¿Cuánto se puede soportar cuando se ama a alguien que ahora te lastima mucho más de lo que tú la lastimaste? Para Tanok la respuesta es “mucho”, él considera que puede aguantar cuanto haga falta para recuperar a la mujer por la que había esperado siglos.
A él no le interesó que ella cenara y disfrutara con su enemigo todo lo que preparó con amor para ella, no le importó mirarla a la cara después de tal humillación y decirle que se lo merecía por todo lo que le hizo pasar, tampoco le interesó permanecer en el calabozo por todo un mes debido a que atacó a Kato y lo lastimó aun cuando la orden de la Diosa era no hacerlo, mucho menos le molestó ser el centro de burlas por su patética manera de comportarse cuando se trata de la mujer que ama.
Ha sido realmente duro, su débil corazón de lycan no lo soporta más y su lobo cada vez se descontrola con mayor facilidad, pero seguirá resistiendo hasta que su amada lo perdone y crea en el amor que siente por ella.
―Alfa, debería controlarse. ―Nahil le llamó la atención a su alfa. ―No puede arriesgarse de esa manera cuando hay muchos salvajes. ―Tanok no lo escuchó, siguió peleando con las cinco bestias descontroladas, quizás si él muere, finalmente Enola deje de ser tan infeliz. ―¡Cúbranlo! ―Vio la oportunidad de ayudarlo a derrotar a los salvajes que habían estado dando problemas la última semana.
{¡He dicho que puedo solo!} Gruñó una vez acabó con el lobo. {Nadie se entrometa, son todos míos} Los miró a los ojos, solo matando puede controlar la ira y tristeza que siente.
Nadie intervino, todos miraron desde atrás como el alfa oscuro se ocupa de los cuatro lobos que le dan un poco de batalla al estar dominados por su parte animal. Tanok no se detuvo a pesar de las heridas que le habían hecho, todos supieron que se las dejó hacer a propósito para sentir dolor más que en su corazón y alma.
―Esto no puede seguir así. ―El beta lo miró al retomar su forma humana. ―Debe controlarse, alfa, o de lo contrario puede salir algo mal. ―Tanok no le hizo caso siguió su camino, deben terminar de patrullar. Esos salvajes ya atacaron a una jovencita y por poco abusan de ella, también han estado aterrorizando otras aldeas que no son lo suficientemente fuerte como ellos.
Al llegar a la manada, Tanok fue el único que llegó en su forma lycan, a sus hijos parece gustarle cuando él está transformado. Aprovechando que Enola está con sus hijos disfrutando del día soleado, se acercó a ella.
―No me gusta que te acerques cuando estás lastimado. ―Lo repudió como siempre. ―¿Crees que lastimándote de esa manera haces bien? ―Lo miró con seriedad, confundiendo a Tanok como siempre, ella todo el tiempo lo trata mal y después lo reprende por ponerse en riesgo.
{Es mi trabajo} Dijo mirándola a los ojos. {Además, a mis hijos les gusta verme así, sanaré pronto} Enola se sintió furiosa, ¿Por qué tiene que ser una bestia sin razonamiento?
―Si vuelves a visitar a nuestros hijos de esa manera. ―Colocó la mano en la frente del lobo. ―No permitiré que los veas, no quiero a un suicida como figura paterna de mis bebés. ―Al sanarlo lo soltó. ―Es mejor que tomes tu forma humana. ―Tanok obedeció, se convirtió en humano, quedando totalmente desnudo frente a Enola. ―¡No pudiste marcharte a donde tenías ropa y después venir! ―Rápidamente lo vistió con magia, todas las chicas no dejan de mirarlo con mejillas sonrojadas.
―Me pediste que lo hiciera, yo solo obedecí. ―Actuó como el insufrible que es. ―Después dices que no obedezco tus órdenes y quieres castigarme, ¿Quién te entiende cachorrita? ―Enola se sintió demasiado furiosa, no siente más que rabia por ese hombre y lo detesta cada día más. ―Eso, mátame con tus pensamientos porque solo así puedes hacerlo, no podrías vivir sin mí.
―¿Quieres probar? ―Ladeó la sonrisa. ―No sabes cuanto te detesto Tanok Nukak, si supieras que toda esa humillación no hace más que darme risa, te hubieras dado por vencido desde hace mucho. ―Tanok miró sus ojos por unos segundos y después desvió la mirada, es realmente patético. Todos se lo han dicho, ella es una deidad, por supuesto que no estará con él, pero sigue de tonto.
