Cynthia encendió el fuego, coció otro plato más y Alain se lo llevó.
Por la tarde, Vega e Isabel empezaron a preparar muchos platos ricos para la cena de fiesta de hoy, pero ahora todos perdieron apetitos y nadie quería probarlos.
Alejandro solo se comió dos de los ravioles que Alain trajo esta vez y dijo, —Quiero hablar con Asher.
Alain salió y llamó a Asher.
Asher entró con los ojos rojos y mojados, se sentó en la cama, —Dígame si tienes algunos deseos que te puedo ayudar a cumplir.
Alejandro dijo, —Quiero decirte que si me parto de este mundo, ayúdame a cuidarlos.
Asher sabía a quiénes se refería y le dijo, —No te preocupes, él también es el hijo de Carmen y su esposa e hijos también son mis parientes, los quiero mucho.
Alejandro asintió suavemente que parecía que estaba satisfecho.
—Creo que pronto la voy a ver de nuevo. —dijo débilmente.
Asher tomó su mano y temblaba inevitablemente, trató de decir algo, pero no paraba de llorar.
Alejandro apretó los labios, —¿A qué llores?
Asher se secó las lágrimas diciendo, —No puedo controlarme.
Alejandro dijo, —¿Toda agente tiene su momento, eso es la ley de la naturaleza y nadie pueda cambiarla.
Respiraba con dificultad, sus ojos estaban nublados, pero su mente estaba particularmente claro, dijo, —Alain ...
Asher comprendió de inmediato lo que quería decir y rápidamente llamó a Alain.
Cuando Alain se acercó a la cama, Alejandro estuvo mareado por un rato y preguntó, —¿Me quedé dormido?
Alain no respondió, solo lo miraba en silencio, tenía un poco de sangre roja en sus pupilas.
La relación entre Alain y Alejandro se empeoró cuando Carmen apareció en su visita. Luego se fue de casa y rara vez regresaba, entonces perdieron muchos tiempos de estar juntos como padre e hijo.
El resentimiento era lo que más se experimentaba en su niñez.
Y esto también era el dolor más profundo en el corazón de Alejandro, se lastimaba por no haberle contado la verdad.
—Sé que te sientes solo ... De repente Alejandro levantó su mano templando que parecía querer agarrar algo, Alain se inclinó, tomó su mano extendida y la apretó en su palma con firmeza.
Alejandro susurró en voz baja, —Por mi culpa no tuviste una niñez feliz. No debería guardar silencio que te provocó tantas perdidas de los cariños de la familia.
Si le hubiera confesado ese secreto, seguramente los tres podrían vivir con mucha armonía.
Fue él quien causó tantas amarguras para los tres.
Con un leve suspiro, se manifestó sus innumerables arrepentimientos.
La garganta de Alain estaba apretada.
Calex, entendió en seguida y Calessia se comportaba sorprendentemente madura bajaba una atmósfera deprimida de hoy, así que asintió obedientemente.
Se puso de pie, entró con los dos niños a la habitación y se dirigieron a la cabecera.
Alejandro sonrió de inmediato al ver a los dos niños.
—Alex.
Acariciaba la mejilla de Calex y dijo, —Te pareces mucho a tu papá.
Calex se recostaba en la cabecera de la cama, —Yo también me parezco a ti abuelo.
Alejandro se rio.
Calessia también se apoyaba de la cabecera, tomó la mano del abuelo y dejándole tocar su rostro, —Abuelo, yo también me parezco a ti abuelo.
Alejandro dijo, —Eres mi nieta, naturalmente te pareces a mí.
Extendió su manita y tocaba el rostro del abuelo, se adelgazó mucho últimamente y ya no le quedó grasa en su rostro.
—Sacan sus mejores esfuerzos en sus estudios y sean obedientes con tus padres.
—Lo haremos. —respondieron los dos niños al mismo tiempo.
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