Enola por primera vez desde que despertó, se dio cuenta de que lo que sentía en su corazón no era más que deseos, porque el hombre del que se enamoró, sin saber nada de él, resultara igual de dolido que ella.
Aquel beso descarado no hizo más que elevar su libido, lo deseaba, la tentaba y la llevaba a cometer el mayor error de su vida, es lo que ella pensaba, pero la verdad es que no quería despegarse de él.
―Yo te amo, pequeña cachorrita. ―Le dejó en claro. ―Puedes pretender aborrecerme todo lo que quieras, pero yo seguiré dispuesto a soportarlo todo por tu perdón. ―La miró a los ojos. ―Por eso te pido que solo te dejes llevar por mí y me des la oportunidad de redimirme. ―Enola lo miró a los ojos, sería una hipócrita si se negara a eso.
Ella realmente estaba dolida por todo lo que había vivido, pero al alfa más temido no le importó aparentar debilidad cuando se trataba de ella, a él no le interesó su maltrato ni desprecio, siempre estuvo ahí para ella sin importarle nada.
―Tendrás tu redención, alfa. ―Jadeó al caer en la cama. ―Pero ahora solo quiero tenerte dentro de mí. ―El corazón de Tanok dio un violento latido y el calor de su cuerpo, ya elevado, se salió de control.
Desnudó a su mujer con esa bestialidad de la que es dueño y al tenerla completamente desnuda, la admiró detalladamente. Había visto ese cuerpo incontables veces y ni aun así dejaba de embobarse con cada detalle.
―Todos estos meses recibiendo de ti no más que humillaciones. ―Paseó el dedo índice por el vientre de su mujer. ―Dolor y celos. ―La miró a los ojos con los suyos plagados en deseo. ―Me han hecho entender una cosa. ―Se echó sobre ella para hundir su erección en la feminidad de su mujer. ―Jamás me daría por vencido cuando se trata de ti. ―Besó sus labios. ―Preferiría morir a perderte y dejarte atrás. ―Enola temblaba por el hambre que tiene de él. ―Para todos eres no más que la Diosa Luna, pero para mí eres mi pareja, mi mitad, mi luz y mi guía. ―Sacó sus colmillos lobunos. ―Y aunque no puedas ser marcada porque no puedes tener una pareja destinada, yo te volveré a marcar porque considero que eres mía. ―Enola gritó al sentir la mordida en su cuello, el dolor fue igual de fuerte que la primera vez y su alama reaccionó de la misma manera, pero esta vez lo pudo soportar sin perder la consciencia.
―Eres una bestia. ―Gruñó más que excitada. ―Y eso me encanta. ―Inició a desnudarlo con desesperación, esa mordida no ha hecho más que encender un volcán en ella, ama que su hombre la vea como su pareja y no como una deidad. ―¿Por qué tardaste? ―Le reclamó mirándolo a los ojos una vez se colocó sobre él. ―¿Por qué no tomaste lo que querías? ¿Por qué no reclamaste lo que te pertenecía?
―Aaarrrggg. ―Tanok gruñó al sentirse atrapado por su humedad. ―J0der… ―Apretó las manos en sus caderas. ―No tomé lo que quería a la fuerza porque era necesario que pagara todos mis errores. ―Enola besó sus labios para callarlo, es más tonto de lo que ella pensaba.
¿Por qué no se dio cuenta de que solo sufrir no era suficiente? Tenía que esforzarse mucho más por recuperarla, tenía que insistir con más firmeza, justo como lo hizo esta vez.
Los gruñidos de Tanok se mezclaron con los gemidos de Enola, cada roce, cada empuje, cada beso y caricia fue un festín de sensaciones. Todo en ellos ardió hasta el punto de ser consumidos por la lujuria y la pasión.
Nada de lo que habían sentido antes con otras personas se compara con lo que sienten al estar uno con el otro. El simple hecho de que son el uno para el otro lo cambia absolutamente todo.
Tanok nalgueó a su mujer con fuerza, tenerla en cuatro patas y arremeter contra ella es lo mejor que ha experimentado en su vida y no importa cuantas veces ya lo haya hecho, el placer es igual de delicioso que la primera vez.
