Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 22

Nunca se había visto a una pareja tan poderosa y perfecta, Enola y Tanok son la pareja líder más respetada de todos los tiempos. La manera de gobernar de ambos es excepcional y todo el mundo sobrenatural se siente en paz y protegidos.

Tanok, desde que se casó con su mujer y la presentó como la luz de su vida, no ha dejado de proteger, mimar y demostrarle a su pequeña cachorrita que por ella lo haría y lo soportaría todo.

La noticia llegó a cada rincón del mundo sobrenatural y así como había personas felices, también había esos que deseaban acabar con Tanok. Ser la destinada de Tanok Nukak era realmente peligroso, pero que esa destinada sea la mismísima Diosa Luna lo empeoraba todo.

Enola por su parte es realmente feliz, finalmente siente que la vida la está recompensado. A pesar de ser una deidad, ella ha sufrido cosas realmente horribles y que ahora le vaya mucho mejor, la pone eufórica de la felicidad. Tanok es todo lo que ella deseaba en un hombre y ahora odia mucho más a Katriona, si tan solo no se hubiera entrometido con sus trampas, no hubiera pasado esa difícil prueba con su lobo testarudo.

―Vengan aquí. ―Los cachorros, al ser hijos de Enola, pueden convertirse en lobos cuando quieran debido a su poder. ―Desde que cumplieron los seis meses no dejan de convertirse. ―Enola tomó a su hija en brazos, es una lobita blanca con ojos violetas. ―Eres preciosa como loba. ―La niña inició a reír y retomó su forma humana.

―¿Qué es todo esto? ―Tanok quien acaba de llegar después de un patrullaje, entró a la sala con sus dos hijos convirtiéndose en lobos y después en humanos. ―Hay que tener cuidado, pueden escapar. ―Besó los labios de su mujer.

―No sé qué más hacer con ellos, son tan difíciles como tú. ―Sonrió. ―¿Cómo ha ido el patrullaje? ―Se interesó, ella también los hace, pero decidió quedarse con sus hijos esta vez.

―Están todos descontrolados. ―Resopló. ―Nos han llegado algunos rumores, hay vampiros cerca del reino Lycan, eso no es bueno. ―Enola se preocupó al instante. ―Tendremos que hacer alianzas con otras manadas, hay que cubrir todo el terreno que podamos. ―Tanok enarcó la ceja al verla tan pensativa, gracias a la conexión que ella permitió, su relación es tan normal como cualquier otra. Él puede sentir todo lo que ella siente. ―¿Qué sucede, cachorrita? ―Enola se vio obligada a salir de sus pensamientos y sonreír.

―No es nada, estaba analizando la situación, es todo. ―Se sentó a su lado después de poner a su hija en el piso.

―Qué mala eres mintiendo, nena. ―La abrazó. ―No deberías preocuparte, sabes que te protegeré de cualquier cosa, si tú no puedes lastimar a los demás, yo sí puedo. ―Enola sonrió, ese hombre es de temer, es muy peligroso.

―El equilibrio está cada vez peor. ―Mordió sus labios. ―Me temo que pronto será un caos, debería borrarme la memoria o pedirle a la bruja principal que oculte mi poder y me haga olvidar quién soy, de esa manera no tendría que olvidar las cosas por completo.

―No estoy de acuerdo con eso. ―Tanok la miró con seriedad. ―Otros dioses han bajado al plano terrenal y no veo que las cosas salieran mal.

―No soy como los otros dioses. ―Frunció el cejo recordando a sus hermanos. ―Yo soy una deidad por la que se sienten atraídos, yo les doy la fuerza a los seres sobrenaturales, todos se ven con la necesidad de mantenerme cerca, ¿Lo entiendes? Todos los ataques han aumentado, los salvajes han incrementado sus fuerzas y ni hablar de cuantas veces hemos tenido visitas no gratas. ―Tanok besó su cabeza.

―Mientras estés a mi lado, yo haré lo que esté en mis manos para que seas feliz. ―La miró a los ojos. ―Daré todo por verte sonreír siempre. ―Enola sonrió.

