Alaia
Nos acercamos a la casa buscando dentro de ella, pero todo lo que puedo ver es humo y el agua de las mangueras que los bomberos usan para apagar el fuego.
—Mami, ¿Ik? —dice Noah y mira a todos lados.
—Volverá pronto —le digo sintiéndome preocupada, más preocupada de lo que podría llegar a imaginar.
—Señorita, la hemos buscado, pero no lográbamos encontrarla —Gus camina hacia nosotros.
—Estaba ayudando a recoger lo poco que las chicas pudieron recuperar —explico y miro a mi prima.
—Sigan ayudando a las mujeres, vean que todas suban al autobús y si alguna de ellas o los niños están heridos, asegúrense que todos hayan sido llevados al hospital —ordena mi prima y él asiente.
—Les dije que habías salido de la casa, sabía que intentarían sacarte de ella si se enteraban de que fuiste por nuestra niña —dice Ash y asiento —, cuanto tratan —dice Ash mirando a la casa, a la puerta para ser exactos.
Los segundos pasan y seguimos esperando a que salgan todos, Nick, Will, Jenn y su bebé.
—Madre mía, me he lastimado las manos —por fin volvemos a escuchar la voz de Tino, quien parecía estar en shock—, esto ha sido de película, estuve a punto de morir — dice afligido, vuelve a mirar sus manos y nosotras nos fijamos en estas, ya han curado los cortes que se ha hecho.
—Estás bien, cariño, lo importante es que salieron bien y que cuidaste bien a cariñita —Ash acaricia su mejilla y Tino se ve lleno de emociones.
Después de aproximadamente cinco o seis minutos que me parecieron mucho más largos, vemos a los bomberos salir junto a Will que sostiene un pequeño bulto y Nick quien trae a Jenn, los llevan a una de las ambulancias, son atendidos de inmediato y decidimos esperar a que nos den un reporte, ambos hombres se han quitado sus blazer y las camisas, llevan unas camisetas blancas, están mojados, sucios, Nick tiene un largo corte en la parte superior del brazo.
Los tres nos quedamos mudos mirándolos.
—¡Hostia!, ¿están mirando lo mismo que yo? Esos dos hombres destilan testosterona por cada uno de sus poros, han salido cuál superhéroes de esa casa, mirad la forma en que la camiseta mojada se adhiere a sus cuerpos y que los músculos se marcan, ¿habéis visto algo más sexy en toda su vida?
Ash y yo seguimos mirándolos sin decir una sola palabra.
—Mami ¡Ik! —Noah lo señala, este lo escucha y se acerca a nosotros, Will se queda para ver el estado de Jenn y del bebé, el primo de Nick hace una señal y sube a la ambulancia en la que la chica y su hijo son llevados.
—Pero si parece que viene en cámara lenta —dice Tino y admito que tiene la razón.
—¿Estás bien? —pregunto después de un corto silencio en el que he visto lo que ha mencionado Tino.
—Lo estoy —afirma acariciando la mejilla de los niños.
—¿Cómo llegaste aquí?
—Te dije que los estaba buscando y hoy dieron con ellos, vine a llevármelos —señala unos mini autobuses, asiento y no digo nada.
—No tuve nada que ver con esto, Alaia, no voy a negar que Killian sí metió sus manos aquí —admite y pienso en el viejo infeliz, por supuesto que esto tiene su nombre y aunque no quiera reconocerlo debo aceptar que, si Nick no hubiese arriesgado su vida esta tarde, seguiría pensando que él también tenía que ver.
—Haré que investiguen lo sucedido, si tu abuelo tuvo que ver, voy a hacer que pague —digo.
—Estaré en primera fila para ver que lo hagas —menciona.
—Estás sangrando —Ash señala el brazo.
—Vamos a que te revisen —digo caminando hacia donde están todos.
—Tenemos que llevarlos a un hospital, ustedes permanecieron mucho tiempo expuestos al humo —dice un paramédico—, el corte requiere una revisión extra —señala a Nick.
Hacemos lo que pide, le doy toda la información a Alice para que los que no sufrieron daños, sean llevados a la casa, mientras que nosotros vamos al hospital.
El sol cae y es de noche cuando llegamos, somos ingresados rápidamente por varias enfermeras.
—Son unos niños muy valientes —la doctora les dice a mis hijos después de que han terminado de revisarnos e informarnos que todos estamos bien.
