30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 317

Aunque ahora le gustaba Camilo de verdad, en una situación como ésta, nadie la iba a creerle. Ahora mismo parecía que Camilo no la había perdonado aún, y si decía esto, sería posible que la echara.

No era el tiempo adecuado.

Rosaura odiaba aún más a Serena. Ella volvió la cabeza:

—Serena, lo que voy a decir no tiene nada que ver contigo.

La mala actitud de Rosaura hizo que Serena se sintió embarazada.

Serena miró a Camilo con los ojos llorosos:

—Camilo, mira, siempre me trata así. Es aún más cruel contigo y solo se aprovecha de ti.

Rosaura quería estrangular a Serena, a ese momento todavía estaba haciendo calumnias contra ella. Tenía miedo de que las palabras de Serena afectaran su imagen en la mente de Camilo.

Pero en ese momento, Camilo sostuvo suavemente su pequeña mano. Miró a Serena con miradas frías,

—No te toca comentar las cosas entre Rosaura y yo. Serena, investigaré a fondo el accidente, y tú mismo asumirás las consecuencias de lo que has hecho.

Estas palabras de Camilo fueron como una sentencia de muerte.

El rostro de Serena se volvió instantáneamente tan pálido como el papel, y su cuerpo estaba tan débil que apenas podía mantenerse en pie.

Ella no podía soportar la consecuencia. Habló con voz entrecortada y temblorosa:

—Camilo, nos hemos conocido durante tantos años, ¿no confías en mí?

La voz de Serena sólo hizo que Camilo se sintiera ruidoso. Frunció el ceño con impaciencia y levantó la mano.

Jorge, que estaba fuera de la puerta, entró inmediatamente y dijo con frialdad y rigidez:

—Señorita, el señor necesita descansar, por favor.

Con pánico y resignación, Serena miró a Camilo,

—No me voy, Camilo, confía en mí y escuchará mi explicación.

—Señorita, por favor.

Al mismo tiempo, Jorge extendió la mano y tiró de ella hacia el exterior.

Jorge era una persona entrenada profesionalmente, él tenía muchas fuerzas, así que no importaba cómo luchara Serena, sólo podía ser arrastrada hacia afuera.

Viéndose cada vez más lejos de Camilo, como si se hubiera alejado completamente de su mundo, Serena se sintió desesperada.

El hombre, en cambio, no volvió a mirarla, en sus ojos sólo hay Rosaura.

El amor en su mirada fue claramente captado por Serena.

«¿Por qué, en este momento, a Camilo le importa tanto Rosaura?»

«¿Por qué?»

Serena gritó:

—Rosaura, hiciste daño a Camilo, ¿te arrepientes ahora y quieres recuperar la relación con Camilo?

Sus palabras, sin embargo, empeoraron esas heridas. Si Rosaura respondía que sí, esas heridas se convertirían en un abismo invisible entre los dos.

Serena odiaba a Rosaura, aunque no podía conseguir a Camilo, no lo dejó a Rosaura.

Jorge se llevó a Serena a la fuerza y cerró la puerta. La habitación volvió al silencio.

Rosaura se sentó en el borde de la cama y estaba cara a cara con Camilo.

El repentino silencio hizo que el ambiente entre ellos fuera un poco extraño.

Rosaura se sintió incómoda y quiso decir algo, pero Camilo habló:

—¿Ha dicho que quieres recuperar la relación conmigo?

Parecía hizo esta pregunta casualmente después de escuchar las palabras de Serena.

Pero sólo Camilo sabía lo nervioso que estaba en ese momento, lo rápido que le latía el corazón y lo mucho que esperaba esa respuesta.

Rosaura se congeló, sus mejillas se sonrojaron, su corazón se aceleró. Había venido aquí para hacerlo.

Pero a Rosaura le importaba lo que había dicho Serena, no quería que Camilo pensara que tenía otras intenciones, no quería que Camilo dudara de su sinceridad.

Había decidido empezar de nuevo, tendría que ser un comienzo perfecto. Y luego, aunque le rechazara Camilo, ella parecía lo haría por su corazón no por las palabras de los demás.

Rosaura se mordió el labio y dijo:

—Cuando te den el alta del hospital, tengo algo que decirte.

Entonces, ella prepararía una confesión del amor para él para que él creyera en su sinceridad.

Mirando los ojos firmes de la chica, Camilo se quedó helado, su expectativa no tenía respuesta en ese momento. Ante Rosaura, no se atrevía a hacer ningún tipo de conjetura sin obtener una respuesta definitiva de ella.

Incluso a él se le ocurrieron muchas posibilidades en un instante, tal vez ella le iba a decir que ella no podía vivir sin él o que la relación íntima de este día era solo para saldar la deuda por que se sintió culpable.

En ese momento, alguien llamó a la puerta.

Rosaura volvió en sí y desvió la mirada:

—Entra.

Jorge, que había despedido a Serena, entró de nuevo, llevando el desayuno en la mano, con una expresión un poco avergonzada,

—Sólo tengo un ración de desayuno aquí, ¿la señorita come primero o voy a preparar otras dos y luego los traigo junto?

Al oír esto, Rosaura recordó que había tirado el desayuno antes. Se sintió avergonzada:

—Deja que Camilo coma.

Jorge entregó a Rosaura el desayuno y dijo:

—Señor no come cacahuetes.

Pero había mucho cacahuete en esta sopa.

Camilo observó el aspecto de Rosaura y dijo:

—Come tú primero, voy a comer después.

Tanto si había cacahuetes en esta sopa como si no, la dejaría él comer primero.

Rosaura miró esta sopa, Camilo era un paciente, tenía hambre y debía comer. A causa de Serena, ya eran las once de la mañana. Si se demoraba más, no se necesitaría desayunar sino almorzar.

Tras dudar, Rosaura se levantó y se dirigió a la cocina para coger una cuchara.

—Voy a quitar los cacahuetes en esta sopa de arroz, comes primero.

Al decir esto, Rosaura quitó los cacahuetes.

Estaba atenta.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: 30 Días de Prueba Amorosa