Amante peligroso romance Capítulo 165

-Joaquín, te odiaré.-

Los dedos del hombre temblaron, y aún extendió la mano, secó lentamente las densas gotas de sudor de su frente. Esos ojos profundos parecían ocultar una inexplicable complejidad. Denis no podía entender, pero al tener contacto visual con esos ojos, su cavidad torácica izquierda, que supuestamente tendría el corazón ya adormecido, trasmitió un conocido pero lejano dolor... Apretó los dientes, se sintió desconcertada y arrepentida. Ella debería estar adormecida desde hace mucho tiempo, ¿y por qué le siguió doliendo el corazón solo debido a una mirada suya? Tal y como lo sentía hace unos años.

En la frente, el tacto de sus dedos le quitó suavemente el sudor de la frente...

-¡No me toques!- Denis miró fríamente al hombre que tenía en frente, -Joaquín, te odiaré, y te odiaré por el resto de mi vida. Aunque un día me olvide de quién soy y cuál es mi nombre, nunca olvidaré que te odio.-

Lo dijo entre los dientes, y de palabra por palabra, -¡Denis odia a Joaquín!-

¡Denis, odiaba a Joaquín!

Los ojos del hombre se encogieron violentamente, quería cubrir su corazón, ¡cubrir el dolor desgarrador de allí!

Dejarla ir o hacerla odiarle... Su elección nunca había cambiado, nunca la dejará ir, ¡Ódiale!

Pero cuando ella dijo estas sencillas palabras, “¡Denis odia a Joaquín!”

-Antes dijiste que me amabas, aunque un día no te acuerdes de quién eres, nunca lo olvidarás, amas a Joaquín... ¡Denis, lo dijiste!-

¿Cómo podía retractarse de lo que dijo claramente?

¡Cómo se podía cambiar de lo que ya dijo!

-Ya no me acuerdo.-

El dolor mudo de Joaquín... La miró fijamente.

¿Su empeño y su ansia solo recibió de cambio un “no me acuerdo”?

Nunca había sido tan doloroso.

Incluso cuando ella deseaba desesperadamente escapar de él, el dolor no era tan profundo como el de este momento.

En el corazón, parecía como si se instalara una bomba, y ella, era la mecha, que lo encendió... ¡Bum! Con un sonido, explotó.

Joaquín extendió la mano, los delgados dedos de Joaquín subieron lentamente por su barbilla, su boca, su nariz y sus ojos, ¡de repente, los cubrió!

-No me importa-, dijo la voz profunda con mucha frialdad, -Denis, ¿Quién te crees tu como para decir que me odias? ¿De dónde te ha venido la confianza de que yo, Joaquín, me preocuparé por tus pensamientos?-

Las frías palabras fueron escupidas sin piedad, palabra por palabra, haciendo un daño en su corazón irreparable.

Pero él... ¡no tenía elección!

-Denis, solo me interesa tu cuerpo. No importa lo que pienses en tu interior, guárdatelo.-

Denis escuchó las palabras frías y despiadadas de Joaquín, su corazón todavía inevitablemente se crispó. Sus ojos estaban cubiertos por sus palmas, no podía ver al hombre frente a ella, que tenía los ojos oscuros llenos de dolor incluso estaba a punto de derramar.

En este momento, las complejas emociones en sus ojos se entrelazaron, había arrepentimientos, culpas y peticiones... ¡pero lo que más había era el odio reprimido, odio a sí mismo!

De repente se dio la vuelta y se levantó de la cama, el hombre se inclinó y cogió en brazo a la mujer que estaba en la cama.

-¡Ah!-

De repente, su cuerpo quedó vacío, gritó, -¡Joaquín! ¡Qué quieres hacer!-

-¡Joaquín! ¡Bájame!-

-¡Joaquín! ¡No quiero enloquecerme contigo!-

Sin una palabra, el hombre la cogió en brazos, caminó hacia el baño y la arrojó a la bañera, sus movimientos no fueron suaves, pero realmente no la hizo daño.

