Amante peligroso romance Capítulo 215

Lo que había en la memoria USB, se copió en el portátil que tenía a mano, Lázaro estaba a punto de abrir el archivo cuando una mano le cubrió el dorso de la mano, -Te recuerdo que es mejor que estés mentalmente preparado-.

Lázaro se quedó aturdido por un momento, pero, la expresión de Telmo una rara seriedad ...... ¿es realmente era tan aterrador?

Lázaro hizo clic en el vídeo con una pizca de incredulidad.

Al principio, no era mucho, pero de repente, los ojos de Lázaro Martín se abrieron de par en par y exclamó, -¡Qué es esto!- Señaló el vídeo que se estaba reproduciendo.

-Esto es sólo el principio-. Telmo dijo con indiferencia.

Cuando lo vio por primera vez, también estaba como Lázaro con incredulidad. Naturalmente, terminó con incredulidad al igual que Lázaro.

Lázaro cerró la boca, y en la silenciosa habitación, los dos, sin saber qué tipo de emociones llevaban, terminaron de ver el vídeo que obviamente había sido recortado de muchas tomas.

Finalmente, la pantalla del ordenador se oscureció. El corazón de Lázaro latía rápidamente. Un cigarrillo fue entregado a un lado, - Lázaro, toma un cigarrillo-.

Lázaro alargó inmediatamente la mano para coger el cigarrillo que le había entregado Telmo, lo encendió, dio una fuerte calada y exhaló una gran bocanada de humo blanco durante mucho tiempo antes de ablandarse en el asiento reclinado. -Destrúyelo-.

La mano de Telmo, que sostenía el cigarrillo, se crispó un momento, luego dio una calada como si nada hubiera pasado y lo apagó en el cenicero.

-Me temo que no puedo-.

-Él no puede verlo, se volverá completamente loco-. A quién se refería -él-, no podía ser más claro. Por no hablar de Joaquín, incluso si fuera una persona sin relación, ver esto, se quedaría atónito.

-¿Crees que, sin su petición, habría gastado mucho tiempo y mano de obra para encontrar el vídeo? Jo, ¿tiene Denis Alonso algo que ver conmigo?- Telmo dijo ligeramente en tono de burla, -Las imágenes se rompieron cuando las buscaba hace tres años. No creerás que porque se hayan roto, Joaquín dejará de buscarlos, ¿verdad?-

-Cuando Joaquín me encontró, me pidió discretamente ayuda, diciendo que su tiempo era limitado y que lo iba a emplear todo en buscar a su mujer, que no había regresado de un momentáneo viaje de avaricia, pero que había algunas cosas que no podía volver a omitir, y que tenía que resolverlas.

Lázaro, ya me conoces, de los tres, soy el más juguetón, y comparado con vosotros, no puedo competir con nada más, pero soy el mejor en estas cosas deshonrosas.

Cuando Joaquín me preguntó, pensé, -No importa, sólo busco información, este tipo de cosas son las mismas que las del pasado.

Pero no esperaba que esta búsqueda durara tres años.

El primer año, descubrí que esta cosa no se encontraba en ninguna parte, no quería rendirme, Lázaro, ¿sabes por qué?-

Telmo no continuó, sacó otro cigarrillo del cartón y lo encendió, dando una calada antes de que sus ojos se posaran en la cara de Lázaro. -Porque nunca he visto que Joaquín haya rogado a nadie tan humilde-.

Sacudió las cenizas de su cigarrillo, -El primer año no pude encontrarlo, Joaquín no me presionó, Joaquín dijo una cosa, esta cosa no es fácil de encontrar.

Lázaro, ¿crees que cuando Joaquín dijo eso, ya sabía en su corazón que la persona que estaba detrás no era buena para tratar.

Al año siguiente, todavía no lo había encontrado. Pero Joaquín me suplicó más sinceramente que siguiera buscando.

Lázaro, ¿cómo puedo rendirme cuando Joaquín ni siquiera se rindió?-

Sacó el USB del portátil de Lázaro, -Esta cosa, la he estado buscando durante tres años. Durante tres años, al igual que esa mujer, no hubo noticias. Ahora que se ha encontrado

¿No se puede decir también que la mujer, pronto se revelará también?-

Lázaro Martín no podía refutarlo, lo que había en el USB era algo más que un vídeo ordinario tanto para Telmo como para Joaquín.

Joaquín había estado buscando a esa mujer durante tres años.

Telmo buscó la información de esa mujer en ese lugar durante tres años.

Estas obsesiones, ¿cómo pueden ser fácilmente destruidas por el frívolo -destrúyelo- de Lázaro Martín?

