Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 18

La Diosa Luna estaba entre los seres sobrenaturales y la ola se había extendido, los rumores llegaron a todos los reinos y la curiosidad de las personas los llevaron a visitar a la manada BloodMoon, pero Enola decidió pasar los días encerrada en la cabaña con sus hijos y con el alfa que no se da por vencido con ella.

Dos semanas ha estado encerrada únicamente con sus bebés y por supuesto haciendo rabiar al hombre que la lastimó hasta el punto de llevarla a una muerte segura. Todos la tratan aún con respeto, cada uno ruega por pasar tiempo con ella y aunque no es rencorosa, no puede olvidar como la trataron el último mes que vivió entre ellos.

Tanok entró a la habitación, el desinterés que ella tiene hacia él le duele muchísimo, pero nada como sus palabras hirientes y crueles. ¿Acaso no tendrá oportunidad él de redimirse? ¿Cómo puede la vida jugar con él de esa manera? ¿Desde cuándo las cosas se le hacían difíciles? Como siempre, las preguntas lo invadieron al ver a esa peliblanca que lo vuelve loco a pesar de que ahora no hay una conexión entre ellos.

―Tranquila, cielo. ―Susurró tomando a su hija en brazos. ―No eres la única con hambre, tus hermanos también tienen derecho. ―Acarició la cabecita de su nena. ―Eso es, con cuidado, amor. ―Sonrió emocionada, ahora lo comprende, ella no podía traer a un bebé al mundo si su padre no era lo suficientemente fuerte y Tanok fue el único que pudo lograr embarazarla.

―Te ayudo con Tahiel. ―Tanok tomó a su hijo en brazos. ―Es el más tranquilo. ―Sonrió sin quitarle la mirada a su bebé. ―Por lo contrario, Aluhe es más hambriento y Huilén la más exigente. ―Enola sonrió sin mirarlo, ha sido de mucha ayuda, pero eso la enerva más.

―No alardees, Tanok, que los conozcas mucho más que yo solo me recuerda que por tu culpa me ausenté de la vida de mis hijos. ―Alzó la cabeza y Tanok se congeló por la mirada fría y despectiva que recibió.

―Lo siento. ―Susurró, es cierto, lo que se dice de él, el lobo más poderoso ahora no es más que un imbécil intentando recuperar a su mujer y dejándose humillar siempre. ―Por lo menos esperé a que tú le pusieras el nombre. ―La sonrisa retorcida en los labios de Enola lo tensó mucho más, nada bueno saldrá de su boca.

―¿Y crees que eso se compara con el primer abrazo, beso y mimos? ¡Nada cambiará el hecho de que no pude estar ahí para mis hijos! ―Gritó tan alto que asustó a su hija. ―Sal de aquí, Tanok, el solo saber que eres padre de mis hijos me repugna y eso es suficiente. ―Tanok la miró con ojos apagados, Enola por supuesto no se lamentaba de su trato con él, está muy agradecida con el hombre por darle el mejor de los regalos, pero debe seguir como está, no piensa quedarse con lo que él le hizo.

―Tranquilo, bebé. ―Besó la frente de su hijo. ―Estaré cerca. ―Colocándoselo en la cama, justo a su alcance, se marchó dejándola sola.

Se lo merece, eso se dijo para tolerar más su dolor, él no ha sufrido ni siquiera la mitad de lo que la hizo sufrir a ella, se convenció de eso. Debe ser paciente y trabajar para ganarse su corazón, seducirla para que su cuerpo vuelva a pertenecerle y mimarla siempre para que su alma sane.

―Padre. ―Ikal se acercó al verlo. ―¿Todavía no has hablado con Enola al respecto de Katriona? Creo que es hora de darle una sentencia. ―Tanok maldij0 tensando su cuerpo, ni siquiera recordaba a esa maldit4 mujer.

―Enola ni siquiera quiere escucharme, ¿Cómo la voy a convencer de encarar a la mujer que logró todo? ―Ikal resopló, él ni siquiera le ha dirigido la palabra desde que despertó, tampoco la ha ido a visitar en las últimas dos semanas.

―Hablaré con ella más tarde. ―Ikal asintió. ―¿Están listos para patrullar? No podemos bajar las defensas. ―Siguió caminando. ―Ahora todos quieren a la Diosa Luna, no podemos darnos el lujo de un ataque. ―Ikal estuvo de acuerdo.

