Complicaciones
«Tu madre ha sido arrestada…»
«Tu madre ha sido arrestada…»
Blake alejó el móvil de su oído y miró la pantalla del aparato, frunció el ceño.
¿Arrestada?
—¿De qué mierd4 estás hablando? —gruñó al volver el móvil a su oído.
—Tu madre se ha metido en problemas, tienes que venir —dijo con urgencia la voz al otro lado de la línea.
—¿Problemas?
—Sí.
Blake se mesó el cabello con frustración, arrastró la mano sobre su rostro; él no necesitaba este tipo de complicaciones ¡No ahora!
—¿Blake? ¿Estás ahí, Blake?
—Sigo aquí, Morgana —respondió casi de mala gana.
—¿Vendrás?
—¿Qué fue lo que hizo esta vez? —preguntó en vez de responder.
El silencio al otro lado de la línea le indicó que su madre se había metido en algo serio, muy serio. Morgana no era una mujer que se fuera por las ramas y le soltaba las cosas tal como al principio de esa llamada.
—Morgana…
—Tu madre quiso hacer una buena obra y ayudó a una anciana con su bolso… —se detuvo.
Blake estaba perdiendo la paciencia.
—A nadie llevan presa por ayudar a una anciana a cargar un maldito bolso, habla de una puta vez o terminaré la llamada y no moveré un solo dedo para ayudarla —amenazó.
—El bolso tenía tres kilos de droga…
—¿Qué?
—No me grites, no tengo la culpa de que tu madre quiera ser amable con todo el mundo, ella se ofreció y no pude evitarlo, Blake, ya sabes cómo es…
Blake Cameron estaba a punto de sufrir un paro cardiaco allí mismo, su madre no era mala, ni siquiera era una mujer que provocara escándalos, pero a veces se pasaba de amable y terminaba así justo, así como ahora.
¡Presa por ayudar a una anciana con tres kilos de droga!
—¿Vendrás?
—¿Puedo decir que no? —preguntó con ironía.
—No…
—Entonces no preguntes —dijo cerrando la llamada.
Blake golpeó el volante con fuerza, puso el auto en marcha mientras se comunicó a la clínica para cancelar la cita con el médico.
El magnate manejó a casa de su primo, necesitaba tener a Larry al tanto de todo y pedirle un par de favores. Él no sabía cuánto tiempo iba a estar fuera del país, esperaba que el asunto de su madre se resolviera con prontitud o se volvería loco.
—¿Qué estás diciendo, qué? —gritó Larry tras escuchar las palabras de Blake.
—Mi madre está presa en Barcelona.
—¿Qué fue lo que hizo?
Blake puso los ojos en blanco y le contó la buena obra de su madre.
—¡Mierd4, son tres kilos!
—Lo difícil será probar que no tiene nada que ver con eso.
—¿Llevarás a Scott?
—No, llamaré a un amigo, espero que pueda ser mi abogado o que me recomiende uno bueno, necesito ir y venir.
—¿Cancelaste con el urólogo?
—Sí, saliendo de aquí voy directo al aeropuerto.
—Iré contigo.
—¡No! —gritó.
Larry enarcó una de sus cejas.
—No es necesario que me acompañes a Barcelona, prefiero que te quedes aquí al frente de los negocios.
—Bien, creo que tiene lógica —dijo Larry luego de analizar la situación por unos segundos.
—Sí, además necesito que vigiles a Hope.
—¿Qué?
—Necesito que la vigiles y averigües qué tan seria es su relación con James.
—¿Pretendes que me vuelva el niñero de tu ex?
—No, no es mi ex, es mi esposa.
Larry puso los ojos en blanco.
—Estás enloqueciendo, Blake, un día ella es tu ex, al otro tu esposa, ¿quieres que vuelva a ser tu mujer? —preguntó con burla.
Blake lo miró, la respuesta llegó de manera instantánea, pero no se atrevió a responder.
—Haz lo que te pido y te prometo que voy a compensarte —dijo Blake golpeando la rodilla de su primo mientras se ponía de pie.
—Haré lo que pueda.
—Harás más que eso, si quieres ir a la cena de gala del próximo fin de mes.
Blake la miró y la deseó para sí, aquella noche prometió captar la atención de Hope Morgan y consiguió acercarse a ella, cuando chocaron por accidente.
—Lo siento —había dicho ella con un ligero sonrojo en las mejillas.
—No te disculpes, ha sido mi culpa, no vi por donde caminaba —refutó rápidamente el magnate.
—Sin embargo…, he sido yo quien te ha vaciado la copa de vino en el traje —susurró.
Blake había estado tan embelesado que no se fijó en ese pequeño accidente.
—Está bien, sigue siendo mi culpa.
—Eres muy amable —dijo la joven.
—Soy Blake Cameron —se presentó el magnate.
—¡El producto de una de las películas más galardonadas del día de hoy! —exclamó la mujer realmente impresionada.
—Eso me temo.
—Encantada, soy Hope Morgan.
—¿Actriz? —tanteó él conociendo la verdad.
—No, viene ocupando el lugar de mis padres, tenían otros compromisos, así que…
—Fue cosa del destino, Hope…
—¿Perdón? —la chica pareció confundida.
—Que ha sido cosa del destino que estemos hoy aquí.
—No lo sé, quizá —pronunció ella mirándolo a los ojos.
—Ya lo creo que sí, hoy tenía que volar a Canadá, la reunión se canceló antes de que pudiera tomar el vuelo y aquí me tienes.
Ella le había sonreído y entre conversación pasaron el resto de la velada, Blake la había perseguido desde ese día y cuando finalmente ella aceptó salir con él a cenar, el mundo del magnate dio un giro de ciento ochenta grados.
Hope Morgan era una mujer de la cual no podía tener suficiente, todo el tiempo tenían un tema de conversación, nunca se aburría, pero lo mejor fue el visto bueno que Daniel Hope le dio como futuro yerno.
Fue así como llegó aquella noche romántica entre ellos, el día que Blake le pidió ser su novia. Era la primera vez que había perseguido por semanas a una mujer y no le había dado ni siquiera un beso de piquito, pero sentía que Hope lo valía.
—¿Quieres ser mi novia? —preguntó él arriesgándose a tener un no por respuesta; sin embargo, Hope le sorprendió cuando le dio el inminente Sí.
Blake no pudo contenerse más, sin prisa y con calma, una calma que no sentía, tomó el mentón de Hope entre sus dedos y bajó su rostro sobre el rostro de la chica, sus labios se unieron en un beso que fue lo más parecido a una caricia. Primero fue tierno y dulce, antes de sentir que la pasión se abría paso a través de su cuerpo con la fuerza de un volcán».
Blake abrió los ojos al sentir que le tocaban el hombro, era la azafata del vuelo y él solamente había estado soñando, se llevó una mano a los labios y volvió a pensar en Hope y Matthew.
—Hemos llegado, señor —dijo la mujer.
Él asintió, esperaba que el asunto de su madre no le llevara mucho tiempo, él ya estaba impaciente por volver…
Blake bajó del avión para encontrarse de cara con Diego Álvarez, su amigo y también el abogado que se encargaría de sacar a su madre de prisión.
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