30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 87

Mirando su expresión aturdida, Camilo se río ligeramente.

—¿Quieres más?

«¿Qué significa esta pregunta?»

Sus mejillas se pusieron rojas y se apresuró a girar la cabeza.

—Lo pasó de anoche fue sólo un malentendido, a ti no te importa.

Ella estaba incómoda. No sabía que pasó anoche. Lo único que ella pensaba era hacer amor con Camilo.

Camilo dijo descontentamente.

—¿Malentendido?¿No quieres hacerte responsable de esto?

Se levantó y su cuerpo presionó hacia Rosaura.

Como una gran montaña que estaba ardiendo.

En ese momento, vio con claridad las rasguñas que ella dejaba en el cuerpo de Camilo, lo que demostraba lo intensa que había sido la situación de la noche anterior y lo loca que estaba ella.

Rosaura no soportaba mirarla y se sentía aún más avergonzada de sí misma.

Poco a poco, Camilo se acercó más a Rosaura, con su mirada llena de peligrosa agresividad.

—No voy a estar en desventaja nunca. Lo que otros me han hecho, seguro que les devolverá multiplicado por diez.

«¿Cómo?»

«¿Qué está diciendo?»

El fuerte aroma del hombre hizo que el poco deseo que aún quedaba en el cuerpo de Rosaura arder de nuevo.

Una extraña sensación recorrió en su cuerpo.

Estaba tan nerviosa. Aunque fuera estúpida, sabría lo que el hombre estaba insinuando.

Pero...

—Señor González, sé que estaba haciendo mal, no me asustes.

Rosaura miró a Camilo. Ella estaba nerviosa, pero sin temor sobre el asunto de hacer amor.

Anoche, aunque su comportamiento estaba fuera de control, todavía tenía memorias. Aunque se comportaba de esta manera, Camilo no le hizo caso y le dejó estar en agua fría. Esto significaba que en realidad Camilo no tenía ningún interés en ella.

Al menos, cuando se trata de esta cosa, es un hombre con principios.

O tal vez ella... simplemente no era lo suficientemente atractiva para que Camilo la presentara atención.

En cualquier caso, estaba convencida de que él no la tocaría ahora de todos modos, y Rosaura no pudo evitar ser un poco más audaz.

Con la sábana, ella cubrió las marcas del cuerpo de Camilo. Con un tono sincero, dijo:

—Señor González, le compensaré y accederé a todo lo que me pida. Con tal de que no sea perjudicial a alguien y esté a mi alcance.

Camilo ignoró sus palabras, pero la mirada que dirigió a Rosaura se oscureció aún más, y el fuego que había contenido durante toda la noche volvió a resurgir.

Él apretó los labios y se acercó un poco más a ella.

Ella se sintió incómoda por la mirada. Y siguió la visión de Camilo, miró su pecho. De inmediato, se congeló.

—Ah...

Un grito vergonzoso recorrió la habitación.

¡Ella, no llevaba ropa! Sin llevar nada, y dándole la sábana a Camilo.

***

Esta mañana, Rosaura había vivido de manera muy vergonzosa.

Tras lavarse apresuradamente, no se atrevió a mirar a Camilo y salió primero de la habitación.

Al bajar las escaleras, vio a la señora González y a Claudia sentadas en el vestíbulo.

Anoche no lo hizo con intención...

La señora se levantó y dijo con una sonrisa.

—Es la hora de comer, vamos, he pedido a Rafael que prepare muchas sopas tónicas.

Tras una pausa, sonrió con benevolencia y miró a Rosaura y a Camilo:

—Debéis beber más estas sopas.

Rosaura quedó sin palabras. Tenía la sensación de que no podía explicarse bien nunca.

Camilo frunció sus labios y se rio ligeramente. Luego, se dirigió hacia el comedor tirando el brazo de Rosaura.

Claudia miró a los dos que se pegaban y tenía una tez mala. Se sintió furiosa y injusta. Ella no permitía que Camilo y Rosaura estuvieran juntos tan fácilmente.

Había escuchado la conversación entre Flavia y Rafael y sabía que si Camilo quería heredar toda la familia González, casarse con Rosaura era lo más importante.

Como este matrimonio era un asunto importante, entonces, si Camilo no se casaba con Rosaura, le haría mucho daño, o, si su hijo se casaba con Rosaura, también tendría la oportunidad de heredar la familia.

En ese momento Claudia estaba pensando mucho.

En efecto, Rafael había preparado un montón de sopas tónicas, dentro de una mesa de platos, hay al menos seis tipos de sopas.

Cuando Rosaura miró estas, se sintió un poco de pánica.

Recordó que cuando llegó por primera vez a la familia Gonzáles, Camilo le había dicho que la sopa que Rafael había traído en medio de la noche era afrodisíaco, y ella no se había atrevido a probarla en ese momento.

Anoche cenó con Flavia y se bebió dos tazones de sopa, luego sintió calor y no podía controlarse. Hizo esa clase de cosas a Camilo...

Rosaura se acercó a Camilo y dijo en voz muy baja.

—Señor González, ¿puedo beber estas sopas?

Camilo se rio ligeramente mientras le dijo al oído, y los dos parecían íntimos.

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