―Ya lo están esperando a las afueras de la aldea. ―Lo miró de reojo. ―¿Qué harás con Kato? ¿Piensas matarlo? ―Tanok lo deseó, por supuesto que deseaba acabar con el tonto que se resistió a irse y estuvo dispuesto a ser un cautivo solo para estar más cerca de Enola, pero no sería de hombre algo como eso. Si hay algo que respeta Tanok Nukak es el valor.

Enola miró a sus bebés dormir, había pasado horas desde que Tanok se fue, los lobos están más insistentes y no dejan de invadir territorio de la manada BloodMoon por lo que todos los guerreros y el mismo alfa tiene demasiado trabajo. Los salvajes, si bien ya no siguen más que sus ideales y deseos, también se sienten atraídos por ella y son los más difíciles, muchos han logrado entrar a la manada y han conseguido la muerte como su destino.

―Diosa Luna. ―Dos jovencitas hicieron una reverencia, aquello incomodó a Enola, pero aun así correspondió el saludo.

―Mi Diosa. ―La bruja principal la saludó en cuanto la vio llegar. ―¿Está lista para el entrenamiento de hoy? ―Enola buscó a Jessica y al no verla se sintió culpable.

―¿Jessica está bien? ―La preocupación en sus ojos fascinó a la bruja principal, que un ser tan poderoso se preocupe por una simple bruja, le gusta mucho. ―No pude controlarme y…

―No voy a soltar a Kato. ―Gruñó cegado por la ira. ―Ese miserable no andará por ahí disfrutando de la vida mientras tú me castigas sin piedad. ―Enola detuvo sus pasos.

―Es mi invitado, no solo estará libre por ahí. ―Ensanchó la sonrisa, la verdad no quiere tener cerca a Kato tampoco, pero será perfecto. ―Será mi protector, por ende, pasará todos sus días, horas, minutos y segundos conmigo. ―Tanok la tomó del brazo, es el único que no le importa que ella sea una deidad, la trata como lo que es, su mujer.

―Le arrancaré la cabeza si se acerca a ti. ―Enola dejó de respirar, sabía que no estaba mintiendo, pero sabiendo que lo tiene justo donde quiere, se encogió de hombros.

―Entonces tendrás que vivir con mi odio toda tu vida. ―Se soltó de él y se marchó, su corazón late con demasiada rapidez y sus rodillas tiemblan. Ese alfa oscuro tiene ese apelativo por algo y no es broma, su intimidación la congela incluso a ella.

Katriona tomó a su hijo en brazos y se aferró a él al ver a los guardias abriendo la celda, ¿Por qué la están sacando ahora? Se preguntó un poco nerviosa, ella no tiene una loba, ahora no puede protegerse con facilidad.

―Por favor, no me quiten a mi bebé. ―Rogó al ver a la guerrera acercarse demasiado a ella. ―Déjenme sostenerlo, se los pido. ―La mujer miró a sus compañeros y finalmente accedió, no se puede negar que Katriona ha cambiado su actitud, ahora está irreconocible.

Los ancianos del consejo, junto al alfa y la Diosa Luna, miraron a Katriona entrar a la sala, la recién llegada quedó sin aire al ver a Enola junto a Tanok. Se ven una pareja fuerte, ¿Acaso había algo distinto en ellos? Se preguntó llena de curiosidad y miedo a la vez, conoce a Enola desde hace años y ahora hay algo distinto en ella.

―Diosa. ―Nighta, la miró con tanto respeto que Katriona quedó loca de la confusión. ―Es toda suya, no la interrumpimos. ―Katriona pasó la mirada de Enola al consejo y viceversa, ¿Por qué la tratan con tanto respeto?

―Me tendiste una trampa cuando llegué aquí. ―Enola se paró frente a ella. ―Me enviaste a la manada enemiga y gracias a tu acto se desencadenaron muchas cosas forzadas también por ti. ―La miró a los ojos, sin odio o rencor. ―Hechizaste al padre de mis hijos, hiciste que me dejara, me metiera a un calabozo y finalmente no me defendiera cuando me sentenciaron a muerte. ―Katriona se aferró a su hijo. ―¿Cuál es tu castigo, Katriona? ―Todos quedaron en Shock cuando la mujer cayó de rodillas con sus mejillas llenas de lágrimas y la cabeza agachada.

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