―Vale, no me comeré la cabeza con tantos pensamientos y preocupaciones. ―Dio un largo suspiro. ―Kato pidió verme hoy. ―Tanok se puso serio al instante. ―No te pongas así, desde la última vez que hablamos, no nos hemos visto, él solo quiere disculparse conmigo.

―Muy tarde, quería arruinar nuestra ceremonia, ¿Acaso lo olvidas? ―Enola sabía que se enojaría, pero deseosa de que la entendiera, lo obligó a mirarla.

―Los humanos tienen una creencia, si no hay dramas en una boda, esta sería un fracaso total. ―Agrandó la sonrisa. ―Kato nos dio ese drama y gracias a él tendremos muy buenos recuerdos. ―A Tanok no le causó gracias, el hombre se emborrachó y gritó a todo pulmón que estaba enamorado de Enola, por ese acto tan deshonroso para él, tuvo que patearle el trasero y echarlo de la manada.

―Estaré presente, no confío en ese hombre, ¿Estamos? ―Se puso en pie. ―Iré a ocuparme de algunas cosas, tengo una junta con el consejo. ―Tomando a sus cachorros en brazos, los besó hasta enojarlos. ―Nos vemos más tarde. ―Se despidió de su luna con un beso en la frente.

―Katriona. ―Llamó a su esclava. ―Prepárate, iremos con las ancianas.

―Sí, mi luna. ―Hizo una reverencia y salió de la sala. Desde que Kato se fue ya no tiene con quién hablar, todos la evitan y la repudian de una manera que la hacen sentir como una basura.

―Diosa Luna. ―Uno de los guerreros entró a la sala en compañía de Katriona. ―El consejo llama por usted, es realmente urgente, no pueden esperar. ―Enola miró a sus hijos, las cuidadoras no están y necesita marcharse.

―Hay que hacer correr la voz. ―Ordenó Enola. ―Tenemos que prepararnos desde ya, algo me dice que la situación es demasiado preocupante, más de la que pensamos. ―Algo en ella inició a sentirse extraño.

―Diosa, alfa. ―Una de las cuidadoras irrumpió en el lugar. ―Deben venir, rápido. ―Enola con el corazón acelerado, siguió a la mujer hasta la cabaña.

―¿Qué le sucede? ―Tanok tomó a su hija en brazos. ―Tiene mucha fiebre, ¡¿Por qué mi hija tiene fiebre?! ―Preguntó en un grito mirando a las mujeres de esa manera intimidante que las congela.

―N… no lo sabemos. ―Susurró una de ellas. ―De pronto inició la fiebre y el llanto vino poco después. ―Tanok trató de calmar a su hija, pero nada le hacía parar de llorar.

―Dámela, trataré de sanar lo que sea que le esté pasando. ―Enola tomó a su hija en brazos e inició a sanar su cuerpo. ―Es por dentro. ―Se extrañó.

―Vimos a Katriona con la bebé en brazos, venía de la cocina. ―Le informó una de la cuidadora. ―Dijo que se le había escapado, pero no confío en ella, ¿Qué sucede si le hizo algo a la bebé? ―Enola se relajó al ver a su hija dormida, de ser un bebé normal habría muerto sin problemas.

―Cuiden de ella.

―¿A dónde vas? ―Tanok fue tras su mujer.

―¡Esa maldit4 mujer envenenó a mi hija! ―Gritó sin detener sus pasos. ―Si no hubiera sido mi hija hubiera muerto, esto no se quedará así. ―Tanok no la detuvo, se mantuvo al lado de su mujer, si ella no la mata él mismo lo hará como debió hacerlo desde el inicio. ―¡Katriona! ―Gritó al llegar a la cabaña.

―Alfa. ―Dos guerreros en compañía de Ikal llegaron interrumpiendo lo que estaba por pasar. ―Es Kato, está herido. ―Enola miró a su marido un poco confundida. ―Antes de desmayarse dijo que venían. ―Antes de poder reaccionar, una explosión los hizo volar lejos.

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