¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 822

—Claro, mucho —dijo Mauricio.

Luciana, desnuda y traviesa, se acurrucó en sus brazos, parpadeó y dijo, —Muéstrame lo feliz que eres.

Mauricio la miró con cariño, tratando de contener su deseo. —No olvides que te has mojado...

Luciana le dejó dormir en el sofá la última vez que se vieron. Ahora Luciana le estaba seduciendo así y Mauricio se estaba descontrolando un poco.

—Espera, he perdido mi móvil y mi cartera, y tengo la tarjeta bancaria que me diste en ella con una contraseña tan sencilla... —Luciana pensó de repente en algo y sus ojos se abrieron de par en par.

—No te preocupes, mañana iré al banco y luego te compraré un móvil nuevo —dijo Mauricio con seriedad—. Me alegro de que hayas venido a verme, pero la próxima vez tendrás que decírmelo con antelación, no puedo volver a ponerte en peligro.

—¿Estás preocupado por mí? —Luciana levantó la cabeza.

Mauricio le tocó la mejilla, con la piel todavía un poco fría, —Por supuesto, eres mi mujer.

La mirada de Luciana se volvió aún más tierna, sonreía mientras rodeó su cuello con los brazos y acercó sus labios a los de él.

Se besaron, y Mauricio miró a Luciana, que mostraba su delicadeza especial en la habitación poco iluminada, y Mauricio no pudo resistirse a responderle con un beso más cariñoso.

El edredón se desprendió del cuerpo de Luciana, dejando al descubierto su delicada piel blanca como la nieve.

Apretó su cuerpo contra el de Mauricio para estar más caliente.

La respiración de Mauricio se hacía cada vez más rápida y no dejaba de llamarla por su nombre.

—Te echo de menos... —dijo Luciana en voz baja. Entonces estornudó intempestivamente y salpicó la cara de Mauricio con saliva.

Ella se sonrojó de inmediato y le limpió apresuradamente la cara, —Lo siento, no quería hacer eso...

Se sintió apenada porque el estornudo había estropeado un estado de ánimo tan bueno.

Mauricio le cogió la mano y sonrió, —No importa.

Volvió a acolchar a Luciana y la acostó, —Duerme tú, que yo voy a salir.

—Estoy bien... —Luciana volvió a estornudar antes de poder terminar la frase.

Mauricio le tocó la frente y luego presionó la suya contra la de ella, frunció el ceño y dijo, —Puede que tengas fiebre.

Luciana se tocó la frente, —No lo creo.

—No lo sientes tú —Mauricio se levantó—. Iré a buscar una medicina, espérame.

—No —dijo Luciana, y volvió a estornudar.

Mauricio se inclinó y le besó suavemente la frente, —Volveré pronto, cariño.

—Apúrate entonces —dijo Luciana asintiendo con la cabeza.

—Pero quiero dormir —Luciana no quería moverse.

—Date prisa, chica —le instó Mauricio.

Pasó la medicina a los labios de Luciana, que la tomó y se frunció el ceño, —Es amarga.

—Bebe un poco de agua —Mauricio le entregó el vaso. Luciana se terminó el agua y el sabor amargo de se desvaneció.

Mauricio le entregó dos pastillas más.

—No quiero más —Luciana hizo mimos en sus brazos.

—No, tienes fiebre —dijo Mauricio.

—Entonces aliméntame —dijo Luciana, para que lo entendiera mejor—, con tu boca.

—Así las pastillas se derretirán y serán más amargas.

—¿No te gustaría probarlo conmigo para ver lo amargo que es? —dijo Luciana con delicadeza.

Mauricio no dijo nada.

Luciana tomó la pastilla y la puso entre los labios de él, luego puso sus propios labios sobre ella, —Para que no se derritiera.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!