Tanok rápidamente fue tras el vampiro, Nahil e Ikal le cuidaron las espaldas mientras los trillizos con su magia le daban la ventaja mientras cuidaban de Kunak quien aún no podía convertirse por su edad.
El salto que Tanok dio fue suficiente para alcanzar al vampiro y arrancarle la cabeza de una mordida, Huilén se aferró al lobo de su padre al verse liberada. ¿Por qué lo estaban atacando? Se preguntó la niña aterrada por todo lo que estaba presenciando.
Criaturas de todas las especies estaban ahí atacándolos como si fueran su peor enemigo, ¿Acaso había hecho algo mal? Las cosas no lucían bien para Tanok y los demás, los superaban en número y por muy fuertes que fueran, era demasiado para ellos.
―¡Estamos aquí! ―Kato llegó con un ejército de guerreros y algunas hechiceras. {Ahora todo se nivela} Inició a atacar como si no hubiera un mañana, los más ancianos tenían razón, ellos estaban en peligro.
La batalla rápidamente se inclinó al lado de los buenos y la intensidad bajó. Tanok miró a sus hijos y nieto, el verlos bien lo calmó, por un momento pensó que todos perderían la vida en ese momento.
―Finalmente sirves para algo. ―Tanok se paró frente a Kato. ―No eres tan inútil después de todo. ―Kato ladeó la sonrisa, nunca se llevarán bien.
―Y tú no eres tan invencible como lo creía. ―Lo miró con desdén, pero sin borrar su sonrisa. ―Sé que odias a los humanos, pero será mejor que se queden en ese mundo, aquí los cazarán con insistencia. ―Se puso serio. ―Deberán vivir del otro lado para evitar que las criaturas vayan tras de ustedes. ―Tanok asintió, lo mismo pensó al verse atacado, es como si desearan su muerte y la de sus hijos a toda costa.
―Te dejó a cargo del reino Lycan. ―No le hacía ninguna gracia dejar su hogar, pero su familia está antes. ―Nahil, no estás obligado a seguirme, en el mundo humano no seré un alfa. ―El beta se mantuvo impasible.
―No me interesa, soy responsable de lo que ha pasado, no dejaré de seguirlo. ―Tanok asintió.
―Niños, es hora de marcharnos. ―Los cuatro críos obedecieron la orden de Tanok.
La caminata por la montaña no fue difícil, los niños estaban bien al estar juntos y disfrutar la naturaleza, como lobos que son la batalla no fue más que una experiencia y ya está. Al llegar a una carretera, los niños fruncieron el ceño, ¿Qué era eso que estaban viendo?
―¡Corran! ―Gritó Tahiel al ver el objeto acercarse a gran velocidad, ¿Qué clase de hechizo era ese?
―Tranquilo. ―Tanok logró agarrar a su hijo y detener a los otros tres. ―Ese es un auto, los humanos los utilizan para trasladarse. ―Les explicó. ―De esa manera llegan más rápido, es como cuando nosotros tomamos nuestra forma Lycan. ―Tahiel siguió el auto con la mirada hasta que este desapareció.
―Es muy extraño aquí. ―Susurró Huilén. ―No me gusta papi, hay muchas de esas cosas. ―Tanok la tomó en brazos, sin duda será muy difícil para ellos adaptarse, incluso para él y Nahil, quien nunca había estado en el reino humano.
―¡Por el amor de los Dioses! ―Nahil señaló el cielo. ―¿Qué Dios es ese? ―Ikal miró el avión pasar y cerró los ojos con fuerza.
―Es un avión, inútil. ―Le gruñó. ―Escúchenme bien. ―Los miró con seriedad, no quiere pasar vergüenza. ―El mundo humano es muy distinto al sobrenatural, en este mundo hay enormes edificios en vez de árboles, las personas visten y huelen raro, el ruido es infernal y todos son débiles, así que se asustan de lo que no conocen. ―Miró a su padre. ―Esto no es como las montañas donde solías estar, en la ciudad no son como esos lugareños que conociste. Deben tratar de comportarse como ellos, no sobresalten… ―Los miró y cayó en cuenta, sus ropas son de la tribu, sus cabellos son característicos de su hogar. ―Lo primero que haremos es cambiarnos esta ropa.
―¿Por qué? ―Cuestionó Tanok. ―Me gusta mi ropa, con esta puedo pelear bien. ―Ikal quería volverse loco, no le pasó ni por un segundo lo que pasaría al estar con ellos ahí.
―¿Saben qué? Hay que ir por Enola antes, ha de estar aterrada en este mundo desconocido para ella. ―Tanok asintió, su hijo será la guía en adelante y deberá seguirlo a donde vaya.
No fue difícil para Tanok sentir a su destinada ni para los niños saber donde estaba. A Ikal le preocupaba que hubiera más que vampiros, pero el saber que a ellos les encanta la gloria, se quitó esa posibilidad de la cabeza.
{Papá, lo logramos, hemos sacado a mi madre} Comunicó Tahiel una vez se convirtió.
Tanok quien estaba peleando con cinco vampiros, miró a su beta y a su hijo, estos al comprender que lo habían logrado, siguieron peleando hasta que el fuego amenazó con sofocarlos, solo entonces escaparon dejando encerrados a los vampiros gracias al poder de sus hijos.
Enola al ver al enorme lobo negro con ojos celestes brillantes y esa cicatriz cruzando su cara, corrió a él lo más rápido que pudo y lo abrazó, no dudó ni por un segundo de que la rescataría y ahora ahí está, frente a ella.
―Lo lograron. ―Susurró antes de desmayarse, las torturas fueron demasiado para ella y usar su poder con un cuerpo tan debilitado le pasó factura.
―Hay que irnos. ―Ikal retomó su forma humana. ―Desde ahora seremos como humanos, los niños irán a la escuela y nosotros trabajaremos. ―Resopló. ―Ahora agradezco haber llevado el imperio que tú iniciaste aquí. ―Miró a su padre. ―Por lo menos seremos gente importante.
―Esto no me gusta para nada. ―Nahil se quejó. ―Los humanos son extraños, ¿Cómo pudiste vivir entre ellos y acostarte con humanas? ―Descompuso el gesto.
―Tienes que adaptarte, Nahil, no pienso pasar vergüenza por ti. ―Lo miró con gesto duro. ―Padre, tendrás que hacer lo que menos te gusta. ―Lo miró. ―Llamar la atención, todos deben saber que el gran Tanok está de vuelta.
―Por algo te di a dirigir el negocio. ―Frunció el ceño. ―No tolero a los humanos, tú puedes seguir solo.
―¿En serio? Sabes perfectamente que te verán por ahí y te reconocerán. ―Ikal rascó su cabeza, las cosas serían más difíciles de lo que pensó, en el mundo humano hay prensa, chismes y no dejan de perseguir a las personas con dinero. ―No nos quedaremos aquí. ―Los miró a los dos. ―Nos iremos del país, es lo mejor para todos, así podremos iniciar desde cero sin que nadie nos reconozca. ―Resopló. ―Lo siento niños, dejaremos nuestro hogar muy atrás. ―Tanok miró a su cachorrita entre sus brazos, solo espera que ella también se pueda adaptar.
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