-Ya es tarde.- Tirándola a la bañera, los delgados labios del hombre se curvaron en un arco sin temperatura y la miró en silencio, -En esta caza, yo soy el cazador y tú eres la presa.-

Denis, odiaba a Joaquín. Por el resto de su vida, aunque olvidase de quién era, nunca olvidará que lo odiaba... Ya que todo era inmutable, ya que ella quería odiarlo para siempre... ¡Entonces ódialo!

¡Ódialo, ódialo, ódialo!

Es mejor que lo odiase hasta el último momento de la existencia, así sería la cosa que más se alegraría en la siguiente vida de Joaquín... solo porque, si solo existiera esta manera para que puedan estar enredado durante toda la vida, entonces, aceptaría su odio, ¡y encima lo aceptaría con mucho gusto!

Al escuchar eso, la cara de Denis se puso pálida... Sí, quién le dio esa confianza. Para él, ¡ella no era nadie en absoluto!

Joaquín se arrodilló y extendió la palma hacia Denis. La mujer quiso esconderse, pero fue atrapada por él. Levantó la cabeza de repente, sus ojos negros eran profundos, que traspasó a la persona con una mirada, -Por más de 20 años, siempre he conseguido todo lo que quiero.-

Con un sonido nítido, Denis exhaló. Levantó los ojos y lo miró tercamente... ¡este loco! Volvió a mirar su pantorrilla, apareció una huella de cinco dedos en su piel.

-¿No te lo dije? Sé buena y vas a sufrir menos.-

-¡Te odio!-

Ella había mencionado esta frase demasiadas veces hoy.

-Lo que quieras.- Joaquín dejó estas palabras con indiferencia. Se movió para poner el agua caliente, para poder lavarle todo el cuerpo.

-Yo sola puedo.-

Denis extendió la mano e intentó quitarle la toalla a Joaquín.

Pero él lo esquivó con destreza, evitó su mano. Sin una palabra, la lavó lo más rápido posible. Cuando se puso de pie, sacó una toalla de baño del estante con una mano y cubrió todo su cuerpo. Le cogió en brazo con toalla y se la arrojó sobre la cama.

También se subió a la cama rápidamente, ella levantó el pie para poderse ir fuera de la cama y caminó apresuradamente hacia la puerta del dormitorio.

Ya podía ver la luz de la esperanza, hasta que de repente se sintió en el aire, Joaquín la había cogido. El rostro de Denis se puso pálido, sus ojos parecían decididos, ¡y le mordió el hombro con fiereza!

El trozo de músculo que fue mordido, él apretó el cuerpo por un tiempo, pero no lo esquivó.

-¡Joaquín! ¡Eres un loco!-

Ella gritó, pero la voz áspera hizo que el grito sonara aún más aguda.

Sintió que el cielo le daba vueltas, toda su persona fue tirada sobre el colchón, y cuando abrió los ojos, un rostro familiar estaba cerca de ella. Este hombre estaba junto a su cama, mirándola desde arriba, -Duerme.- Sus labios delgados sólo articularon esta palabra.

La terquedad de los ojos de Denis no disminuyó, apoyó las manos en el colchón, rápidamente se levantó de nuevo, gateó, y bajó de la cama otra vez. El hombre que estaba al lado de la cama no lo detuvo de inmediato.

Le dolía mucho la pierna, pero todavía se arrastró apresuradamente hacia la puerta.

Al igual que antes, pareció ver la luz, pero ella fue desplomada y cargada sobre sus hombros de nuevo. Esta vez, no solo abrió la boca para morder, sino que también pateó la parte inferior de su abdomen. En la segunda vez, su par de piernas quedó atrapado por la gran palma que lo controlaba.

Después de ser arrojada nuevamente al colchón, Joaquín todavía estaba de pie junto a la cama y miraba a la mujer de la cama.

-¡Ve a dormir!-

Ella no se rindió, gateó y huyó nuevamente, el mismo final que antes, fue atrapada por él y arrojada a la cama.

-¿Vas a seguir escapando?-, Dijo el hombre con voz profunda.

Apretó los dientes, bajó los párpados de mala gana, ocultó su terquedad y dijo lentamente, -¿Qué quieres?- Apretó el puño, -¡No te volveré a rogar!-

¿Él le quería suplicando piedad?

¡Que se vaya a soñar!

¡Nunca volverá a comportarse como antes!

¡No volverá a rogarle nunca!