Nos permiten irnos, salimos de la habitación y espero a tener noticias de los demás.
Cuando llegamos a la sala de espera vemos a mi madre, mi padre, Elise y Loli.
—¡Hija! —mi madre corre a abrazarme — ¿Cómo están? —me mira de pies a cabeza y se acerca a los niños, los demás se acercan a saludarnos.
—Estamos bien, mamá —digo sonriendo levemente.
—No entiendo por qué fueron a ese lugar —dice levemente molesta.
—Encontramos a Alicia y a las chicas, Killian las llevo a una casa fuera de la ciudad, no sé si el incendio fue provocado —miro a mi padre.
—Lo averiguaremos, cariño, ha puesto en riesgo a muchas personas, incluso a los niños que llevan la sangre de esa familia —me abraza por los hombros.
—Gracias papá, creo que deberían llevarse a los niños, no quisieron comer la comida del hospital, llévenlos a un restaurante cercano, por favor —pido a mis padres.
—Por supuesto que lo haremos, ¿tú no iras? —pregunta mi madre.
—Debo asegurarme de que todo esté bien con las mujeres y los niños que trajeron, Nick también se lesionó salvando a una de las chicas y a su hijo —le digo a mi madre y se sorprende.
—¿Él está fuera de esto?, es nieto de Killian.
—Si mamá lo está, arriesgo su vida por nosotros —le explico después de exhalar.
Nick me mira en silencio y después de unos segundos asiente, subimos al auto y vamos en silencio, Nick pide a su primo que vaya a su apartamento, así que pasamos por el edificio dejándolo.
Una vez estamos en la entrada de la casa de Nick, noto que se le dificulta bajar del auto, salgo de este y le ayudo a bajar, también abro la puerta de la casa.
—¿Estarás bien? —cuestiono antes de dar la vuelta para irme.
—Lo estaré, gracias.
Asiento y me doy media vuelta, pero noto que le cuesta trabajo quitarse la camiseta en su camino al segundo piso, lo pienso durante varios segundos, solo cierro los ojos y espero no arrepentirme de lo que haré.
—Yo… te ayudaré —aclaro mi garganta y se detiene cuando ha llegado al inicio de las escaleras en el segundo piso.
Él se da la vuelta y subo para seguirlo a su habitación.
Entramos y veo que todo está en su lugar, siempre fue muy organizado, deja su teléfono en la mesa de noche y se da la vuelta, me acerco a él y comienzo a levantar su camiseta, es inevitable no ver su torso, miro su rostro y noto que sus ojos están fijos en mí, termino de quitarla y él la toma rozando mis dedos con los suyos, siento un hormigueo en mi mano y la retiro, el hombre frente a mí, lanza la camiseta a algún lado y procedo a cubrir su herida con una banda impermeable.
—No tardaré —dice y entra al baño.
Recorro con la mirada la habitación y noto que el cajón de la cómoda está abierto, me acerco a este y algo brilla dentro llamando mi atención, tomo el portarretrato y veo que es una foto de nuestra boda en las vegas, no podemos vernos más felices, las sonrisas nos delatan, mi mente trae los recuerdos de ese día, no sé cuanto tiempo he estado perdida en mis pensamientos hasta que escucho los pasos dentro del baño, dejo la foto en el cajón y retrocedo alejándome del mueble.
Nick regresa, se ha puesto un pantalón de pijama, le ayudo retirándole la banda.
—¿Te pondrás una camiseta?
—No, dormiré así —mira su torso e imito su acción.
—Debo irme —digo dejando de mirarlo.
—Quédate —menciona acercándose a mí, siento su aliento en mi rostro y percibo que reacciono de una forma inesperada.
—Eso nunca pasará —lo miro a los ojos y atrapa mi espalda pegándome a él, pongo mis manos en su pecho y él mira mi anillo de compromiso.
Los latidos de mi corazón se aceleran.
—¿Lo amas? —cuestiona y me mira a los ojos, me quedo en silencio durante unos segundos, confundida por la respuesta de mi cuerpo.
—Sí —digo con rapidez y me suelto de su agarre, no, no puedo estar respondiendo de esta forma, no por él, no por la persona a la que un día le entregue las llaves de mi corazón y confié en que no lo destruiría, pero lo hizo.
Salgo de la casa y subo al auto.
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