Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 17

Lo que era un ritual para convertir en lobo a Enola, se ha convertido en una ceremonia fúnebre, Tanok perdió todas las esperanzas y con eso su fuerza. Su lobo sucumbió a la perdida de su destinada y el humano cedió a la perdida de su amada.

No había palabras de consolación, no había manera de que lo convencieran de que toda la culpa era de Kato por jugar tan sucio y de Katriona por hechizarlo y manipularlo. Para él no había otro culpable que sí mismo. No fue lo suficientemente fuerte como para anteponerse a los hechizos, no importa que las hechiceras digan lo contrario, él fue demasiado débil y se dejó llevar así asegurándole la muerte a su pequeña cachorra.

Una vez todos los preparativos estuvieron listos, Enola fue vestida con ropas limpias y blanca como símbolo de pureza, los lirios la rodearon por completo, Tanok insistió en que las flores que debía haber fueran sus favoritas.

―Lo siento. ―Ikal se paró junto a su padre. ―Realmente lamento que no haya funcionado el ritual. ―Tanok ni siquiera se movió, el dolor en él es tan intolerante que le consume toda la energía. ―Deberías estar sentado, esto es duro y muy doloroso para ti. ―Intentó llevarlo a una de las sillas, pero Tanok se negó, quiere estar al lado de su amada hasta el último segundo.

―Quiero estar aquí, a su lado, como no lo estuve cuando más lo necesitaba. ―Cerró los ojos con fuerza. ―No me apartaré hasta que no sea el momento de dejarla ir. ―El canto de los de la tribu fue triste, las lágrimas no faltaron y las peticiones a la Diosa Luna fueron de paz y descanso para Enola.

Tanok la miró, ¿Realmente así es como acabará todo? Se preguntó acariciando el delicado y hermoso rostro de su pequeña. ¿No puede hacer más para regresarla a él? Maldij0 en un gruñido, él no es más que un simple lobo, si las brujas más poderosas del reino sobrenatural no pudieron hacer nada, ¿Qué podría hacer él?

―Maldit4 sea. ―Kato no se lo podía creer, ella estaba muerta, ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo fue capaz de provocar algo como eso? Fue un cobarde, se menospreció él mismo.

―Lárgate. ―Tanok lo miró con odio. ―No quiero que estés aquí, ¡No mereces verla antes de partir! ―Ikal detuvo a su padre para que no avanzara más, le dio pelea al inicio, pero ahora está incluso más débil.

―No vale la pena. ―Le susurró al oído. ―No es momento para una pelea, no es de buen augurio que este tipo de cosas se den en una ceremonia como esta. ―Tanok dio un grito tan fuerte que pareció congelarlos a todos, quiere respirar con normalidad, pero le es imposible hacerlo.

―Es hora. ―Shasta miró a su hijo una vez el canto finalizó. ―Hay que encender la llama y debes ser tú. ―Le pasó la antorcha. ―Nadie más puede incinerarla, hijo. ―Tanok sabiendo que nadie más que la pareja de quien muere puede iniciar el fuego, tomó la antorcha y acercándola a la madera la soltó.

El fuego vivo rodeando a su mujer lo terminó de destrozar, al caer de rodillas no pudo hacer más que apreciar como el cuerpo de quien esperó por siglos y lo dejó demasiado rápido, se desvanece poco a poco sin dejar nada.

―Ahora está en un lugar mejor. ―Shasta apretó el hombre de su hijo. ―Las cosas no siempre son como las pensamos, en esta vida todo es pasajero. ―Lo miró con tristeza. ―Aprende de tus errores y evitálos en el futuro, no lo olvides. ―Tanok lo miró. ―No es el error que se comete, es lo que aprendemos de ello. ―Las lágrimas de Tanok fluyeron de sus ojos como si fuera el ser más débil del planeta y así era, en ese momento, él no es más que un hombre que perdió a quien no supo cuidar.

Todos los presentes se fueron retirando uno a uno conforme pasaron las horas, pero Tanok permaneció de rodillas frente al fuego que seguía vivo, no comprendía el motivo de la viveza de las llamas aun cuando había pasado demasiado tiempo, pero no pensaba moverse de ahí hasta que no quedaran más que cenizas y humo.

―Alfa. ―Una de las cuidadoras de los trillizos se acercó a él. ―Los bebés necesitan de usted. ―Tanok giró la cabeza para poder ver a la mujer. ―Por favor, ya es muy tarde, debería volver a la cabaña y cuidar de sus cachorros, ahora ellos solamente lo tienen a usted. ―Mirando por última vez el fuego ardiente, se puso en pie, es hora de dejarla ir.

