

Luciana prestó mucha atención a lo que sintió Mauricio y lo tocó de vez en cuando, o le tocó la mano a propósito.

—Nos concentramos en hablar y nos olvidamos del señor Mauricio. ¿Por qué no jugamos juntos?

—¿Qué juego tenéis hacer?

—¿Cómo está este? Verdad o Aventura.

Todos suspiraron decepcionados, ya que querían escuchar una respuesta más excitante.

No fue hasta la quinta ronda que le tocó a Mauricio. Varios estudiantes querían intentarlo, con la esperanza de que les tocara la próxima vez, ganara e hiciera las preguntas.

—Señor Mauricio, sea amable, por favor. —esta vez le tocó Emanuel, y él sonrió y dijo.

—No sé cómo jugarlo, ¿o puedo admitir la derrota directamente? —Mauricio dijo.

—Está bien, si admite la derrota, responderá una pregunta nuestra.

—Si tengo que responder la pregunta, prefiero seguir el juego.

Emanuel jugó Piedra Papel Tijera con Mauricio con una gran ansia de ganar.

Inesperadamente Emanuel ganó y miró a Mauricio con una sonrisa.

—Señor Mauricio, tienes que decir la verdad.

—Pregúntame. —Mauricio asintió con la cabeza.

Los compañeros empezaron a darle ideas a Emanuel con entusiasmo.

—Pregúntale a qué edad besa a la chica por primera vez.

—No, pregúntale quién piensa antes de irse a la cama todas las noches.

—Pregúntale si babea mientras duerme.

—Pregúntale si toca los pies con manos.

—No son buenos —Emanuel negó con la cabeza y dijo—. Seguid pensando.

Mauricio amasó las cejas con impotencia. estos chicos eran demasiado traviesos.

—Se me ocurre una. —dijo Alba de repente.

Entonces todos estiraron la cabeza, queriendo escuchar su pregunta.

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