-Solo eres dura de apariencia.- Sus finos labios solo pronunciaron estas palabras, pero estas palabras hicieron que Denis entendiera indirectamente que él la quería torturarla, verla humilde y verla suplicando piedad... Después de la desesperación, ¿a quién le importará?

El hombre miró a la mujer y suspiró silenciosamente. Ella le preguntó que qué quería. Ella dijo que nunca más le suplicaría... ¡Si lo que él quería nunca fue su humildad ni su súplica!

Lo que quería era... la mujer que lo había amado como un día en los últimos veinte años, quería que esa mujer, ¡regresase!

La metió en el edredón e inmediatamente entró también, extendió la mano y la abrazó con fuerza. Debajo de la capa de edredón, el hombre estiró los pies alrededor de sus piernas y las controlaron, -Duerme o lo hacemos otra vez, hasta entonces estarás cansada así que te vas a dormir. ¿Qué tal te parece? -

¿Qué tal le parecía?

Le preguntó que qué tal le parecía.

-Joaquín, por favor recuerda, ¡estás compartiendo la cama con una asesina!-

Los ojos cerrados del hombre se abrieron repentinamente, sus ojos negros miraron a la persona que estaba junto a la cama, su hermoso rostro, las comisuras de sus labios se curvaron y sus delgados labios delinearon una extraña sonrisa. Luego, no hubo palabra, cerró los ojos de nuevo.

No mucho después, se escuchó un sonido de respiración más pesado.

Denis aprovechó la oportunidad para levantarse de sus brazos.

Pero el brazo de hierro alrededor de su cintura era como un par de tenazas, estaban fuertemente atadas a ella, era incapaz de moverse.

Ya era muy tarde, se hizo más tranquilo, seguía sin poder moverse. Denis lo miró, su expresión era extremadamente complicada.

Por el rabillo del ojo, volvió a mirar la mesita de noche... En este momento, todavía estaba de humor para bromear, pensó, “¿probablemente él pasó más tiempo con esa carta que de lo que pasó conmigo?”

Era realmente irónico.

Al final, ¿se debía al destino o al profundo amor?

Independientemente de lo primero o lo segundo, ¡era seguro que este destino era un destino maligno!

¡Correcto! ¡Destino maligno!

Destino maligno... ¡debería terminarlo pronto!

Pensando de esta manera, estiró lentamente una mano que la tenía libre, lentamente se acercó al esbelto cuello del hombre a su lado, y estrechando su cuello... ¿Era verdad si lo apretara con fuerza ella acabaría con este destino maligno de ambos?

Entonces, ¿podría ser libre de ahora en adelante? ¿Podría ir al borde del Mar Fresco y pagar la deuda de vida que no era capaz de cargar por el resto de su vida? Sus ojos se volvieron cada vez más confusos y más trance.

Sus cinco dedos se cerraron poco a poco, comprimiendo el aire de su cuerpo poco a poco... ¡De repente! Su cuerpo tembló, sus ojos gradualmente se aclararon, mirando todo lo que tenía frente a ella, su mano sobre su cuello... Ella... ¡qué hizo!

¡Qué diablos iba a hacer!

¡El fondo de sus ojos estaba lleno de horror y las cuencas de los ojos humedecieron inmediatamente!

Estaba tan asustada que soltó la mano que estaba a punto de matarlo, cubrió la boca con fuerza y ​​así apenas reprimió el lloro de su garganta.

En la oscuridad de la noche, aún podía escuchar los lloros intermitentes si prestara atención.

Giró la cabeza hacia un lado nerviosamente y se enterró en la almohada... sin mirar, sin escuchar, sin pensar... la palma de su mano todavía temblaba ferozmente en este momento.

No se dio cuenta de que su cuerpo estaba frío de cabeza a los pies, temblaba en los brazos del hombre.

El hombre abrió los ojos, su mirada se posó en la oscura cabeza de la mujer, y el dolor en sus ojos también se llenó de ternura... qué tonta.... Volvió a cerrar los ojos y no alarmó a la mujer que en ese momento estaba como un pájaro asustado.

Las manos debajo del edredón la apretaron aún más y los pies también la envolvieron con más fuerza alrededor de sus piernas.

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