Enola miró a Tanok, ¿Acaso no piensa decir nada para salvarle la vida? Se supone que él la ama aun cuando no lo desea, ¿Por qué permanece en silencio? Comprendiendo que nadie la defenderá y que solo se tiene a ella, miró al consejo con el corazón latiéndole con fuera.
―Yo no he cometido traición. ―Habló con firmeza. ―¡No tienen el derecho de quitarme la vida y con ello a mi hijo!
―¿Cómo puedes ser tan desvergonzada? ―Katriona la miró fingiendo impacto. ―¡Te aliaste con el alfa enemigo, tú misma me dijiste lo que harías!
―¡No mientas! ―Gritó Enola furiosa por el cinismo de esa mujer.
―¡Ya basta! ―Shasta puso el orden. ―Tanok, ¿Sientes tú al hijo de Katriona? ―Los ancianos lo miraron molestos por su insistencia.
―¿Por qué sigues con esto? ―La anciana se puso en pie. ―¡Qué sea tu hijo, no significa que vas a poner todo en duda!
―¡Hay que estar seguros! ―No le importó las protestas de sus compañeros. ―Dime Tanok, ¿Acaso percibes el hijo de Katriona como tuyo? ―Al ver a su hijo bajar la mirada, cayó sentado en su silla y para Enola fue lo peor que le había ocurrido en la vida. ¿Cómo puede él percibir el hijo de esa mujer y no el suyo?
―No hay nada más que decir. ―La anciana los miró. ―Lleven a la humana de vuelta al calabozo. ―Resopló realmente decepcionada. ―Nunca en la historia de la manada BloodMoon se había visto algo como esto. ―Tanok se tensó. ―Dos lobos con sus respectivas parejas destinadas fueron capaz de dormir juntos. ―Tomó asiente. ―Márchense. ―Tanok sin mirar nuevamente a Katriona, salió de la sala para buscar a su hijo, debe disculparse con él y explicarle que no recuerda nada de lo sucedido.
Enola no podía con la incertidumbre y la rabia, ¿Cómo es posible que siempre le pase lo mismo? ¿Cómo es que otro hombre dice amarla y la queda traicionando con la misma persona con la que la traicionaron la primera vez? ¿Por qué ese quien le juró protegerla se quedó callado cuando la sentenciaron a muerte?
―Ahora sí obtendrás lo que te mereces, humana. ―El guerrero la miró con una sonrisa malévola en sus labios. ―Quizás el alfa sufra tu muerte, pero seguramente te olvidará muy rápido con la preciosa mujer que ahora será su luna. ―Carcajeó destrozando un poco más a Enola.
¿Acaso serán ella y su hijo quienes sufran más con todo lo que está pasando? ¿Su destino será la muerte? Sonrió sentándose, por lo menos esta vez ella morirá con su bebé y no sufrirá esa perdida.
Tanok buscó a su hijo por todos lados, pero el haber cortado lazos con la manada lo oculta de todos ellos, ahora será imposible comunicarse con él. ¿Cómo fue posible que cometiera una estupidez como esa? ¿Cómo es que no recuerda nada? ¿Cómo siquiera su lobo le permitió estar con otra mujer que no es su luna? ¡Él fue a ver a su destinada porque ya no soportaba el dolor! ¿Cómo es que un día antes él se acostó con su propia nuera?
Katriona se regocijaba por el resultado de su plan, el consejo no le permitió mudarse a la cabaña del alfa hasta que la ceremonia estuviera hecha y la Diosa Luna les diera su bendición, pero eso no importaba, la humana estaría muerta para entonces y su destinado rompió lazos con ella. El dolor que siente y lo débil que está su loba no es lo suficiente como para opacarle su felicidad.
―Aaahhh, ¡Vakira! ―Se quejó aferrando ambas manos a su pecho. ―¿Qué sucede? ―Katriona se sintió sin aire. ―Aaarrrggg. ―Dio un fuerte gruñido que quemó desde su pecho hasta su garganta.
{Hoy te abandono humana y toda tu magia se viene conmigo} Un calor sofocante cubrió a Katriona. {La bendición de la Diosa Luna se ha ido y ahora no hay más que decepción} Katriona se revolcó en el piso con desesperación, ¿Cómo es posible que su loba la estuviera abandonando? Se preguntó incrédula mientras siente como su cuerpo queda liviano después del espantoso dolor.
―Vakira. ―Susurró al no sentir a su loba.
