Norberto se quedó estupefacto. Después de mucho tiempo, de repente se dio cuenta, -Denis, no me lo creo, no creo que de verdad seas una cazafortunas que ama el dinero antes que la vida, porque en ese caso no me habrías dicho las cosas que la última vez me dijiste. Me persuadiste de que no me convirtiera en alguien odioso por tu culpa... Denis, no creo que seas realmente una cazafortunas.
Sé que mis acciones te hicieron daño. Pero...-
-No hay peros. Señor Norberto, todos somos conscientes aquí, así que déjame que te diga las cosas con claridad.
¿Quieres que me vaya contigo?
Vale, el día en que derrotes a Joaquín...-
Ella se rio y extendió la mano, -¿Tienes cigarrillos?-
Norberto no supo por qué hizo esa pregunta de repente y asintió con la cabeza, -Tengo...-
Denis extendió la mano, -Dame uno.-
-¿Para qué quieres un cigarrillo?- Aunque Norberto no sabía por qué, de todas formas le pasó un cigarrillo.
Cuando Norberto sacó el paquete de tabaco, de paso también sacó el mechero. Así que Denis tomó el cigarrillo y de paso también el mechero.
¡Se escuchó que encendía el mechero!
Norberto se quedó atónito, -¡¿Qué estás haciendo?!- Increíblemente, extendió la mano para quitárselo.
Denis lo esquivó, dio una calada y soltó humo blanco, -Señor Norberto, mira, ¿cuánto me conoces? ¿Cuánto sabes sobre Denis?
¿No me conoces de nada y quieres que me vaya contigo?
Ni siquiera sabes que fumo... ¿Cómo puedes creer que la mujer que está frente a ti no es una cazafortunas?-
Denis miró con sarcasmo a Norberto que estaba en pánico, el humo blanco hizo más claro el desdén de sus ojos... En ese momento, Denis se parecía totalmente a una cazafortunas que había conseguido a un hombre rico y despreciaba a al hombre pobre que tenía enfrente.
-Vete.- Sus ojos estaban fríos, y dijo con desdén. Sacudió las cenizas del tabaco en su mano. Lo hacía tan torpemente que casi se le cayó el tabaco al suelo, pero en ese momento, la atención de Norberto estaba todo puesta en la cara de Denis.
Norberto no esperaba ver esa escena. No se sorprendió porque Denis sabía fumar, sino que la mirada y los gestos de la mujer que fumaba en ese momento eran completamente iguales a las mujeres que amaban su dinero en el pasado. Esas mujeres miraban con desprecio a los mendigos de la calle cuando salían a divertirse con él.
Ahora mismo ella era igual que esas mujeres que detestaban a los pobres y amaban a los ricos... ¡Igual!
Norberto se distrajo con esa escena repentina, pero al momento siguiente la vio darse la vuelta y marcharse, entonces se despertó instantáneamente, -¡No te vayas! ¡No te creo! Denis, no podrás volver a engañarme.-
Extendiendo la mano y agarrando a la mujer, Norberto inclinó la cabeza con entusiasmo y besó esos labios ansiosamente. Una vez que tocó esos labios, suspiró... Era una sensación que no había sentido hacía tiempo.
¡Denis se sorprendió, levantó el pie y lo pisó!
-Suel... ¡Mmm!-
-¡Denis, no te voy a soltar, de ninguna manera te soltaré esta vez! Podemos estar juntos, aunque Joaquín no lo permita, aunque tenga que enfrentarme a todo el mundo...- Norberto estaba inmerso en sus emociones y no se dio cuenta que un puñetazo se le estaba acercando por detrás.
¡Paf!
-¡No tienes que enfrentarte a todo el mundo, solo tienes que enfrentarte a mí primero!- Una voz fría, acompañada por el sonido de puños, resonó.
Lázaro detuvo a Telmo que iba a ayudar, -¡No vayas!-
Fue más sensato, -¡Joaquín estará más que furioso viendo esta escena!-
La cabeza de Norberto empezó a sangrar de inmediato. Denis abrió los ojos con sorpresa, y de repente cogió el teléfono para llamar, -Hola, ¿es el 112?-
Antes de que pudiera terminar de hablar, el teléfono que tenía en la mano se hizo pedazos por el golpe.
Denis miró el teléfono roto, -Señor Joaquín, ¿qué estás haciendo?-
Joaquín apretó el puño que dejó caer a un costado, -¿Que qué estoy haciendo? ¿Me estás preguntando qué estoy haciendo? Denis...- El hombre lo decía muy gentilmente, su voz era tan suave que sonaba un poco peculiar, y sus ojos negros parecían ocultar algo peligroso cuando miraba a Denis con frialdad, -¿Qué hiciste? ¿Qué vas a hacer? ¿…Qué pasa? ¿Quieres fugarte con Norberto?-
Denis palideció, -¡Tonterías!- Se negó obstinadamente a llorar, sus ojos se volvieron repentinamente hacia Norberto, entonces apretó los dientes para llamar, -¡Señor Norberto!-
-Entonces inténtalo, a ver si puedes quitarme a quien no dejo que se vaya.-
Joaquín miró fijamente el brazo que Norberto sujetaba a Denis, solo para sentirse muy molesto con eso.
Avanzando a zancadas, agitó el puño fuertemente.
Los dos pelearon, Joaquín agarró a Denis y gritó, -¡Lázaro, Telmo, venga, hay pelea en grupo!-
-¡Joder! Esto no es pelearse en grupo, ¡más bien es aprovecharse de que el otro está solo!- maldijo Telmo, como si despreciara a Joaquín, pero él fue el primero en unirse a la pelea con ojos brillantes.
Lázaro se llevó la mano a la frente... Telmo de verdad era alguien que le gustaba provocar más caos.
Ya que Telmo se había unido, no tenía motivos para no hacerlo también.
Los dos detuvieron a Norberto, y Joaquín simplemente sacó a Denis de la pelea con determinación, se inclinó y puso a Denis sobre sus hombros, -Os lo dejo a vosotros.-
Lázaro miró a la persona que se estaba yendo como si nada, -¡Joder! ¡Joaquín, eres un cabrón!-
Al ver cómo se llevaba a Denis, Norberto se puso ansioso y golpeó con más fuerza, -¡Apártate, un sensato nunca obstaculizaría el camino de la gente!-
Por su parte, Denis fue metida en el auto por Joaquín.
-¿A dónde vamos?- preguntó rápidamente Denis, al ver que no iban por el camino de regresar a casa.
-¡Al Registro Civil!-
Ella entró en pánico, -¡El Registro Civil ya no trabaja a estas horas!-
El hombre se rio, -Eres tan ingenua.-
Ella pareció entender la risa en sus ojos. Así que entró más en pánico y extendió la mano para tirar de la puerta del auto, -¡Abre la puerta! ¡Quiero salir del auto!-
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