¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 865

El tiempo pasó rápidamente, en el día del funeral, el cielo se nublaba y estaba muy oscuro.

Los hombres que asistieron llevaban trajes negros y las mujeres, con el propósito de acompañar a sus maridos, llevaban faldas negras o trajes negros con un maquillaje discreto.

Vinieron muchas personas esta vez, más del doble que en el funeral de Carmen.

Desde el auditorio hasta la carretera se llenaba de coronas de flores. Alain y Cynthia estaban en la puerta del auditorio, llevando vestidos negros y estando de luto. Hacían reverencias a los asistentes.

—Los muertos no pueden revivir, no lamentad mucho.—Irene llegó con Elio.

—Cuidado con tu salud. —Viendo la mala cara de Cynthia, le dijo antes de entrar en el auditorio.

—Sí,gracias —Cynthia le respondió.

Sin maquillaje, Cynthia enlazó el cabello con una cinta simple y la oreja izquierda con una pequeña flor blanca, hizo reverencias a ellos con Alain. Irene suspiró un poco y entró siguiendo a Elio.

El auditorio era grande y solemne. Caminaron hacia el centro del auditorio y se detuvieron y encendieron incienso.

El incienso se encendió, Elio estaba muy triste viendo la foto en blanco y negro colocada en el altar. Recordaba claramente la escena de la boda de Alejandro y su hermana:Él, guapo, alto y sereno, se ponía en pie con su hermana en el salón de boda con un traje negro encima. Al igual que un modelo de matrimonio, si no les hubiera sucedido los inesperados.

Eran viejos en un abrir y cerrar de ojos. Se arrepintió del momento en el que dejó a su hermana casarse con él, dañando sus vidas y casi dañando a la siguiente generación.

Viendo la foto, le decía a Alejandro en el corazón:

—Perdóname, tal vez yo también muera pronto,y te confesaré lo que hice mal.

Desde que supo la verdad,se encontraba mal y Irene se encargó de cuidarlo.

—Ya,vamos —le advirtió Irene que había mucha gente esperando detrás.

Elio estuvo de acuerdo. Se inclinó ante eso tres veces y encendió el incienso.

—Descansa en paz —dijo en voz baja.

—Los muertos ya están muertos, y los vivos debemos apreciar más nuestras vidas. —Izan llegó con Mateo。

Mateo también llevaba un traje negro gentil y los dos expresaron sus condolencias por la muerte de esta pareja.

No vino Aarón hasta el mediodía, junto a él estaba la mujer que le hizo a Cynthia llamar a su tía. Hoy había mucha gente, por eso ella era más tranquila y no hizo algo raro.

—Papá, ya no tenemos abuela ni abuelo. —Abrazó la pierna de Alain y lloró en voz baja Calessia.

Alain se agachó para enjugarle las lágrimas y abrazó a los dos hijos.

—No llores, los abuelos van a preocuparse si ellos lo conocen —les dijo.

Escuchando las palabras del padre, los niños dejaron de llorar para que los abuelos no se les preocuparan.

A las cinco, la oscuridad ya reinó en el cielo por el nublado. El entierro realizó, por lo tanto, el funeral ya terminó. Todos se fueron, sólo quedaron Alain, Cynthia y sus hijos. Ellos hicieron reverencias arrodillándose y tocando el suelo con la frente bajo las lluvias, era la última despedida de ellos. Mauricio, que estaba esperando en el cementerio, salió corriendo de repente.

—Bezos ha desaparecido —le dijo a Alain, después de lanzarle una mirada a Cynthia.

De pronto Alain levantó la cabeza con las vistas agudas.

—¿Qué pasa?

De acuerdo con la costumbre de este lugar, las mujeres embarazadas y los bebés menores de un año de edad no podían asistir a los funerales. Debido a que los ojos del bebé eran puros, podían ver lo que el adulto no podía ver, si veía a la alma de Alejandro, tal vez su alma no quería irse. Las mujeres embarazadas no pudieron asistir al funeral, porque tenía mala suerte, por lo que Luciana estaba en casa para cuidar a Bezos. Sin embargo, no imaginó que sólo bajara las escaleras para beber agua, Bezos ya desapareció.

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