¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 882

Frente al rascacielos, viendo este edificio de gran altura, ella no podía contener la risa fría en la cara.

En aquel entonces, ¡qué imbécil era ella! Tan imbécil hasta creer en todo lo que le había dicho. No, en cada palabra suya. Dedicada totalmente a él, tanto en confianza como en amor, ¿qué era lo que ella recibió por fin?

—Señorita Cynthia, —la acercó Lautaro diciendo, —llegas muy temprano. —

—El Grupo RM también prestamos mucha atención a esta colaboración, entonces no nos atrevemos a tardar. —Calessia se puso un traje formal, con los cabellos atados a la nuca casualmente, limpia y sencilla.

—Adelante por favor. —le hizo Lautaro un gesto de respecto.

Calessia caminaba adentro a pasos grandes.

Allí había muchas caras familiares. No había cambiado mucho durante un año. Todo era familiar. Las personas seguían ser las personas. Pero no tenía los mismo sentimientos.

—¿Se ha casado el señor Gael? —ella le preguntó al azar.

Lautaro se sorprendió y le contestó de forma cortés, —Ahora es soltero. —

—Vale. —le dijo Calessia.

Tras salir del ascensor, Lautaro la dirigió al despacho y abrió la puerta, —Sientáte por favor Sra. Cynthia. El Señor Gael llegará muy pronto. —

Calessia asintío con la cabeza. Entró en la oficina, tomó una silla y se sentó. Puso los papeles en la mesa. El secretario le sirvió una taza de agua.

—Gracias. —dijo Calessia. La tomó y bebió un sorbo. Cuando retiró la taza, tuvo una observación general del despacho.

—Señor Gael. —el secretario dijo cuando se encontró en Gael al salir, quien se iba adentro.

Al oirlo, Calessia enderezó el cuerpo.

Gael entró en grandes pasos. La voz familiar de caminada, e incluso el olor familiar, más y más cerca, con el corazón ligeramente vibrante, ella se arregló en poco tiempo.

Cuando Lautaro le acompañaba, él pasó la mesa de Calessia y se sentó frente a ella.

—Esto es el contrato. Señor, echa un vistazo a esto por favor. —Calessia le entregó los papeles a él diciendo.

Gael los cogió y los abrió.

Calessia se inclinó un poco atrás contra el respaldo de la silla. Dijo, —Todos sabemos que funciona muy bien XH Securities Company. Solo en agosto la empresa materna ha conseguido una ganancia neta de 762 millones de euros. Ellos nunca y por ninguna razón se resignan a ser comprado cediendo todas las acciones. Además, destrás de ella, existen dos grandes compañías de fideicomiso a su ayuda. Si queremos comprarla, a parte de fondos potentes, debemos tener un plan perfecto. En este contrato se escriben las inversiones de cada facción. Si te parece mal, podemos hablar de esto despúes. —

Gael levantó la cabeza.

— ¿Alguna pregunta? —le dijo sonriendo Calessia.

—No, nada. Es que el tono de Señorita Cynthia me hace recordar de una persona indebida. —le contestó y cerró el documento, —Igual inversión, igual gananza. No está mal que se divide en partes iguales. Pero, si en nombre del Grupo Henking, tienen que invertir dos puntos más. —

—Solo un representante...—

—Entonces, nos presentamos en nombre de RM. —la interumpió Gael.

Esto era su manera regular de negeciación. Delante de los interes, nunca se sometió, un hombre bastante poderoso.

Calessia estaba bien preparada. Llevaba tanto tiempo con él. Lo conocía sobre su idiosincrasia.

—Tú sabes que no es fácil comprar XH Securities Company. Aunque será en nombre del Grupo Henking, nos encargaremos de plantear el proyecto de fusión. ¿Qué te parece? —le dijo Calessia.

Gael cruzó los brazos encima de los papeles, en una postura arrogante, le preguntó con vista hacia abajo, —Parece que Señora Cynthia no tiene mucha edad. ¿Cómo puede ser que se convierte en la delegada de este caso? —

—Señor Gael tampoco parece mayor que yo. Eres que... ...—ella se sonrió con las manos abiertas, le respondió, —un jefe de una empresa tan grande. —

Ella inclinaba el cuerpo un poco, lo veía directamente en una postura algo opresiva, dijo— ¿Si podría preguntarle cómo ha alcanzado a este lugar? —

Al enfrentarla con su mirada, Gael bizqueó los ojos, le preguntó, —¿Quién eres? —

Calessia se retiró de una vez, se sonrió levemente y le contestó, — ¿Acaso el Señor Gael tiene la enfermedad de amnesia? ¿Se ha olvidado de la colaboradora tan pronto? —

Gael apretó las manos. Eran dos caras evidentemente diferentes. ¿Pero por qué, siempre parecía muy familiar?

—Señor Gael, ¿cómo opinas mi propuesta? Si piensas que sí, hoy contratamos ahora. Claro ofreceremos un plan dentro de un mes. ¿Está bien?— le preguntó Calessia.

—El plan de Señorita Cynthia, el Grupo Henking también podemos hacer... ... —le dijo Gael.

Gael regresó a la oficina y se sentó en su escritorio. También se sorprendió de que hoy había sido un poco diferente de lo normal.

Abrió el cajón y sacó una foto decorada con cristal. Esta foto llevaba un año descansando en él. Desde que ella murió, la metió en el cajón y no se atrevió a mirarla.

En ese momento, como si las cosas viejas reaparecieron frente a él, su corazón le dolía levemente.

Extendió la mano para tocar a la persona de la foto. Por ese rostro, ella sonrió inocente y románticamente.

Todavía recordó que fue ella quien le pidió poner esta foto en este lugar.

Ella le rodeó el cuello con los brazos y actuó dengosamente, —Gael, te mando que me mires todos los días. —

—Ingenuo. —dijo él con impotencia.

—Inherentemente es tonto amar a alguien. —Ella puso la foto en su escritorio sin importar si él estaba de acuerdo o no, y dijo triunfalmente, —Soy guapa, ¿no?

Ella es muy guapa en verdad.

—Te miro todos los días. Entonces, ¿si me hace falta poner una foto mía en casa para que puedas mirarme todos los días? —dijo él abrazándola.

Ella tomó su mano, se la puso en el pecho, sonrió y le dijo, —Tú estás aquí. Pienso en ti todos los días. —

En aquel entonces, él quiso retroceder. Pero no quería realizarlo.

Mirándola simple e inocentemente sonriendo, en ese momento él también se rió. Sus ojos estaban llenos de ella.

¡Pam!

De repente, él pegó la foto en la mesa, cubrió el pecho e inclinó el cuerpo.

Ningún método podía aliviarle el dolor en su corazón.

—¿Sabes? Mirándote sonriendo, me sentía tan odiado. ¿Por qué podías ser tan despiadado? No hacía mucho tiempo desde su muerte. Ya habías entrado en el campus. Estabas tan feliz. Nunca se sintió triste por la pérdida de su vida. ¿Por qué me saliste tan fría e incondicionalmente? —

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