―Maldit4 puta. ―Ikal logró llegar a la que era su cabaña matrimonial. ―Me traicionaste y lo pagarás con tu miserable vida. ―La tomó por el cuello y apretó con fuerza, sabe que ella se va a defender. ―¿Acaso creías que te saldrías con la tuya? ―Katriona a pesar de estar débil por el reciente abandono de su loba, lo miró a los ojos con odio.
―¿Qué vas a hacer? ¿Matarme? ―Se burló de él. ―No seas tonto, Ikal, te dieron la facilidad de irte de aquí. ―Ikal apretó más fuerte.
―No, eso lo hará el alfa con sus propias manos cuando sepa que ese hijo que aseguras es de él , realmente es mío. ―La miró a los ojos poseído por la ira.
―¿Tu hijo? ―Katriona rio, aun cuando se le hacía difícil. ―Este ni siquiera es tu bebé. ―Al ver el dolor en sus ojos agrandó más la sonrisa a pesar de que ya casi no tiene aire. ―¿Creías que no me iba a vengar de ti por haberme rechazado? ¡¿Por elegir a una patética humana por encima de mí?! ―Apretó las manos en el brazo de Ikal. ―Por supuesto tenía que destruirte la vida y aquí estamos. ―Lo miró a los ojos con ira esta vez. ―Así que haz lo que vas a hacer, pero asegúrate de ser rápido, el alfa puede destrozarte miembro a miembro por poner en riesgo a su hijo. ―Ikal escuchó el ruido fuera de la cabaña y se vio obligado a huir.
―¡Alfa! ―Los guerreros se pararon frente a él. ―Estamos en territorio enemigo, de entrar ahí será guerra. ―Lo miraron a los ojos, el lobo no deja de gruñir amenazante. ―Debe dejarla ir, alfa. ―Tanok los miró alejarse, él simplemente aulló lleno de tristeza y frustración.
Ikal obligó a Enola a bajarse de su lomo, cinco lobos lo han rodeado y debe defenderla sin lastimarla o que ellos lleguen a hacerlo.
―Ikal. ―Enola miró a todas partes para no perder a los lobos de vista. ―Ikal... ―Volvió a llamarlo llena de miedo. ―¡Aaahhh! ―gritó cuando el lobo saltó sobre ella para atacar al enemigo que se acercó demasiado rápido.
Ikal prontamente se vio en una pelea con los cinco lobos mientras protegía a Enola, ella que no creía lo que veía, se mantuvo de cul0 en el suelo, sus piernas están demasiado débiles y temblorosas como para ponerse en pie y correr lejos. ¿Por qué su cuerpo se siente entumecido, ¿Es el miedo que la paralizó?
―Típico del hijo del alfa más temido de todos los tiempos. ―Ikal dejó el cuello del lobo y giró para mirar al recién llegado. ―Calma, muchacho. ―Sonrió sin demostrar miedo o desconcierto por ver a sus cinco guerreros en el suelo malheridos. ―Debo aceptar que es una enorme sorpresa ver al hijo y a la destinada de mi enemigo en mi territorio. ―Miró a Enola y su corazón al igual que su lobo se descontrolaron de esa manera que se le hace difícil contener.
―Por favor, ayúdanos. ―Enola todavía en el suelo gateó. ―Ellos vienen por nosotros. ―Miró a sus espaldas al escuchar los rápidos pasos.
―¿De quién corres, Caperucita?
―Tómanos como tus prisioneros. ―Ignoró su pregunta. ―Pero por favor, no dejes que nos lleven de vuelta. ―Kato miró más allá y al ver al lobo de Tanok, su desconcierto fue grande, ¿Acaso estaban ellos huyendo de su propia manada? No pudo preocuparse más, los ruegos de esa humana y ver al lobo a sus espaldas dispuesto a atacar a sus propios compañeros y a su padre, lo convenció de transformarse, si hay alguien que puede detener a Tanok es él. ―Cuida de ella, muchacho. ―Ordenó a Ikal y antes de que pudiera poner su vista al frente, ya Tanok lo tenía en el suelo, pero la diferencia de números era mucho y Kato rápidamente tomó la ventaja.
―Alfa, tenemos que retirarnos. ―Tanok se puso en pie, ambos habían rodado un buen tramo. ―Debemos irnos. ―Enola cruzó mirada con el lobo, pero rápidamente corrió a Kato así destrozado al lobo y al humano.
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