—Casi siempre preparas platos favoritos para los niños, ¿por qué hoy me tiene tantos cariños? —preguntó Alejandro mirando a Vega.
Vega no supo qué decir por el momento.
Isabel le ayudó explicando, —Es por eso que ahora le toca el turno.
Al ver las expresiones de todos, Alejandro suspiró, —Veo que ya supieron todo, no les conté antes para que no se preocupan de mí.
En ese momento, nadie tenía apetito menos dos niños que no sabían nada, Calessia le preguntó, —¿Abuelo, está de mal humor hoy?
Alejandro acariciaba su cabeza, —Calessia, no lo estoy, aun si lo esté, ya me pondré bien al verte. Después de decir eso, miró a todos y dijo, —Es hora de comer.
—A comer. Cynthia sabía si se mantuviera esta atmósfera, empeoraría la dolencia de Alejandro, así que para que tuviera un tratamiento eficaz, debería hacerle feliz.
Después de la cena, Cynthia que tenía Bezos en su brazo subió al segundo piso para ver a Alain que no había bajado a cenar con ellos. Les explicó que tenía trabajo que hacer, pero ella sabía que el verdadero motivo era por la enfermedad de Alejandro.
Abrió la puerta del dormitorio, la luz no estaba encendida y toda habitación quedaba oscura. Las cortinas de ventanas no se habían corrido y había una sombra oscura sentaba ahí. Entonces entró y encendió la lámpara de la mesilla. La luz amarilla alumbraba la habitación, puso Bezos sobre la cama. Aunque el pequeño estaba despierto, no había llorado en ese momento.
Caminó hacia la ventana y se sentó en su regazo. Alain la abrazó su cintura y enterró su cabeza en sus brazos. Cynthia lo abrazó. —¿Qué dijo el médico?
Alain permaneció en silencio durante mucho tiempo.
Cynthia podía sentir claramente que su cuerpo temblaba, y sus labios y mejillas estaban helados.
Ella le besó su frente con lástima. Sabía que ante este incidente, él era el que sufría más, —Pase lo que pase, nuestros hijos y yo estaremos a tu lado. La tienda de ropa en la Ciudad C, quiero dársela a Chloe, ella es la persona más adecuada para administrarla bien.
De hecho, ella quería dársela antes, como no había encontrado buena oportunidad, creía que ahora era el mejor momento para que ella la aceptara.
—No iré a ningún parte así podré acompañarte y cuidar a Alejandro. Ella le tomó la cara con ambas manos y le pidió que se fijaba en ella, —Siento mucha pena al verte así.
Alain le bloqueó la mano y volvió a hundirse en sus brazos y dijo en voz baja, —Quiero quedarme así por un rato.
Cynthia dejó de hablar y simplemente lo abrazaba.
Después de mucho tiempo.
—Cáncer de pulmón de etapa final, se ha extendido y hay sombras en el cerebro. —murmuró Alain desde sus brazos.
El médico le contó que si ya había extendido al cerebro, solo le quedara uno a tres meses de vida, en caso contrario, le quedaría tres a seis meses.
Era una noticia muy cruel.
Los ojos de Cynthia se enrojecieron, aunque estaba preparada a recibir una mala noticia pensando que al menos le quedaría uno o dos años de vida, resultó que su estado era mucho peor de lo que creía.
—¿Qué dijo el médico? —preguntó Cynthia con voz ronca.
—El médico recomendó la cirugía que es el único tratamiento efectivo. Pero papá es muy terco, no estuvo de acuerdo, creía que no vale la pena de operar la cabeza a una persona de su edad.
Cynthia le acariciaba su cara, —¿Ahora le aplicarán tratamiento conservador?
Alain asintió.
—La casa antigua ya quedó limpia y mañana podremos mudarnos ahí.
En ese momento, Bezos que estaba en la cama empezó a llorar. Alain quería ponerse de pie, y Cynthia se bajó de sus piernas.