A pasos lentos llegó a su cabaña y solo hizo ver a sus hijos para derrumbarse, él los había dejado sin madre, solo por su culpa ellos ahora crecerían sin el amor de la mujer que tanto los deseó. No los culparía si ellos lo odiaran igual a como lo odia su hermano mayor.

Las brujas fueron las primeras en salir, el poder que habían sentido ni siquiera el más anciano de la manada pudo percibirlo. Algo no estaba bien, es como si el equilibrio en el mundo se hubiera roto.

―¿Qué es lo que pasa? ―Jessica no se lo podía explicar. ―Es como si mi poder y mi capacidad incrementaran siempre más. ―La bruja principal sintió lo mismo.

―Esto no puede ser verdad. ―Miró el fuego extinguirse de la nada y después volver incluso con más fuerza. ―La historia es real. ―Anunció llena de incredulidad. ―Ella está aquí. ―Las brujas miraron con atención el fuego vivo.

―Mis sospechas son reales. ―Jessica no pudo mantenerse a raya. ―La personificación de la Diosa Luna está aquí. ―Enola salió de entre las llamas totalmente desnuda y miró a su alrededor. Aquella mirada compasiva, su rostro angelical y su expresión pasiva reconfortó a todos a pesar del miedo que tenían.

―¿Qué está pasando? ―Tanok se abrió paso entre las personas, todos parecen estar absortos mirando algo en común. ―¿Qué sucede? ―Frunció el ceño y en cuanto llegó al frente y miró a la mujer desnuda parada frente a todos, su corazón dejó de latir al instante, su alma pareció completarse y la conexión que una vez existió entre él y Enola desapareció, pero al contrario de morir o sentirse más débil, está como si nada. ―Cachorrita… ―La bruja principal lo detuvo.

―Mis hijos no pueden estar lejos de mí. ―Enola paró en seco. ―Ellos deben permanecer en la manada, en su lugar de origen. ―Al verla girar, la miró a los ojos. ―Puedes ser una deidad, pero también eres mi pareja y no permitiré que te marches de mi lado. ¡Haré lo imposible por ganarme tu perdón y corazón! ―Dijo con firmeza. ―La única manera que te deshagas de mí es que acabes con mi vida y aquí me tienes, pero de lo contrario, te verás obligada a permanecer a mi lado. ―Enola se tensó, si algo tiene ella es que cada vez que vuelve le es imposible usar sus poderes, es como una bebé recién nacida, la cual debe ir aprendiendo paso a paso como hacer las cosas. Si bien no ha reencarnado y es la misma, es como si hubiera despertado de un largo sueño.

―Diosa. ―Las brujas hicieron una reverencia. ―Es un placer tenerla presente en esta era, por favor, disponga de nosotras para lo que desee. ―Enola vio su oportunidad.

―Quiero que me enseñen a controlar mi poder. ―Miró a Tanok. ―Y cuando eso pase, me iré con mis hijos lejos de aquí... muy lejos de ti.

―Enola. ―Kato llamó su atención. ―Ven conmigo, yo prometí ayudarte. ―Sintió esperanzas por la promesa que ambos se hicieron.

―No. ―Lo rechazó. ―No quiero a una pareja y no necesito más de tu ayuda, ahora retírate. ―Enola se encaminó a la cabaña, siente a sus bebés y lo único que desea ahora es abrazarlos por primera vez.

Al llegar a la cabaña, se derrumbó finalmente, ahí afuera actuó como si fuera inquebrantable y la verdad es que ella aun siendo una deidad no es cruel. ¿Acaso hará bien en conservar su memoria? Al escuchar el llanto de sus hijos, su corazón inició a palpitar con fuerza, esta vez es distinto, el destino intervino y la enlazó con un lobo y de esa unión hay tres seres realmente poderosos y que necesitarán de su protección.

Quizás deba quedarse, pero Tanok Nukak verá su suerte y aunque ya está arrepentido, no le quedarán más ganas de hacer sufrir a nadie.

—¿Piensas que soy hombre de rendirme? —Tanok entró a la habitación. —Eres mía, cachorrita y haré lo que esté en mis manos para que vuelvas a mí. —La miró a los ojos. —Milenios pasaron para que pudiéramos estar juntos, no es ahora que me rendiré. —El corazón de Enola inició a marchar con rapidez. ¿Acaso no se da cuenta que ella es una deidad? ¿Por que se siente tan bien que la trate como antes?

—Cuidado, Tanok, sigues siendo un lobo y tu corazón débil. —Sonrió ocultando lo que su débil cuerpo siente, ¿Como es que aún después de morir y romper todo lazos con él se sienta de esa manera? —No te ilusiones con algo que no podrás conseguir. —Justo donde más le dolió a Tanok, en su miedo de no poder recuperarla.

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