―Ven aquí, cielo. ―Tomó en brazos a su hija. ―Están realmente enormes. ―Sonrió enamorado de la miniversión de su mujer. ―¿Qué sucede, amor? ¿Estás molesta con papá? ―La niña inició a hacer pucheros. ―No te enojes con papá, solo estaba ocupándome de algunos chicos malos, ¿No te gusta que proteja a nuestra gente? ―Inició a besarla hasta que la calmó del todo. ―Esa es mi niña preciosa. ―Sonrió lleno de felicidad al ver a su hija relajada como casi nunca.
―Hoy tengo que ir a la manada vecina. ―Suspiró, no pensaba decirle nada, pero su boca soltó las palabras antes de que su cerebro procesara la situación. ―Iré con algunas de las ancianas y las brujas.
―¿Tanto entrenamiento te está haciendo daño? ―Preguntó sorprendido, ella jamás le dice nada de lo que hará ni establece una conversación que no sea para insultarlo y recordarle cuanto lo odia.
―Eres un animal. ―Gruñó alejándose de ella, Tanok rápidamente la detuvo agarrándola por el brazo con delicadeza.
―Lo siento. ―Susurró. ―Pero no puedes culparme, ha sido mucho tiempo de constante dolor y se me ha hecho extraño. ―Enola lo miró a los ojos y se soltó.
―No vuelvas a tocarme. ―Inició a caminar nuevamente. ―Los niños quedarán a cargo de las cuidadoras. ―Tanok miró a sus bebés y resopló. Él siempre la sigue para protegerla si pasa algo y lo único que obtiene son gritos.
―Pienso que deberías quedarte en la manada, no es seguro que estés por ahí a como están las cosas. ―Enola por supuesto, no lo escuchó, siguió su camino y lo ignoró sin remordimientos.
―Me enteré de que saldrán nuevamente. ―Ikal miró a sus hermanos y después a su padre. ―He escuchado a Katriona hablar con Kato. ―Ladeó la sonrisa. ―Esos dos parecen llevarse muy bien. ―Tanok miró en la dirección que mira su hijo, ver como Kato sonríe con Katriona le dio gracia.
―Él lo hace para llamar la atención de Enola. ―Dejó a la bebé en el cochecito. ―Pero ella no siente nada por él, lo sé bien… Enola no ama a ese hombre. ―Ikal mordió sus labios, su padre está muy cegado por el amor que le tiene a esa mujer.
{No estorbes, miserable} Le gruñó de vuelta quitándolo de su camino, hay mucho por hacer y no tiene tiempo para perderlo con él.
Enola trató de ayudar, pero la preocupación de que le pudiera pasar algo a las ancianas por estar tan cerca de ella, la limitó en todos los sentidos, no le quedó más que confiar en su alfa y los demás guerreros para salir bien librados de ese ataque.
Los lobos se enfrascaron en una intensa pelea que terminó con la manada BloodMoon como ganadores, los heridos fueron mínimos, así que no hubo problemas para volver a la manada. Tanok estaba tan furioso que no dejaba de mirar con intensidad a esa mujer necia que tiene como pareja.
―Si estás aquí para echarme en cara que tenías razón, te puedes marchar. ―Intentó salir de la habitación, pero Tanok no se lo permitió.
―¿Cuándo te darás cuenta de que solo trato de protegerte? ―La miró con seriedad, está realmente disgustado con ella. ―¡Pudieron hacerte daño, Enola!
―¡Soy la Diosa! ¿Qué tanto me podrían hacer? ―Se burló de él.
―Tienes el cuerpo de una humana, un cuerpo que fue incinerado y no dominas tu poder porque no puedes recordar cómo. ¿Cuándo dejarás ese orgullo? ¡Entiende que lastimarme de esta manera es solo una bajeza! ¡Yo siempre te voy a proteger sin importar nada!
―¡¿Entonces por qué no me protegiste así antes?! ―Gritó con lágrimas en los ojos. ―¿Por qué me hiciste pasar, por tanto? ¿Por qué dudaste de mí, justo en el momento que mi tonto corazón decidió amarte para siempre? ¿Por qué me fallaste cuando finalmente creí que sería feliz?
―¡Por tonto! ―Gritó frustrado. ―Por dejarme llenar la cabeza de tontería, por no hablarte y contarte mis sospechas… por no saber hacer las cosas. ―La miró a los ojos derrotado. ―No sabía lo que era tener una luna, no podía controlar todo lo que sentía. Nada es como tú crees, te dejé en ese calabozo por el hechizo, pero aún así enfrenté al consejo para que te dejaran vivir y a mi lado, Enola… ―El beso lo descuadró, pero rápidamente reaccionó y lo correspondió.
―Te odi0, te detest0 tanto. ―Tanok volvió a besarla con ese fuego que ella despierta en él. Ahora está seguro de que esa mujer lo ama.
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