-¿Realmente ...... vas a tomar esto para mostrárselo a Joaquín?- Lázaro Martín inclinó la cabeza y miró a Telmo a contraluz, sin poder ver claramente la expresión de Telmo, pero vio que éste asentía con la cabeza.

Se levantó bruscamente, -De acuerdo, iré contigo-. Quién podría decir lo que Joaquín pensó después de ver esto.

Los dos se dirigieron hacia la mansión de la familia García.

En la familia García.

En el estudio.

Tres hombres, dos de ellos apoyados en la esquina del escritorio con los brazos enredados, el otro cubierto de alcohol y con los ojos inyectados en sangre, pero sentado detrás del escritorio con cara de hierro, mirando fijamente la pantalla del ordenador en el escritorio.

Crujido

El sonido de los surcos de los dientes apretando.

A pesar de que Lázaro Martín y Telmo parecían estar a un lado con plena preocupación, los dos estaban muy preocupados por cada movimiento de la persona detrás del escritorio, e incluso cada expresión sutil.

Joaquín se quedó mirando el vídeo durante mucho, mucho tiempo, su cara se volvió rojo, sus labios se fruncieron mientras sus labios estaban incomparablemente pálidos.

¿Qué era todo esto?

¡Lo que él pensaba que era -darle una pequeña lección- pero empujó a la gente al final de sus vidas con sus propias manos!

La mujer que aparecía en el vídeo gritando dolor y frío con una voz casi inaudible, mientras que los demás lanzaban insultos y risas estridentes.

El vídeo que había encontrado no es completo, pero sólo lo que había visto ya, era escalofriante.

Le temblaban las manos y durante mucho tiempo no pudo sostener el ratón. Lo pulsó y lo repitió una y otra vez, mirándolo una y otra vez, con los ojos horriblemente rojos.

-Deja de mirar-. Lázaro no podía apartar la mirada.

Pero Joaquín repetía una y otra vez como si no pudiera oír nada, repitiendo una y otra vez, doliéndose.

-¡Deja de mirarlo! Deja de torturarte-. Lázaro gritó.

Pero este último pulsó el botón de repetición una vez más.

El rostro de Joaquín García era de un blanco miserable, sus finos labios habían adquirido un color gris mortecino, pero se obstinaba en mirar mortalmente la pantalla.

Lázaro Martín no pudo aguantar más, y con un -bang-, su puño golpeó fuertemente el escritorio, y el bolígrafo que había sobre el mismo fue sacudido por el golpe: -¡Joaquín, no lo mires! ¡Ha pasado tres años desde que se fue! Tres años, ni siquiera sabes dónde está, aunque hagas un agujero en el ordenador, ¡para qué!-

La intención de Lázaro era no dejar que Joaquín siguiera mirando, pero le salió el tiro por la culata.

Las palabras de Lázaro provocaron el dolor más indecible en el corazón de Joaquín.

Habían pasado tres años. ¡Esa mujer llevaba tres años sin decir nada!

Ya no piensa en él, ¿verdad?

Los gritos reprimidos de la mujer en el vídeo siguen resonando en sus oídos.

¡Por fin, aplastado! No pudo contenerse más, se cubrió violentamente la cara con ambas manos y soltó un rugido bajo y reprimido.

El rostro de Lázaro Martín cambió e inmediatamente sacó tranquilamente un tranquilizante, ¡había seguido a Telmo hasta aquí porque temía que el hombre que tenía delante perdiera el control de sus emociones!

La jeringa en la mano de Lázaro Martín ya colgaba por encima de la cabeza del hombre, que ya tenía todo el cuerpo agachado sobre el escritorio, y de repente, -También es cierto ...... ¿qué le he dado?

Todo son recuerdos dolorosos. ¿Y por qué ella debe seguir a mi lado? Jaja, jajajaja-

-Mi culpa, mi culpa, todo es mi culpa -

El hombre perdió su voz de murmullo del alma, -soy culpable, soy culpable, todo es mi culpa, todo es-

Parecía que había delirado.

Con una cara solemne, ya no vacilaba. La jeringa en la mano de Lázaro se clavó bruscamente en la carne del hombre que yacía en la mesa en un estado mental no demasiado claro.

-Bueno- el cuerpo del hombre se puso rígido, unos segundos después, se ablandó de repente.

Los ojos de Telmo brillaron con intolerancia, con los ojos rojos, rozó su cabeza, ya no podía soportar mirar otra vez.

-Dije que esta cosa debería ser destruida. ¿Estás satisfecho ahora?- Lázaro envió el fuego maligno que llenaba su estómago a Telmo, -Si esta cosa no es destruida, destruirá a Joaquín. Ahora, ¿estás satisfecho?- Lázaro Martín miró con ojos fríos.

-¡El famoso Joaquín García, completamente colapsado!-

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