―¡Tanok! ―Chilló por el fuerte estrellón que le dio con la pared. ―¡Por los Dioses! ―Se aferró a los hombros de su alfa, no ha dejado de embestirla sin piedad, él no se contiene ni un poco. ―Amor. ―Miró los ojos brillantes de su hombre y no pudo evitar besarlo con afán, con ganas de fundirse en él.
―Caraj0s. ―Tanok gruñó al sentirse empapado por los fluidos de su mujer, la ha hecho correrse a su placer y le encanta que ella se lo entregue todo. ―Ven aquí. ―Alzándola, la obligó a pasar las piernas por sus hombros y una vez la tuvo donde quiso, hundió la cara entre las piernas de su luna y la devoró, él bebió cada gota de elixir hasta dejarla completamente limpia.
―Tanok. ―Enola gimió con fuerza, Tanok la domina como si fuera una muñeca, ahora está de cara contra la pared recibiéndolo de pie. ―Aaahhh, sí… sí… ―Soltó un grito por la deliciosa explosión que sacudió todo su cuerpo.
―Aaarrrggg. ―Tanok no lo pudo contener más y también se corrió en lo más profundo de su mujer, sentir como sus fluidos se mezclan con los de ella fue la mejor sensación del mundo como siempre. ―Deliciosa. ―Le lamió el sudor de la espalda. ―No vuelvas a dejarme sin ti, te lo suplico. ―Enola abrió a los ojos y giró la cabeza.
―Entonces no me lastimes nunca más. ―Con su ayuda, le dio frente, sus piernas no sirven, está demasiado débil por tanto sexo. ―Si vuelves a hacerme vivir un infierno como el que pasé, juro que me iré muy lejos de ti, ¿De acuerdo? ―Tanok la miró a los ojos sin parpadear, su corazón late con fuerza y su lobo no deja de aullar inquieto en su interior. Finalmente, tiene a su luna de vuelta, después de tanto sufrir la tiene entre sus brazos, desnuda y llena de sus fluidos.
―Si Kato se vuelve a acercar a ti, le arranco la cabeza. ―Enola rodó los ojos, no sería él si no actuara como una bestia. ―Ven aquí. ―La tomó en brazos y se dirigió al baño. ―Hoy haremos una ceremonia. ―Enola lo miró asombrada. ―Quiero que seas mi esposa, eres una Diosa, lo sé, pero quiero que seas mía por completo. ―Besó su frente. ―¿Me darías la bendición de casarme contigo, mi Diosa? ―Sonrió al ver la sorpresa en los hermosos ojos de su mujer.
―Tanok…
―¿Por qué lo perdonaste? ¿Ya se te olvidó por todo lo que te hizo pasar? ―Enola no apartó la mirada de los ojos furiosos del lobo. ―¡Él te traicionó, Enola!
―Y fue gracias a ti. ―Lo calló. ―Escúchame Kato, el primer culpable, fuiste tú, me utilizaste para actuar en contra de tu enemigo. No se me olvidará jamás todo lo que he vivido, sé perfectamente lo que Tanok me hizo pasar, pero sé que la decisión de sufrir también fue mía, él lo dejaría todo por mí, dejaría a Katriona sin importarle nada y yo me dejé llevar por mi odio. ―Sonrió. ―Es el padre de mis hijos, es mi pareja, Kato.
―¡Eres una deidad, no puedes tener una conexión con alguien! ―Enola respiró profundamente.
―Es cierto, pero yo puedo tomar la decisión de tenerla. ―Dejándolo más furioso, se marchó para prepararse, ahora no le importa nada más que estar junto a su lobo y sus cachorritos. Confía en Tanok y sabe que él la amará incondicionalmente.
Reino De Los Dioses
La corte miró a los guerreros de alto nivel, las cosas no pintan bien y deben terminar con todo antes de que el caos llegue a cada rincón del mundo y ya no se pueda solucionar el problema por ser tan grande.
―Deben traerla de vuelta. ―Ordenó el líder. ―La Diosa Luna no puede seguir entre los mortales, es nuestra oportunidad para traerla a casa y darle un castigo.
―Ya han sido muchísimos milenios. ―Suspiró otro de los miembros. ―Vayan al plano terrenal, encuéntrenla y captúrenla.
―Si les pone las cosas difíciles. ―Una de las mujeres sonrió. ―Deben asesinarla. ―Todos la miraron, pero no cuestionaron nada.
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