—Lo abrazaré. —dijo Alain. Debido haber estado sentado durante mucho tiempo más encima sostenía a Cynthia, sus piernas se quedaron entumidos. Después de dar unos masajes, logró a aliviar el dolor. Entonces levantó a Bezos e inmediatamente se dejó de llorar.
Aunque lo había abrazado muchas veces, sus movimientos todavía eran torpes.
Cynthia dijo que iba a ver a los dos niños y salió de la habitación.
Los dos niños acababan de ducharse bajo ayuda de Isabel y ahora estaban en pijama. Cynthia les dejó a sentarse en la cama, —Quiero contarles una cosa.
—¿Qué es? Calessia se apretaba hacia sus brazos, Cynthia la levantó y la puso sobre sus piernas.
Calex se sentó a un lado como si fuera un adulto preguntó, —¿Mamá, pasó algo malo? Me di cuenta de que todos perdieron apetitos durante la comida, además, después de la comida, mis dos abuelos entraron a la habitación y aún no han salido.
Cynthia acariciaba su cabeza diciendo, —Mañana nos trasladaremos a la vieja casa, donde vivíamos antes.
—No importa dónde vivamos, —dijo Calessia—, lo importante es que estemos todos juntos.
—Por supuesto que vamos todos. Cynthia abrazó a su hija y le dijo, —Calessia, de ahora en adelante, ¿podrías preocupar más a tu abuelo?
—Siempre lo quiero mucho a mi querido abuelo. Calessia ya había madurado mucho ahora, pero las palabras de Cynthia fueron demasiadas implícitas, por tanto no sabía que el abuelo estaba enfermo.
Pero Calex sabía algo y preguntó, —¿Está enfermo el abuelo? Sintió que era algo extraño que mamá les dijo eso de repente.
Cynthia recogió a su hijo en sus brazos sin negar o admitir su pregunta y le dijo con seriedad, —El abuelo ya es muy mayor y le agradecen que tú y tú hermana estén a su lado y hablar con él.
Chloe dijo, —No, gracias.
Cristián quiso decirle algo, pero no sabía cómo y de repente soltó, debido al accidente de hoy, hagamos los trámites del divorcio mañana.
Chloe apretó las manos que estaban debajo de la mesa, pero aparentemente no mostró ninguna emoción en su rostro, —¿Tanta prisa tienes para divorciarte conmigo?
Cristián la miró, —¿No eres tú que ya estás lista para el divorcio? Te hice perder mucho tiempo, ya no te puedo entretener más.
—¿Dijiste que me has entretenido y quieres compensarme? Chloe se estaba perdiendo el control de su emoción.
—¿Qué te puedo dar? Cristián no era tacaño con ella, le daría todo lo que ella querría.
—¿Qué más tienes? Le había dado todo su dinero, ¿qué más podría darle?
Chloe respiró hondo, pensaba si continuara hablar con él, perdería la razón, entonces se puso de pie y salió.
—Chloe. Cristián la siguió hasta afuera.
Chloe dijo, —Quédate ahí no más, solo quiero tomar un poco de aire fresco.
Cristián estaba preocupado, —¿Estás bien?
—¡Lo estoy! —Chloe se sintió muy molesta—. No me sigas.
—Me preocupo por ti. —Cristián frunció los labios—. ¿Estás enojada?
Chloe volvió la cabeza, lo miró contra las luces y se burló, —¿Dijieste que puedes darme todo lo que tienes?
Cristián respondió sin dudar, —Claro, te puedo dar todo lo que tengo.
—Bueno, ya que sientes que me debes, ¡entonces págame con tu vida! —dijo Chloe enojada.
Cristián miró su rostro diciendo, —Con que sí que estás enojada.
—No cambies el tema, ¿o no quieres cumplir tu promesa? —peguntó Chloe.
Cristián la miró con cariño y dijo, —No, ya te dije que te daré todo lo que quieras, obviamente incluye mi vida.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!